Primeros Pasos en el Amor

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Dos semanas después

—Isa, ¿te gustaría venir a cenar conmigo?— sonrió.

—Eh, claro que sí— lo miró con una sonrisa.

—¿De verdad?— dijo sorprendido.

—Si, de verdad— lo miró —por qué no querría eres mi amigo.

—Eh claro, amigos— susurró lo último.

—¿Qué has dicho al final?— giró la cabeza.

—Nada no te preocupes— sonrió —vamos a cambiarnos y nos vamos vale.

—Claro— sonrió y se fue a su habitación.

Minutos después los dos bajaron, Mark se puso unos vaqueros negros con un jersey negro e Isabel se puso una falda roja con cuadros negros y un jersey rojo.

—Wow, que bella estás— sonrió un poco nervioso.

—¿En serio lo crees?— sonrió sonrojada.

—Claro que sí linda— cogió su mano y empezaron a andar —iremos en mi moto linda.

—Que guay, tienes moto creía que no conducías— sonrió.

—Bueno, solo conozco mi pequeña moto— sonrió —los coches no me gustan para conducirlos, prefiero las motos.

—Oh entiendo, vamos en tu moto entonces— lo miró con una sonrisa.

Salieron de la casa y se fueron a la moto y se montaron en esta para que luego Isabel se agarrara en la cintura de Mark.

—Agárrate bien linda— sonrió y empezó a conducir.

—Si Mark— dijo y se agarró bien.

Una media hora llegaron a un hotel con restaurante, bajaron de la moto y Mark cogió un poco a Isabel para bajarla de la moto.

—Gracias Mark— dijo sonrojada mirándolo.

—No hay de que princesa— sonrió y la dejó en el suelo.

—Venga vamos adentro, tengo un poco de hambre— sonrió y empezó a andar.

—Claro linda— empezó a andar al lado de ella.

Entraron en el restaurante, se sentaron en una mesa y llegó a los pocos minutos un camarero.

—Muy buenas jóvenes— sonrió —díganme que quieren comer— dijo dándoles la carta con el menú.

—Miraremos un poco el menú y en unos minutos le diremos lo que queremos— sonrió.

—Perfecto joven en un rato volveré— lo miró.

—Isa, ¿Qué quieres comer?— sonrió mirándola.

—La verdad es que no lo che Mark, todo se ve muy rico— sonrió —¿tú que vas a pedir?

—Entiendo, yo pediré el menú del día para quitarme de complicaciones— la miró.

—Que bien— sonrió  —y que lleva el menú del día— lo miró.

—Pues de primero pasta a la carbonara y de segundo filete empanado con patatas fritas— sonrió.

—Que rico, yo también quiero eso— lo miró con una sonrisa y en eso llegó el camarero.

—Jóvenes, ¿ya saben que quieren comer?— los miró.

—Sí, vamos a querer dos menús del día gracias— sonrió.

—Vale chicos, en un rato os los traigo— dijo y se fue.

Una hora y media después terminaron de cenar y también pagaron.

Amistad y AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora