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Mirarlo sentado, callado y sumiso.

Izuku se deleita ante la imagen del ángel en su forma humana buscando una forma de matarlo con la mirada mientras que Bakugo seguía a la defensiva y buscando un movimiento en falso para matarlo.

La regla de los angeles era un arma de doble filo, tenían que proteger a toda costa a los jóvenes y también tenían prohibido Mostar su naturaleza ante ellos. Incumplir alguna de ellas los vuelve desterrados, angeles que sufren la agonía de sentir como sus alas son comidas por gusanos y verlas regenerar una y otra vez mientras su piel quema cual llama del infierno mismo.

Izuku iba a disfrutar este día, porque encontrarte con un ángel y dejarlo acorralado te daba crédito en el infierno. Y crédito que iba a cobrar con días sin tener que gastar energía.

— ¿Y bien? ¿Qué quieres?

Pregunta Izuku dejando el vaso con Coca-Cola para que se sirva su anfitrión no deseado.

Enjiro le mira, mira a Bakugo gruñe antes de responder — ya sabes a qué vine. Te dije que no te quería en esta zona perra. — dice con desprecio.

— no veo en que te afecta. Tampoco es que está sea tu zona, es zona neutral y lo sabes.

— ¿Qué quieres decir con zona neutral?

Bakugo pregunta sin saber a qué se refieren, una parte cree que se trata de contrabando pero viendo que Enjiro es menor de edad como él cree es otra cosa.

— algo de familia — informa Izuku sin quitar la mirada retadora de Enjiro — nuestras sangres no se pueden ver pero esta zona es neutra para evitar malos términos que acabarán en una guerra.

Enjiro se levanta sin decir nada, dirigiéndose a la puerta para parar en ella y mirar a Bakugo desde arriba.

— Bakugo...como amigo te recomiendo que te alejes de ella — dice serio, como nunca antes lo había visto — solo te traerá problema, ella solo te va a usar y luego no habrá marcha atrás.

Katsuki solo asiente, mientras deja que se retiré para luego ver qué Izuku da un suspiró de alivio al ver que ya no está presente.
No pregunta, y Izuku lo agradece porque no quiere hablar del tema sin embargo Bakugo sigue como si fuera su casa. Recogiendo los platos y vasos, limpiando y realizando el aseo como si eso le relajara.

—no tienes que hacer eso...

— pero quiero hacerlo.

Izuku sonríe, no puede evitar tararear aquella música que le recuerda a su madre, el único recuerdo que le queda de ella antes de presentarse como súcubo a las dos semanas de vida.

La melodía sigue y a Bakugo no parece molestarse, de hecho es agradable porque le da calma y le hace olvidarse de sus problemas. Por un momento cree que es todo lo que necesita pero sabe que es momentáneo y que deberá volver a casa.

Donde casa ya no significa hogar.

— ¿puedo dejar mis cosas aquí?

Suelta de pronto, no quiere decirlo pero quiere mudarse poco a poco con ella. No la conoce pero lo poco que sabe de ella es más que suficiente.

Porque nada le da calma como su presencia.

Y lo único que quiere es un lugar en la cual descansar sin tener que tener miedo a que alguien lo vaya a apuñalar por la espalda mientras duerme.

— sí — dice Izuku con una sonrisa totalmente sincera — deja todo lo que quieras aquí con confianza, yo trabajo fuera y nadie entra aquí.

— prometo ayudarte con el alquiler — comenta desviando la mirada — no quiero nada grátis.

Entonces a ella se le ilumina el rostro, tiene una día para eso ya que el alquiler es casi gratis porque paga con servicios.

— entonces qué tal si te encargas de la comida — dice de forma insinuantes como lo hace para complacer a sus clientes — tú te encargas de eso y yo de lo demás.

— trabajaré medio tiempo para ayudar en los gastos.

— bien, como quieras. ¿Y tus padres?

No quería liderar con la detención por secuestro. Nota como el rubio desvía la mirada y puede sentir la tristeza en su energía. Igual está dispuesta/o a aceptarlo.

— ella no notará mi falta — susurra — descuida, no te darán problemas.

Izuku asiente, deja el tema ahí y él lo agradece.

— bueno, estas son el duplicado de las llaves.

Bakugo le mira, incrédulo por lo fácil que le da las llaves sin preguntar mucho.

— puedes venir cuando quieras.

Entonces las noches son una locura, ir a clases y buscar trabajo de medio tiempo para luego ir a la casa de su madre a sacar las cosas como delincuente y ir a dormir en la calma de una habitación solitaria.

Izuku no está en sus noches frías pero está para darle una mañana cálida. Lo comprende, es su trabajo y no sabe porque lo sigue asiendo.

.

— ¿Bakugo?

Katsuki mira, Momo está dudando en hablarle. Su grupo de amigas le mira de lejos como juzgando y el resto de chicos mira atento buscando algo para molestarlo.

— yo...la semana pasada con Mineta... — murmura indecisa por como iniciar su conversación — yo quería agradecerte...no sé como logro tener aquellas fotos o si las edito pero gracias.

Bakugo asiente, igual la suspensión de dos días fue lo mejor que le pudo haber pasado.

— si tienes problemas con los maestros...ya sabes por ellos...no dudes en decírmelo.

Y sin esperar respuesta se aleja dejando al rubio con la palabra en la boca. Notando como un grupo, en especial el de Neito y Mineta le tiene en la mira como un depredador esperando a su presa descuidada.

Solo le toca esperar a la salida y rezar por no meterse en una pelea porque pronto tiene una entrevista para trabajar en un puesto de limpieza.
Lo que no espera, es que Izuku este en la puerta de la academia mirando su celular y como nunca vestida de forma decente y con un aura que genera el suspiro de muchos y la administración de todas.

Sus miradas se encuentran y ella sonríe.

— Katsuki.

Llama en un saludo y el sonríe como nunca, y se dirige a su lado tratando de saber el porqué vino a la academia sin aviso.
Neito solo mira a ese par, seguro de haberla visto en algún lado y también desconcertado por como Momo mira con pena a esa pareja.

Enjiro no está lejos. Sonríe sabiendo que está pisando terreno en juicio.

— señor Yagi — llama por teléfono y recibe una respuesta inmediata — tengo una consulta que hacerle.

» está bien muchacho. Estaré ahí en unas horas.

— le espero en mi cuarto.

crónicas de un demonio deprimidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora