𝟐. La habitación 29

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Llegué al muelle donde los Pogues me esperaban en el pequeño barco de John B (si así se le puede llamar, más bien era una lancha pequeña o un bote).

—Buenos días, Ash —dijo JJ, extendiendo la mano en la que no tenía su cerveza ayudándome a subir, llevaba la misma camiseta sin mangas por tercer día consecutivo—. ¿Qué tal Agatha?

—Podría ser peor —contesté, dando un saltito y entrando en el bote—. Una palmera a estado a medio metro de caernos encima de la casa. Pero solo ha acabado con nuestro buzón.

—Por la pérdida de tu buzón, brindemos —dijo Kiara, acercándome una cerveza de la neverita.

Kiara iba mucho más aseada que JJ, tenía un estilo bastante parecido al mío, aunque el suyo era un poco más hippie y la ropa estaba mucho más nueva, además de tener más.

—¡POR EL BUZÓN DE ASH! —exclamaron todos a la vez, levantando sus cervezas y bebiendo.

La verdad es que, cualquier cosa mala que te hubiera pasado, se arreglaba yendo con los Pogues. Con ellos no existían problemas, podía escapar de la cruel realidad y ser feliz por al menos unas horas. Su apoyo después de que me diagnosticaran diabetes y las semanas de adaptación fue reconfortante.

—No puedes competir conmigo, Ash —repitió JJ, cuando discutíamos sobre un estúpido reto que hacíamos siempre—. Oye, Pope, ¿puedes darle caña?

—Venga, chulito, a ver quién gana.

Me quite la camiseta descolorida, quedándome sólo con mi bañador azul.

—Vamos, allá —comentó John B, sentándose en la parte más alejada de nosotros—. Admitirlo los dos, no os sale el truco.

Corrí hasta la proa del bote donde JJ ya se había preparado.

—Uno, dos y... —contamos al unísono—. ¡Tres!

Alzamos nuestras botellas de cervezas, sin pegar los labios a la boquilla, intentando que la cerveza por el viento cayera en nuestras bocas. Aunque la mayor parte de la cerveza salía volando.

—Basta, me estáis llenando el pelo de cerveza —se quejó Kiara, riéndose y tapándose con la mano de las gotas de cerveza.

—Vale, ya está bien. Dejadlo —dijo Pope.

Me detuve, aunque JJ seguía haciéndolo. Iba a cogerle la cerveza para beberme lo que quedaba de un trago, cuando un frenazo nos hizo saltar por los aires a los dos. Ambos caímos contra el agua, fue como si cayera contra un bloque de cemento.

—Joder... —farfulló JJ, flotando en la superficie ya sin cerveza—. Ash, ¿estás bien?

—He dado el mayor planchazo de mi vida, se me ha salido hasta el parche —dije, escupiendo el agua que había entrado en mi boca al sumergirme y viendo mí parche flotando, comprobé rápidamente que mi sensor seguía ahí (gracias a dios estaba)—. ¿Y tú?

—Creo que me he dado con los talones en la nuca.

—Kie, ¿estás bien? —le pregunto John B a Kiara en el bote—. ¿Qué ha sido eso?

—Un banco de arena, el canal a cambiado.

Tenía los ojos cerrados, con la cabeza hacía el cielo, flotando con las piernas y los brazos extendidos en forma de estrella. Me picaba el abdominal y donde solía tener el parche, seguramente estaba rojo.

—¡Aguadilla! —grito JJ, segundos después me sumergió la cabeza de nuevo en el agua.

—¡JJ! —bramé, esculpiéndole el agua en la cara y subiéndome encima suya para intentar hacerle una aguadilla también—. Eres un capullo.

𝐀𝐒𝐇𝐋𝐄𝐘 𝐖𝐇𝐈𝐓𝐄; 𝘑𝘑 𝘔𝘢𝘺𝘣𝘢𝘯𝘬Where stories live. Discover now