𝟑. Actuando con normalidad

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Esa misma tarde, ya nos habíamos hecho con un barril y lo habíamos llevado al Páramo. La parte de la isla en la que estaba todo el mundo, como un burrito de tres capas; los Pogues (nosotros) y el resto de adolescentes de la clase trabajadora (los mejores); Luego están los Kooks, estirados ricos con segunda residencia, la mayoría de pijos internos (los peores); Y, por último, los Turilerdos, no se enteran de nada y suelen venir una semana de vacaciones con su familia.

—Soy de Toronto. He venido una semana de vacaciones con mi familia —me explicó el Turilerdo con el que hablaba, creo que se llamaba Noah—. ¿Tú eres de aquí o también estás de vacaciones?

—Soy de aquí. Nací aquí y aquí me quedaré seguramente para toda mi vida —respondí, tomándome un gran sorbo de mi cuarta cerveza.

—Bueno, es un buen sitio para vivir. Es bonito, con playa... —comentó.

—La vida en esta isla es buena, pero todo depende de en qué lado de la isla te quedes —dije, y señalé a un grupito de Kooks con la cabeza—. Si eres un Kook como ellos, tienes la vida solucionada y vivirás perfectamente. Si eres una Pogue como yo, la vida será más difícil. Aunque supongo que eso pasa en cualquier sitio al que vayas.

—Que profundo... Se ve que eres una chica que ha vivido cosas. Mucho mejor que una niña mimada.

Menuda cursilería. Tuve que aguantarme la risa.

—Bueno, tus padres también tienen dinero si venís a veranear hasta aquí desde Toronto —dije, sonriendo burlona.

—Tendré dinero, pero no me parezco en nada a esos Kooks.

Estuve un rato más hablando con el chico y no me cayó muy bien que digamos. De hecho, me alegre cuando Kiara me dijo que era mi turno de estar en el barril sirviendo cerveza. Era guapo, pero no merecía la pena si tenía que seguir hablando más tiempo con él.

—¿Qué está haciendo aquí? —me preguntó Kiara, señalándome más allá dónde un poco apartados de la fiesta había dos Kook.

Eran Sarah Cameron, también conocida como princesa Kook. Mejor amiga de Kiara en noveno curso y peor enemiga en décimo. Después, Kiara tuvo la gran suerte de conocerme y nos hicimos mejores amigas, fui yo la que le presentó a los Pogues. Y Topper, el capullo de su novio. Un rico que cree que para lo único que servimos los Pogues es para hacer el trabajo duro y ser la escoria de la isla, para nada más.

Me quedé en el barril, sirviendo cerveza a los adolescentes que venían a por más alcohol.

—¿Qué tal JJ y tú? —preguntó de la nada Kiara, le mire confundida—. Vamos, no me jodas. Se nota que os gustáis.

—Pero ¿qué os pasa ahora? John B dijo lo mismo en el motel. Somos...

—Sí, sí. Amigos, muy bien —terminó por mi Kiara—. Todos los pogues nos hemos dado cuenta, incluso los Kooks se han dado cuenta.

—¿Darse cuenta de qué? —inquirí.

Kiara dijo con la cabeza a su izquierda, cuando vi en esa dirección vi a JJ y John B con dos Turilerdas. Pero JJ no parecía muy atento a su conversación con la chica, es más, miraba hacía aquí, aunque apartó rápidamente la vista y retomo la conversación con mucho ánimo.

—¿Ves? Te estaba mirando.

—O tal vez me estaba mirando el escote —dije, mirando de nuevo a Kiara—. Es JJ, no ve más que tetas y culos. Además, nada de líos entre pogues.

—Subestimas a JJ. Y a la mierda las normas, ¿desde cuándo un pogue cumple las normas? —me preguntó. Me encogí de hombros—. Yo creo que hacéis buena pareja. Admítelo.

𝐀𝐒𝐇𝐋𝐄𝐘 𝐖𝐇𝐈𝐓𝐄; 𝘑𝘑 𝘔𝘢𝘺𝘣𝘢𝘯𝘬Where stories live. Discover now