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Ser un demonio que despierte el placer mundano es una bendición en el infierno.
Los humanos te adoran, de idolatran como si fueras un dios y te desean a tal punto que ignoran sus necesidades por ti. Para Izuku era una maldición.

Su poder le obliga a tener una víctima por día, necesitaba mantener su poder para seguir en el mundo mortal y para desgracia ningún humano compartía su energía grátis.

Todo era sexo.

Esa no es la peor parte, lo peor es que ya no recuerda como es su rostro. No recuerda ni sus gustos ni que es lo que le genera placer porque es un demonio creado para satisfacer y no para ser satisfecho.

Ya a olvidado cuántas veces a llorado por no recordar el color de sus ojos. Incluso olvidó como eran los lunares en su piel o como era su altura.

Su cuerpo cambiaba de acuerdo a los deseos de los humanos condenando los al infierno, pero de qué le servía ser el mejor y complacer al diablo cuando se estaba perdiendo. Él no pidió ser demonio, no deseo esa vida.

- los humanos tienen libertad para elegir - susurro mirando como sus uñas cambiaban a unas más cortas - debo admitir que envió eso.

Y frente al espejo que tiene en frente va sufriendo otra metamorfosis, esta vez es una chica de cabellos negros, largo y cuerpo muy curvilíneo para su gusto, sin pecas ni lunares. Ojos profundos de pestañas largas y labios gruesos.

Al menos esta vez no se transformó en una especie de animal. Mitad humano y ciertas áreas de su cuerpo con partes animales le hicieron sentir asqueroso.

Espera que esta vez no sea abusivo, una vez le tocó un maniático que le gustaba cortar y asfixiar mientras lo violaba porque ni una preparación hubo pese a manifestarse en un cuerpo femenino para que se la metieran por el ano.

- valla, esa propaganda no era mentira.

Era un hombre muy pequeño para su gusto, a las gustas le llegaba a sus muslos.

- soy Mineta, debo admitir que si pienso pagar lo que cobres por cumplir mis fantasías.

Izuku asintió.

- ¿Cómo te llamas?

- ¿Cómo quieres llamarme? - respondió coqueta.

Debía seguir su papel, ese es su trabajo. Un acompañante que cumple todas tus fantasía mediante una página de prostitutas baratas.

Gana energía y gana dinero, puede vivir como un humano y no volver al infierno.

Sale ganado ¿Verdad?

- eres igual a Momo, estoy seguro que vamos a pasarla bien.

Y la puerta se cierra, dejándolos solos y sabiendo que otra noche va a tener que callar sus ganas de gritar que no le satisface para nada. Tener que tragarse las ganas de vomitar cuando le piden una mamada, las ganas de querer golpearlo cuando lo amarra y le toma fotos sin consentimiento alguno.

Lo único bueno fue la buena paga, tiene que buscar otro cliente porque su energía no le sirve más que para esa noche.

Tiene que evitar contacto con mucha gente, muchos deseos mundanos en el cuerpo femenino o masculino que le hacen tener migraña por controlar su poder.
Por fortuna siempre está ese carrito ambulante lleno de comida chatarra que tiene poca gente a esa hora de la madrugada.

- ¡señor Torino! - saluda - Lo de siempre.

El anciano le mira y de mala gana le prepara su hamburguesa favorita.

- se paga con dinero y no con servicios puta.

- que malo, no quieres algo de una hora.

- y perder mis últimos días de vida, no gracias. No estoy desesperado para conocer al diablo.

Izuku se ríe, es el único humano que sabe su secreto y a pesar de eso su compañía es agradable aunque de vez en cuando lo ahuyenta con agua bendita. Uno de los pocos humanos que no tiene un deseo carnal aunque su ira lo equilibra.

- una hamburguesa con mucho picante y nada de cebolla.

Ambos voltean a ver al cliente, Izuku por su parte se acomoda su chaqueta y capucha. Evitando a una transformación por algún deseo como antes ya había pasado.

Para sorpresa no se transforma en nada, de hecho Izuku no siente ningún tipo de deseo en ese ser más que un alto ego y tristeza.

Una vez el pedido, y el pago. El cliente rubio se va del lugar y Izuku no le quita la mirada hasta que se pierde de su campo de visión.

- ¿Quién es?

Preguntó curioso, muy pocas veces o más bien solo una vez se cruzó con una persona carente de deseos y esa persona estaba frente a él.

- ¿Quién? ¿Bakugo? Ese muchacho para el peleas y problemas en la academia por conducta. Mejor ni te acerques a él, una vez le rompió el brazo a un mocoso.

Izuku mira otra vez a la dirección donde se había ido. Luego vuelve al anciano.

- ¿No quieres mi servicio?

- no. ¿Tan mal te fue que estás necesitando?

- sí - responde seco - no tengo suficiente energía para mañana y no quiero trabajar.

- ¿ Y es necesario tener sexo para eso?

- ¿Me regalaría un día de su vida?

Pregunta divertido, ningún humano daría un día de su vida para que un demonio se quedará una semana sin ningún tipo de pago. Sin contar que de igual forma, haga lo que haga tendrá un lugar en el infierno.

- bueno, de todas formas voy a morir. Pero quiero morir durmiendo, sin dolor ni nada por el estilo.

Izuku no lo cree. Bueno Torino ya estaba loco cuando lo conoció y sin pedir permiso muerde los dedos del anciano haciendo un pacto temporal donde le regala una semana sin tener que chupar penes para quedarse ahí.

Pese a no necesitar comer tiene una debilidad por el sabor de las comidas, ahora entendía porque muchos iban a la lujuria y la gula. Tenía sentido con esa sopa instantánea y esas hamburguesas.

-bueno, bueno. Deja de llorar que se malogra el negocio.

Izuku se seca las lágrimas que no sabía que tenía en su rostro.

- ¿Qué hacen los humanos de mi edad?

Torino le mira con extrañeza - a tu edad ya están que se lo comen los gusanos.

- no, no, no. Me refiero a los jóvenes. Y no estoy viejo, solo tengo doscientos años con cuatro meses.

- estás viejo.

- ¡¡¡¡Gran Torino!!!!

Y una larga hora de reclamos se desató hasta que Torino le dijo lo que veía en los jóvenes de ahora (la generación de cristal) como lo llama mientras los comparaba con los jóvenes de su época.

Izuku seguía maravillado, tenía una semana para poder hacer todo eso sin tener que buscar algún cliente. Y también... también tenía ganas de ser amigo de ese joven que no tenía ningún interés carnal.

....

Otra historia ramdon por semana santa. Quién sabe cuándo actualice pero imagínese a un demonio que no pidió nacer como uno y trate de estar siempre en el mundo humano y que para eso tiene que prostituirse.

Jsjsjsj un Bakugo asexual y un Izuku curioso por eso y dispuesto a tentarlo para ver si es confiable jsjsjs.

Semana santa me tiene mal. Yo nací para puro pecado y me mandan a reflexionar jsjsjsjsj

ಠ ͜ʖ ಠ Clear-black sabe que aquí todos somos pecadores.

Nos veremos en el infierno mundanos jsjsjsj.

crónicas de un demonio deprimidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora