problems

115 3 0
                                    

Brooklyn, New York City.

Sabrina se encontraba acomodando algunas cosas en su habitación y, emocionada, recibió un mensaje del chico al que no podía sacarse de la cabeza.

La verdad no esperaba que su respuesta fuera tan rápida. Espero que podamos salir de verdad. Me gusta mucho ser su compañía y que usted sea la mía.

11:51 p.m

Darcy había hecho que el corazón de Sabrina se acelerara con aquel mensaje, así que se dispuso a responderle.

Está bien, te veo mañana cuando salgas. Espero que puedas sorprenderme. Te veo mañana, descansa, te quiero. ¿Podrías pasar por mí en la mañana? Debo atender unos asuntos en Cornelia.

1

1:53 p.m

Sabrina bloqueó su celular y suspiró fuertemente. Se encontraba con una sonrisa de oreja a oreja. Finalmente, se quedó completamente dormida.

Al día siguiente

Cornelia Street, New York City.

Sabrina se levantó para bañarse y después desayunar junto a sus padres.

— Sabrina, hija, ¿te molesta si te pedimos que vayas a Cornelia?

— No hay problema, yo voy.

— Por cierto, hace mucho que no te vemos pasear con Shawn. ¿Pasó algo?

— Está molesto por el tiempo que ustedes se fueron de viaje. Me dejó botada en Leroy. Es por eso que prefiero llevar mi auto, pero yo lo busqué.

— No, no lo busques más. Me parece increíble que te dejara así botada. No, no, nadie le va a hacer eso a mi niña.

— Me dolió mucho, pero ya no pienso más en buscarlo ni nada de eso en lo absoluto.

— Debo irme. Supongo que me quedaré mucho tiempo hoy en Cornelia.

— Algo más. Necesito que evalúes el trabajo de la cocina de Cornelia.

— Lo haré. ¿Pasó algo?

— Es Darcy. Siento que él debería estar cocinando ya.

— Oh, ¿por qué no lo han cambiado? —comentó la rubia.


—Creí que no era buena idea que estuviera en la misma área que Giselle, pero sé ahora que Gi se distrae con Jason, sé que Darcy trabaja mucho, se esfuerza. —soltó la mamá de la rubia.

Sabrina apretó el puño al escuchar lo que había pasado, sabía que ella estaba saliendo con Darcy, pero ambos salían de manera respetuosa, solo eran amigos.

—Deberíamos hacer el cambio, sé que podría hacer mucho mejor el trabajo, igual a Jason podríamos enviarlo a Leroy, sin ningún problema. —respondió la rubia.

—Me parece una buena idea, deberíamos. —comentó el padre de la rubia.

—Ahora sí debo irme, no llevaré mi auto.

My love, we were in Cornelia Street - Sabrina CarpenterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora