capítulo cuatro

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capítulo DEMASIADO cortito, pero estamos cerca del final, ¿listxs?
estoy haciéndoles una pequeña lista de Spotify, si queda terminada, se publicará en el epílogo<3.

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El camino de regreso a casa, fue sumamente difícil para cierto pelirrojo. Su andar era lento y su vista se encontraba perdida.

Su mano sostenía su teléfono con fuerza, sabía que la hora no sería problema o sus padres, si él llamaba a Chess, iría por él sin dudarlo. Aún así, tenía miedo, era algo que no podía ocultar...y vaya que lo detestaba. Dee fácilmente notaba el "control" que aún poseía sobre él.

Al llegar a su hogar, ni siquiera saludó a sus padres, y sin prisa caminó a su habitación, quedándo estático al encontrar a Dee sobre su cama.

Y aquello no era lo peor: reconocería el cuaderno que su hermano leía. Aquello lo hizo flaquear, soltando un pequeño sollozo que provocó que el rubio lo mirara de reojo, sonriendo.

—Tu diario si que es interesante, hermanito. –aseguró, tomando asiento sobre la cama—. Me encantan tus habilidades de escritura.

—...basta, Dee...

"Me desgarraba. Me rompía", ¿Haz considerado ser un escritor erótico? –se acercó a él—. Transmites tanto...

El pelirrojo se cubrió el rostro, intentando no llorar nuevamente, pero tales palabras solo lo hacían recordar el pasado. Se sentía humillado.

De pronto volvió a tener 13 años, y recordó el aroma a tierra mojada. Aquel que percibió cuando todo inició. Aún recordaba el asco que sentía al verse en el espejo, y eso le había sido muy difícil de superar.

Y aunque intentara olvidarlo, la cicatriz en su espalda, era un recordatorio permanente de lo que había vivido.

Al volver a la realidad, tenía a Dee frente a él, acorralándolo contra la puerta.

—Estos dos años viviste de maravilla con Chess, ¿No es así? –comenzó a jugar con un mechón de su cabello—. Apuesto a que piensas que él es una buena persona.

—Chess es el único que se dió cuenta de todo, ha sido como un padre para mí. Cuida tus palabras.

Dee le dedicó una sonrisa, antes de tomarlo por las mejillas con fuerza.

—Heavy, eres un estúpido. –aseguró—. ¿Realmente crees que Chess hizo todo eso por nada?, Eres pequeño, no entiendes muchas cosas. –en ese momento, el semblante del mayor se oscureció. Heavy se quejó al ser apretado con mayor fuerza—. No..., está claro que Chess quería algo de ti, algo que...no puedo permitir que tome.

El asco y repulsión se apoderaron de Heavy. El rubio se había atrevido a robarle un beso. Uno que fue abruptamente interrumpido por un fuerte empujón.

—Entiende, Heavy, ¿Quién te mantiene dos años sin nada a cambio? –murmuró—. Yo vi sus intenciones...

—¡No sabes una mierda! –le gritó—. ¡Chess no es un enfermo como tú!

—¿Soy un enfermo por demostrarte cuánto te amo? –cuestionó con cierto dolor—. No Heavy, yo sé lo que Chess quería hacerte...y me dan tantos celos. –aseguró—. Me hace hervir la sangre el tan solo imaginarlo tocándote como yo lo he hecho, que tome lo que es mío.

Y en ese momento, Heavy golpeó a Dee en el rostro.

—¡Cállate de una vez, Dee!

El mencionado se quedó en su sitio por un momento, antes de devolver el golpe, después otro...otro...otro...

...y otro más.

—Heavy, eres mío... –mencionó, aunque para el mencionado fue un eco lejano—. Voy a hacerte recordarlo.

El ojiverde se quejó en voz baja. Sin fuerzas, sin ganas de luchar. Desorientado. Vulnerable.

Lo último que vió, fue al rubio, sonriéndole mientras se colocaba sobre él.

Heavy había vuelto a tener tan solo 13 años.

INJURED ━━ deavyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora