Favorite Crime - Omegaverse [ "adaptación"]

|23| Cupido: " How could you be so cruel?..."

Narradore Omnisciente:

Ella aún no asimilaba el cómo había llegado.

En la tarde, justo después de haber siquiera salido del local de comida rápida, unos brazos la aprisionaron, cubriendo su boca, evitando cualquier alarido.

Era la alfa, quien había preparado una emboscada en el momento en que divisó a las menores de las familias Blight y Noceda.

La omega estaba aterrada, el sentir aquel movimiento era tan familiar y cotidiano para ella que daba miedo el pensar en cuántas veces habrá ocurrido.

— Princesa. — tan sólo el reconocer la voz y el aroma bastó para que empezara a tratar calmarse, no podía mostrar miedo ante ella, lo tomaría personal.

Y ella nunca deseó hacerle nada malo a "su alfa"...

Cuando los intentos de escape cesaron, la morena se alejó con ella, no cambiando de posición.

— ¿De dónde sacaste eso? — apuntó a la comida que Luz le había dado, a este punto, el helado ya estaba derretido. La menor estaba asustada.

— Y-yo... — intentó explicarse, pero sólo pudo sentir un líquido exparciéndose en su cabeza, bajando por su cara, cayendo.

El envase restante se le fue arrojado en la cara, la contraria expresó su conocimiento de la reunión.

"Circuncida mi amor por tí"

La llevó arrastrada a la camioneta, de paso al apartamento.

¿Saben?

Esto no solía ser del todo así.

Antes, la mayor solía escuchar lo que decía, cuando hablaba de sus series favoritas o de sus problemas.

Ahora, tan sólo la arrastraba según su propio estado.

" Es tan insípido y sin rumbo"

.
Esto no le gustaba, la memoria de los qué la hacen quedarse son difusas, pero se defienden como soldados.

Que están comenzando a perder.

" Amor soldado"

" \<>~|{ <; " >~||~ "

" Y un dólar para un boleto en bus de vuelta a casa."

Cuando llegó no había nadie, tampoco esperaba que lo hubieran, no había chances de rogar por ayuda, la clemencia nunca tocaba la puerta.

— Por favor... Perdón, no quería ser una mala niña... — su voz se rompió en pedazos cual cristal.

Esa frase había salido de sus labios en múltiples ocasiones, sólo esta vez traía una respuesta mínima.

— No lo serás. Sólo necesitas un castigo. — al quitarle la falda, entró sin compasión ni remordimiento alguno, con gran coacción.

Un grito ahogado de dolor vino.

— De hecho, puedes ser bastante buena~ — Respondió con gran cinismo, empezando con movimientos bruscos, mordiendo el lóbulo de su oreja.

— L-LO SIENTO, EN SERIO... POR FAVOR- — Sollozó. Nada cambió.

" Oh, eutaniza los latidos de mi corazón"