Capítulo 4

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Beomgyu le sonrió. No sabe por qué o qué lo llevó a hacerlo pero en el instante en que esas palabras salieron de la boca de Yeonjun, fue como si éste lo hubiera hechizado, como si hubiera expulsado una poción además de aquella oración.

— Entonces ¿quieres mi número? — sabía que probablemente estaba dándole material a Yeonjun para poder burlarse de él, pero no le importaba, si podía sacarle el número, entonces sería una victoria para él.

Entonces, Yeonjun que sólo había estado mirándolo, metió la mano en su bolsillo del pantalón y le extendió su teléfono que ya tenía la aplicación de contactos abierta lista para llenar el espacio con su número de teléfono, lo tomó y escribió rápidamente.

— Si tienes algo que decirme, ya puedes hacerlo por mensaje sin necesidad de decírselo a mis amigos.

— Es bueno saber que por fin conseguí tu número, Beomgyu — le guiñó un ojo, el castañito no supo qué hacer, nunca le habían coqueteado así, las chicas lo miraban y paseaban su lapiz por sus labios y sabía que debía acercarse. Yeonjun lo ponía ansioso y con ganas de saber cuál sería su próximo movimiento, pero claro, dentro de él no admitiría aún que todo ese trato tenía segundas intenciones. 

— Es grato saber que muchas cosas de las que haces, lo haces por fastidiarme, pero no lo conseguirás. Soy mucho mejor que tú — si era honesto, Beomgyu lo había dicho para que Yeonjun alegara, porque cuando lo hacía, el otro se acercaba a él demasiado.

Y eso le gustaba. 

— Sí claro — Yeonjun se acercó, pero mucho más de lo que esperaba, estaba en medio de dos edificios, no estaba acorralado, podía apartarse si quisiera o podría hacerse a un lado. No hizo nada, lo miró a los ojos y seguido, a sus labios y a ese piercing tan particular que tenía, Yeonjun también lo miró con ojos divertidos (¿o tal vez seductores?) y entonces, acerco esa preciosa boca a su oreja — ¿sabes? tienes los labios resecos.

Se apartó un poco y Beomgyu lo miró confundido. Casi tanto como cuando le comenzó a robar las conquistas. Se dio cuenta de que Yeonjun le causaba confusión la mayoría del tiempo, su corazón y mente no podían entender qué pasaba o por qué él hacía eso, ¿por qué Yeonjun le coqueteaba tan descaradamente si sabía claramente que él era heterosexual? Un momento, ¿Yeonjun estaba tratando de seducirlo?

— ¿Qué?

— Que tienes los labios resecos, humedecelos más seguido.

Se alejó y se fue caminando con un paso bastante ligero a la vista que Beomgyu tenía. Suspiró y caminó de vuelta al salón donde había dejado a su amigo.

...

Mientras Taehyun estaba sentado esperando a su amigo en aquel salón vacío y miraba en su teléfono con los audífonos puestos, escuchó a alguien entrar al salón con un "perdón, olvidé mis audifonos" y asintió. Pero cuando sintió cómo la persona que antes le había dicho tales palabras se acercaba a su asiento, alzó la mirada. 

Era el chico de la biblioteca, Hueningkai, ese Hueningkai. Tal vez se iba a desmayar ahí mismo. 

— ¡Oh...! Eres el chico de esa vez — le sonrió. Taehyun abrió la boca para poder responder, en cambio, sólo asintió despacio. No podía pensar con claridad, la persona que le gustaba le habló, lo que él no pudo hacer en un mes intentándolo. —Disculpa que interrumpa tu soledad, es que dejé mis audifonos por aquí pero creo que están justo abajo de la silla donde estás sentado ahora mismo. 

— Ah... ¡Ah! Claro, perdón — ya estaba haciendo demasiado el ridículo al quedarse pensando por unos dos minutos las palabras que el otro le había dicho. Se paró con prisa.— Adelante.

bad boy ; yeongyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora