Don't Wanna Say - Wenclair (G!P)

𝐗𝐗𝐈𝐗

Esto era demasiado bueno, pensaban. Se notaba en los jadeos de ambas chicas. Estaban agitadas. Merlina besaba a Enid como si sus labios fuesen carne fresca y ella estuviese hambrienta como una fiera. 

Bajó su mano mientras aún seguían en el beso, pasó por su muslo y con gentilesa abrió ambas piernas. Lentamente acercó su mano a la entrepierna de su novia y tocó.

Se sentía un poco húmedo, era suave.

Cortó el beso por un segundo para obtener el permiso de Enid, el cual ella concede.

Con delicadeza, Merlina comenzó a meter un dedo. 

Enid cerró sus ojos fuertemente y abrió su boca sin emitir ningún sonido. 

Esto era nuevo para ella, se había tocado en el pasado pero ahora era distinto. 

La mano de su novia se sentía bien.

Metió su dedo medio por completo, estaba muy caliente dentro de Enid. Era una sensación a la cual podría acostumbrarse, le gustaba.

Enid jadeó, la pelinegra sacó su dedo hasta la punta y volvió a meterlo. 

— ¡Ahh, Merlina! — Gimió Enid al sentir que su novia metía dos dedos ahora, lentamente hasta el fondo.

Esto calentaba mucho a la menor, quien sentía su miembro palpitar. Pero no podía apresurarse, debía preparar a su novia para recibir algo más grande.

Metía y sacaba sus dedos, Enid solo gemía su nombre y esto la volvía loca.

La rubia sentía como Mer la necesitaba, así que bajó su mano y la masturbó mientras su novia hacía lo mismo con ella.

Estaban disfrutando mucho, pero aún era solo el comienzo.

— Mer, te quiero dentro de mí. — Dijo Enid entre jadeos.

La pelinegra sacó sus dedos del interior de su novia, se posicionó entre sus piernas y miró directamente a su chica, este ángulo de ella era realmente excitante, podía ver todo. Enid se sonrojó al notar que Merlina estaba mirándola de esa manera y cubrió sus ojos con su antebrazo.

Bajó a la altura de la cara de su novia y la besó, le dio un pequeño beso en la mejilla y tomó su miembro para ponerlo en el sexo de la rubia, solo el contacto de ambos hizo que un escalofrío recorriera su cuerpo. 

Puso sus manos en los hombros de Merlina y esta empezó a mover su pelvis. No había entrado ni siquiera la punta y Enid había dado un pequeño grito ahogado, lo que preocupó a la pelinegra. 

— ¿Estás bien? — Preguntó. — ¿Quieres que lo saque? 

— Estoy bien, es algo grande... — Dijo entre risas. — Por favor, continúa. — Dijo cerrando sus ojos.

Merlina volvió a moverse, lentamente entrando en su novia. Ella estaba disfrutando, Enid era tan estrecha y eso hacía que quisiese sentir más. Pero debía controlarse para no lastimarla.

Casi entraba del todo y ya no podía seguir, había llegado al punto. 

Miró a Enid y esta le hizo una seña para que siguiera. Sentía dolor combinado con placer, no le molestaba mientras fuese con Merlina.

Empujó más y Enid dio un fuerte gemido, ya había pasado el himen.

Merlina se quedó quieta, esperando a que Enid se acostumbrara.

Y finalmente sucedió.

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lamento la demora...

gracias por leer.