Capítulo 75: Resfriado parte 4

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Del asco.

Así se sintió Kyle Rayner cuando abrió los ojos esa mañana. Aunque estaba acostumbrado a despertar sin mucho esfuerzo y con las energías suficientes para empezar la mañana, ese día sus párpados se sintieron más pesados y le fue muy difícil abrir los ojos. Cuando finalmente pudo hacerlo, su visión fue borrosa y le tomó un tiempo ver la forma del techo de su habitación, mismo en el que comenzó a sentir un dolor alojarse en su cabeza y cierta tensión en todo su cuerpo.

No le fue difícil darse cuenta de lo que ocurría. Se había resfriado. Los recuerdos del día anterior y de todo el tiempo que pasó con la mitad de su cuerpo totalmente expuesta a la fría lluvia le golpearon de frente, maldiciendo internamente.

Haciendo más esfuerzo del normal, se levantó de la cama para comenzar a prepararse, pues planeaba ir a la escuela como de costumbre. Un dolor de cabeza y muscular no le parecía suficiente para no asistir a clases, pues se decía a sí mismo que en realidad no se sentía tan mal, así que salió de la habitación para ir al baño y lavarse los dientes.

— Hey, wow, te ves del asco — Wally salía del baño y al encontrárselo afuera iba a saludarle como de costumbre, pero interrumpió su saludo matutino al verle.

Kyle no tuvo el humor ni las fuerzas para responderle, así que solo le miró.

— ¿Te sientes bien? —.

— Sí, solo fue una noche difícil — Respondió quitándole importancia.

— ¿Seguro? — Wally dudaba que su aspecto se debiera a solo una noche difícil.

— Sí, perdón, debo darme prisa — Kyle lo hizo a un lado para tener acceso al baño.

Wally no estaba para nada convencido, pero sabía que el otro no cedería así que siguió con lo suyo.

Kyle lavó sus dientes con una lentitud inusual, mirándose al espejo y dándose cuenta de porqué Wally se sorprendió. Su cabello estaba más desordenado de lo normal, como si hubiese girado la cabeza muchas veces sobre su almohada, aunque no lo recordaba, sus ojos estaban caídos y su rostro lucía algo rojo. Al terminar de cepillarse los dientes, juntó un poco de agua en sus manos y mojó su cabello para que peinarlo fuese más fácil y fue al sentir las gotas de lluvia resbalar por su rostro que se dio cuenta de que su temperatura era mayor a la usual. Tocó su frente y comprobó que tenía un poco de fiebre.

Ya no pudo negarlo más. Estaba enfermo.

Los recuerdos del día de ayer y de los 30 minutos en los que la mitad de su cuerpo pasó bajo el agua llegaron a su mente como reproches y es que aunque al llegar a casa se cambió de ropa de inmediato, no había hecho un esfuerzo por evitar empaparse.

Creyendo que tenía que asumir la responsabilidad de sus actos, salió del baño y volvió a su habitación para cambiarse. Sus movimientos fueron más lentos de lo normal, pero finalmente pudo terminar de vestirse. Bajó al comedor con paso más lento que el de costumbre, pero logró llegar a la mesa y sentarse, sin notar las miradas que recibió al aparecerse.

-Kyle... ¿Te sientes bien? – Preguntó Barry.

-Sí... -.

-Mentiroso, te ves del asco – Objetó Hal, quien en un rápido movimiento se acercó al chico y puso una mano sobre su frente. – Y estás del asco, tienes fiebre -.

Barry dejó el sartén con los huevos revueltos sobre la estufa y se acercó al chico. Wally y Bart miraban la escena, el menor con especial preocupación. El que Kyle no hubiese apartado la mano del piloto era una clara señal de lo mal que se sentía.

-En verdad tienes fiebre ¿Tienes algún otro malestar? – Preguntó el rubio una vez que comprobó la temperatura alta.

-Estoy bien... – Claramente Kyle no podía verse a sí mismo para darse cuenta de lo falso que parecía.

Two Dads - HalBarry - DCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora