Capítulo doce

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....-Follame, Jeff. Quiero que me hagas tuyo ya

Tras decir eso, Barcode soltó una juguetona risilla, viendo la cara de asombro del mayor, el cual aún no había posado en el suelo, las maletas que llevaba en su manos.

En cuanto la puerta se cerró tras sus espaldas, ambos se miraron con deseo, entonces se acercaron y comenzaron a besarse con desespero.

Todo tomó una tez más intensa y salvaje.

-Follame Jeff, ya no aguanto más- suplicó el joven moreno cuando el beso se rompió.

-¿Tu padre?

-Tranquilo, él ya se ha ido al restaurante

Rápidamente se volvieron a coger de la mano y corrieron hasta llegar al sofá, entonces el más joven se subió a la cintura del arquitecto y juntos cayeron en el sofa.

-Oh joder, pequeño, eres tan jodidamente lindo. No puedo esperar a que seas mío.

-Siempre he sido tuyo

Jeff se quitó toda la ropa lo más rápido que pudo, mientras el trabajador social hizo lo mismo con la suya.

-Oh mierda, eres tan jodidamente sexy-susurró embobado.

-Estás temblando, Jeff. Tranquilo no voy a escaparme

El mayor asintió muy excitado

-Esto es como estar en un sueño, pequeño.

-No es un sueño, está pasando y es muy real- hablo el moreno dejando numerosos besos por el cuello, hombros y el rostro del mayor.

-Madre mía, ¿cómo puedes ser tan guapo?, No entiendo como no te duele la cara.

También Jeff mordisqueó cada centímetro de la suave y delicada piel de este, hasta que finalmente se levantó y girandose, tumbó a Barcode en el sofá.

Poco a poco este bajó por el curro de este hasta llegar al maravilloso jardín de locura que el moreno tenía entre sus piernas.

Tras besar el interior de sus muslos, el mayor le agarró la polla, se la metió en la boca y comenzó a chuparla y lamerla, mientras que Barcode se retorcía de placer.

-¡Oh joder!... ¡si!, ¡si!...¡ahhhhh...!...

Una sonrisa de satisfacción salió de los labios de Jeff, el cual intensificó entonces el ritmo.

-¡Jeff!, ¡Oh joder!, ¡Aaaaahhh, siiii....!...

Un minuto después, Barcode se corrió, manchando su vientre con hilos de su espeso y caliente semen.

-Oh vaya, esto es increíble

No tenían lubricante, así que Jeff improvisó, por lo que chupó uno de sus dedos y a continuación lo introdujo poco a poco en el interior de Barcode, mientras este soltaba pequeños quejidos.

-¡Oh joder!, ¡Oh mierda!, ¡Ay!, ¡Joder como duele!

-Shssss, pronto te gustará

Tras unas penetraciones, esos chillidos se convirtieron en suspiros de placer, entonces fue introducido un segundo dedo, metiéndolos y sacándolos en forma de tijera.

-¡Oh jo-joder, Jeff!, ¡te ne-necesito!, ¡métemela ya, por fa-vor!- gritó el moreno desesperado en cuando sintió tocar su próstata.

-Ahora voy, pequeño. No te desesperes. Déjame ver como disfrutas- dijo este con una voz lasciva

Después de unos besos más y roces por todos sus cuerpos, el arquitecto bombeó un poco su necesitada polla, se puso un condón que cogió de su cartera y la alineándose con la entrada de Barcode, se introdujo.

-¡Oh joderrrrrrr.....!

Cuando el joven moreno fue penetrado totalmente, Jeff esperó a que se adaptase a su grosor y tras unos segundos, comenzó un vaivén de estocada que los sumió a los dos en un inmenso y erótico placer.

-¡E-Esto es increíble aaah!, ¡Oh joder Jeff, te amo!

-Yo yo te amo a ti, ahhhhh... Estás tan apretado- jadeó el mayor

-Oh joder...Aaaah....ooh joder..-siguió gimiendo enloquecido el moreno- Aaaaah...Más...Más

Esos gemidos provocaron una gran sonrisa en el mayor, el cual realmente disfrutaba verle gozar de esa manera.

Unos minutos después, Barcode se corrió de nuevo.

-¡Oh mierda!...¡Oh joderrrrr....!

Las contracciones de su esfínter comprimieron la polla de Jeff, haciendo que este se estremeciera y llegara al clímax repentinamente.

-¡Oooh joderrr...!, ¡Woooow...!- exclamó eufórico cayendo sobre la espalda del más joven.

Tras unos minutos de jadeos, suspiros y risas postcoitales, este salió del interior de Barcode, se quitó el condón, lo cerró poniéndolo en el suelo, junto a la cama.

-Te amo, pequeño

-Me ha gustado mucho , Jeff

Estos volvieron va besarse y a abrazarse pero entonces escucharon el llanto de Tay.

-Oh vaya, creo que tiene hambre- habló el mayor besando la frente del más joven antes de levantarse y ponerse algo de ropa encima- bebé quédate aquí, debo atender a mi otro bebé y luego seguiré contigo.

Barcode hizo un puchero mientras se tapaba con la manta que había de sobre el otro sofá.

-Aquí estaré esperándote, mi amor.

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14. JeffBarcode: Un amor de ensueño-  Tercera parte  - TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora