Turning red

Capítulo 3: Humillacion

Mei estaba en su habitación haciendo su tarea de matemáticas y escuchando el CD que (Y/n) le había dado y cantando una de las canciones. También estaba dibujando pequeños garabatos a lo largo de su tarea, y uno de ellos era una niña que había dibujado en la esquina inferior derecha.

"Hmm. Se parece un poco a (T/n)". Se dijo a sí mismo.

Luego se burló. De todos modos, no entendio lo que ella ve en ese tipo de Devon, el podría tratarla mucho mejor de lo que Devon nunca podría".

Mei siguió agregando detalles al atuendo de (T/n). "Probablemente ella no sea su tipo de todos modos. Quiero decir, ¿por qué estaría él con una chica con el cabello (c/c) suave e impecable... y ojos (c/o) brillantes y hermosos que... brillan... como estrellas".

Mei se quitó lentamente los auriculares y miró fijamente el dibujo que hizo, y le guiñó un ojo.

Los ojos de Mei se abrieron, tomó el bloc de notas y lo sostuvo frente a su rostro.

Lentamente se dio la vuelta en su silla y se puso de pie, apretando el cuaderno contra su pecho. Se acercó a su cama y se sentó en el suelo. Colocó su cuaderno en el suelo junto a él y luego inmediatamente lo levantó y lo sostuvo contra su pecho.

Se puso de costado y rodó debajo de la cama y comenzó a dibujar como si estuviera en una especie de piloto automático. Miró hacia abajo y vio que había hecho un dibujo de él y (T/n) juntos. En el dibujo, Mei tenía grandes músculos y sostenía a (T/n) contra su pecho y le acariciaba el cabello.

Mei se rió entre dientes y dibujó varios dibujos más en varias páginas. Cuanto más dibujaba, más intenso se volvía, y el sudor comenzaba a correr por su rostro.

"Mei-Mei". Su madre llamó.

Mei jadeó y se golpeó la cabeza contra el marco de la cama por la sorpresa. Rápidamente salió de debajo de su cama y saltó encima de ella, tratando de actuar casualmente. Miró hacia abajo y notó que el cuaderno sobresalía, pero no pudo agarrarlo a tiempo antes de que entrara su madre.

"¿Quieres un bocadillo?" Preguntó, sosteniendo un plato de comida.

"Genial, genial, gracias". Respondió rápidamente.

'¡No mires el cuaderno, no mires el cuaderno, no!' Pensó para sí mismo, gotas de sudor corrían por su rostro.

Su madre lo miró extrañada y él trató de mantener el contacto visual con ella, pero sus ojos rápidamente miraron hacia el cuaderno.

''¡No!"

Ming miró hacia abajo y vio el cuaderno que sobresalía debajo de su cama.

"Oh." Dejó el plato en su mesita de noche y tomó el cuaderno. "¿Esta es tu tarea?"

"Mamá."

Abrió el cuaderno y una expresión de sorpresa apareció en su rostro. "Ay, ay mi."

"¡No!"

"¿Qué... qué es..."

"No."

"¿Eh qué?"

"¡Mamá!"

"¡Oh! Oh. ¿Eh? ¿Eh?" Su madre se amordazó. "¡¿Mei-Mei, qué es esto?!" preguntó ella, horrorizada.

"No es nada. Sólo una niña. No es nadie". Él respondió rápidamente.

"¡¿Una chica?! ¡¿Quién es ella?! ¡¿Ella te hizo estas cosas?!" Ming señaló una página donde (T/n) estaba acariciando la mejilla de Mei.

"¡No! ¡Solo es inventado, mamá!" Mei trató de recuperar el cuaderno, pero Ming no lo dejaba ir "¡No es real!"