Su propósito era otro: invitar a salir a Beomgyu. Cuando lo vio caminando con prisa hacia algún lado tenía claro lo que iba a decirle. "Deberíamos salir este sábado", pero se quedó en blanco apenas lo vió. La mirada del otro casi siempre lo dejaba sin la menor idea de lo que quería decir, intentaba improvisar pero siempre terminaba fracasando. Aún así, podía identificar la chispa en los ojos de Beomgyu, aquella que siempre relucía cuando algo le emocionaba; lo identifico cuando alcanzó a verlo un día sonriendo con Taehyun.
Quería que le sonriera sin que hubiera un deje de sarcasmo al hacerlo. Pero no encontraba la forma de acercarse de otra manera a él, una que iba más allá de besarse, lo cual significaba conocerlo. Y ¿Beomgyu se interesaba en él acaso de otra forma? Pues sabía por Soobin que el otro nunca había besado a un hombre, lo que dejaba abierta la posibilidad de que el otro sólo estaba confundido. Y eso lo dejaba peor a él, porque dentro de sí no quería ser la persona que terminara lastimada al final.
Y ahí estaba de nuevo, cayendo en las provocaciones de Beomgyu. Y el otro también había caído en la suya, así que ¿quién era culpable en realidad?
Comenzó a caminar hacia la parte de atrás del edificio tan pronto dieron las 2:55 pm. Si realmente iba a besar a Beomgyu, tenía que llegar a tiempo, generalmente ese tipo de cosas no esperan mucho. Pensó que a lo mejor se animaba a pedirle aquella cita que ya había planeado con Soobin, cosa que los llevó dos días concretar. No sabía mucho de citas así que tuvo que buscar un poco en internet y usar un poco de la información que le proporcionó Soobin (aunque era difícil que alguna fuera buena, puesto que el más alto realmente tenía la percepción de ellas bastante... bueno, extraña). Yeonjun no creía que fuera buena idea decirle a Beomgyu que se fueran a un hotel en la primera cita, según Soobin eso siempre funcionaba. Frunció el ceño al recordar aquellos consejos.
No esperó mucho cuando apareció Beomgyu ante él, estaba radiante. Si había una cosa que ahora mismo pudiera resaltar de él era que siempre parecía brillar, era como un rayo de sol, uno que al principio molesta pero después su calidez te envuelve entonces dejas de tomarlo como un problema y comienzas a disfrutarlo. Y además, Yeonjun pensó que tenía brillo labial porque sus labios se miraban exquisitos.
O tal vez era la desesperación por besarlo, tal como le había dicho al otro. Besarlo hasta que dejara de ser un idiota impertinente.
— Vaya, sí que estás aquí — Beomgyu ya estaba demasiado cerca de él, el susurro lo obligó a pegarse a su cara. O sólo es una buena excusa.
— Soy hombre de palabra.
— ¿Y vas en serio con todo lo que me dijiste o sólo lo dices para presumir? — ahí estaban, las palabras que necesitaba para tomar la iniciativa.
— Yo sí, no sé si tú estés dispuesto.
— Te dije que no era mojigato — parecía molesto, pero la comisura que se levantó ligeramente lo delató totalmente. A Beomgyu le era casi imposible mantener su enojo porque sólo estaba mirando los labios de Yeonjun, ese bonito labio inferior que quería morder y los brazos, no podía dejar de pensar en lo atractivo que era y cuánto quería sentir esas manos en sus muslos.
Últimamente al mirar a Yeonjun comenzaba a tener ese tipo de pensamientos, como si nunca en su vida hubiera tenido sexo, como si hubiera reprimido la pasión y luchara por salir ahora, y justo por el otro.
— Repítelo.
— ¿Qué?
— Dilo otra vez, que no eres un virgen.
— Te juro que si vuelves a decirme así, yo... — las palabras se ahogaron en su garganta. Yeonjun lo acorraló hacia la pared y deslizó una de sus manos al rostro de Beomgyu, sin besarlo, los labios estaban casi juntos pero parecía que el otro quería seguir torturándolo lo que frustró demasiado a Beomgyu — ya bésame idiota, le das muchas vueltas al asunto.
Entonces otra vez estaban ahí. Yeonjun lo estaba besando, lento. Se abría paso como si caminara lentamente a un lugar desconocido, Beomgyu emitió un suspiro en medio del beso, como si se fuera a escapar su alma a través de él. Lo hipnotizaba eso que hacia Yeonjun al tomar aire, ese pequeño acto al jalar más aire a sus pulmones, como si estuvieran compitiendo por quién aguantaba más. Bajó los brazos hacia el pecho del otro y ahí los dejó.
De pronto, Yeonjun se juntó más y bajó una de sus manos a su muslo. Jadeó, sintiendo el contacto exquisito, como si nunca lo hubieran tocado en ninguna parte, como si fuera lo que lo había llamado el otro unos minutos antes: un virgen. Beomgyu se aferró a uno de sus brazos, sintiendo el músculo, la textura de la piel tan suave y tersa, entonces se atrevió a hacer realidad su deseo; mordió el labio inferior, el más grueso que tenía Yeonjun. No podía escapar ahora de aquella emoción que se extendía por su pecho que lo estaba guiando a un sentimiento más fuerte y real que por el momento prefería ignorar.
El placer se extendía y Yeonjun le mordió el labio también, otro jadeo, ahora de parte del de pelo negro. El piercing del chico le daba otra sensación al beso. No podía y menos quería dejar de besarlo.
— Ven — ordenó Yeonjun. Beomgyu se aferró a su cuello para poder subir sus piernas a la altura de su cadera. Lo miró un segundo, el instante exacto en que un brillo sútil apareció en los ojos del otro, sonrió triunfante y volvió a besarlo. Comenzó a dar pequeños besos, pasó hacia las mejillas para seguir hasta las orejas y comenzar a bajar al cuello. Se les olvidó que no estaban en un lugar privado.
Y de pronto, Beomgyu recordó que estaban al aire libre y que si los encontraban manoséandose de esa manera, los iban a castigar. Se separó, aunque sin quererlo realmente, de Yeonjun y se le quedó mirando, tenerlo así de cerca servía únicamente para poder memorizar aquella sonrisa soberbia que le dedicaba el otro, esos labios carnosos, la nariz y los ojos.
— ¿Qué pasa?
— Creo que no deberíamos estar haciendo esto aquí, en la escuela.
Se le quedó mirando detenidamente, accedió a bajarlo después de unos segundos.
— Tienes razón, deberíamos ir a mi casa.
Beomgyu se atragantó con su propia saliva. Comenzó a toser fuertemente. El otro le alzó la ceja enseguida, y no supo qué hacer ni decir. ¿Para qué exactamente debería ir a casa de Yeonjun? Claro que se imaginaba todo eso, la pasión con que lo había besado el otro unos minutos antes, pero ¿estaba listo verdaderamente para dar ese paso?
— Oh, no, yo— agregó Yeonjun sin saber realmente qué decir. En ese momento comenzó a sonar su celular, era Soobin que lo estaba buscando.
— Es que tengo que ir a otra clase... Después te veo — el momento era tan incómodo pero Yeonjun necesitaba decirle, a lo mejor ya no había otra oportunidad.
— Sí, eh, yo te quería invitar a — carraspeó sintiendo que la palabra se le iba a quedar en la garganta — una cita.
— ¡Sí!, digo, sí claro, avísame cuándo y dónde por mensaje, adiós — levantó una mano para despedirse de Yeonjun y se echó a correr. Por otro lado, no podía estar más feliz y a la vez consternado; era la primera vez en su vida que le pedían una cita. Estaba más acostumbrado a pedirlas él.
Yeonjun no podía creer que lo había logrado; pensó que nunca diría tal palabra, nunca había invitado a nadie en su vida a una cita. Lo cual resultaba paradójico; besaba a Beomgyu como si tuviera una maestría en ello, pero era todo un novato para invitarlo a salir. Avanzó fuera de la escuela con una sonrisa que no podría borrarse en mucho tiempo.
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Ando bien inspirada con la historia, y me puso super feliz que casi llega a 1k lecturas, en serio muchas gracias por seguir leyéndome. Realmente de cierta forma la retomé porque quería volver a sentir la pasión que sentí desde la primera vez que escribí. Y ahora, creo que me está ayudando a ejercitar mi redacción cosa que me sirve para la carrera, también.
Cualquier error lo corregiré después, jeje.
Y nada, además, por fin le hablé a mi crush y fue super bonito. Y eso.
BTW, BACK FOR MORE, ptm, qué canciónsota con todo el afán de alabar. Si no la han escuchado, háganlo porque los txt lo volvieron a hacer.
Nos vemos en la próxima actualización que capaz y sea más largo que esto porque tengo varias ideas, jiji.
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bad boy ; yeongyu
Fiksi PenggemarChoi Beomgyu es un famoso "bad boy" conocido en la escuela porque le gusta tocar una canción a sus conquistas, sin embargo, de pronto, alguien comienza a "robarle" a las mujeres que quiere conquistar. Dispuesto a enfrentar a tal ladrón, termina por...