Las intrépidas aventuras del chaval pito en llamas y su novio el fósil viviente

➤ Capítulo 71: Las ochenta y una placas de WenLing

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Chi Muyao solo podía cambiar de habitación cuando se activaba la formación, entrando en otra habitación a través de las brechas en la pared.

Aunque sabía dónde estaba el lugar al que se dirige, la habitación a la que entran podría ser de la muerte y tendrá que pasar por algún calvario al entrar.

Chi Muyao solo podía especular sobre cuál es el menos peligroso, aunque fuera un camino largo, era mejor eso que poner en peligro su vida.

Temía que no podría llegar vivo a la ubicación del manantial, ya que la mitad de sus pertenencias en la Campana de los Mil Tesoros ya se los había acabado.

Ahora estaba realmente desconsolado y exhausto.

Cuando entró en la zona donde se encontraba el manantial espiritual, se sintió instantáneamente aliviado al saber que estaba a salvo por el momento.

Ni siquiera se molestó en mirar a su alrededor, ni se apresuró a recuperar los tesoros de los mayores, sino que tomó su manta favorita y se envolvió en ella para conciliar el sueño.

Por una vez, pudo dormir tranquilo y profundamente.

En su camino hacia aquí, Chi Muyao se había encontrado con otras tres llamas verdes del inframundo, que eran viejos amigos de las llamas verdes del inframundo.

Ahora, ocho llamas verdes del inframundo volaban en su linterna hacia el Manantial Espiritual, y se encontraron con más viejos amigos cerca del Manantial Espiritual.

Poco a poco, más de dos docenas de las llamas verdes del inframundo volaron por el aire, girando e interactuando, y luego todos volaron hacia Chi Muyao, revoloteando a su alrededor mientras dormía, aparentemente para estudiar al hombre.

Chi Muyao durmió profundamente, ignorando el sonido del parloteo en sus oídos.

Pasaron dos días cuando se despertó, sentado con la manta en su mano, mirando soñoliento a su alrededor.

Pensó que podría tratarse de un claro manantial, rodeado de musgo, o de una tranquila agua que fluía en la oscuridad, nada fuera de lo normal.

Pero lo que vio no era un manantial normal, el manantial espiritual ardía en una llama azul acuosa.

Este manantial espiritual no solo brillaba, sino que tenía una llama en su superficie, que por un momento recordó a Chi Muyao a una llama de una estufa de gas.

El manantial espiritual es como un río que fluye desde el inframundo, el agua está bordeada de flores en plena floración, rojas sanguinolentas, rosadas, y fragantes, dulces pero no empalagosas, muy elegantes.

El manantial está lleno de luz como un espejo roto, los alrededores brillaban de luz moteada, dejando ondas de sombras en las paredes.

Las piedras que rodean el manantial eran muy desiguales, pero se suavizaban con la luz del agua.

Se acercó al manantial espiritual para palparlo y descubrió que realmente no brillaba, sino que la energía espiritual era abundante hasta el punto de ser visible a simple vista.

Resultó que ese era el color y el estado del agua cuando se combinaba con la energía espiritual.

Se dio la vuelta y le preguntó a las llamas verdes del inframundo: "¿Puedo tocar esta agua?".

Khong Qing dudó un momento y respondió: "Puedes tocarla, pero no beberla".

Volvió a mirar el agua y preguntó: "¿Está sucia?"