Capítulo 41: Visita Navideña.

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Bart espero, espero todo el año para que su fecha favorita por fin llegara y luego de tanta espera, finalmente estaba aquí.

-¡Barry! -.

El hombre rubio dejó las labores de cocina por un momento para prestar atención al pequeño.

-¿Qué ocurre, Bart? - Barry Allen llevaba puesto un mandil de color rojo para no mancharse su suéter de color crema.

-¿Estás seguro de que Santa vendrá? - preguntó inquieto, preocupado.

-Por supuesto que sí - sonrió - ¿Por qué no vendría? Has sido un buen niño todo el año -.

-¿Pero cómo sabrá dónde vivo? ¡Él no sabe que me mudé! ¿Y si lleva mis regalos a mi vieja casa? -.

Eso tomó por sorpresa al rubio, se imaginó otro tipo de inquietudes, no se imaginó algo como eso, así que no sabía qué responder.

-Pues... - se sintió un poco intimidado por los grandes ojos del niño - ...no te preocupes por eso, Bart - sonrió y se agachó a su altura - Santa sabe todo sobre todos los niños del mundo, sabe cuando uno se cambia de casa -.

-¿Tiene la dirección de aquí? -.

-Por supuesto que sí, recuerda que viene a dejarle regalos a Wally, estoy seguro que también traerá los tuyos -.

-¿De verdad? - sus ojos mostraron un poco de esperanza.

-Claro que sí - acarició su cabello sin dejar de sonreír - ahora ¿Podrías decirle a Hal que venga? -.

Bart asintió, ya sin ninguna preocupación en mente y se apresuró a buscar a su tío.

Barry suspiró, aliviado por haber evitado una crisis.

-¿Qué pasa, bear? - Jordan apareció en la cocina y no tardó en colocarse a su lado.

-¿Estás seguro de tener los regalos listos? -.

-Muy seguro, hace rato fui a echarles un vistazo - abrió los ojos en un gesto de alivio y cansancio - no sabes lo difícil que es mantenerlos escondidos de Bart, nunca hicimos tanto esfuerzo con Wally -.

El pequeño Bart Allen era muy curioso e inquieto, en ocasiones era todo un explorador, así que la tarea de mantener ocultos los regalos de navidad se volvió algo difícil, pues pocos eran los lugares donde el niño no podría encontrarlos.

-Si te soy sincero, me sentí mucho más relajado cuando Wally se enteró que Santa no existe -.

-Habla bajo, Hal, no quiero que Bart te escuche - Barry quería mantener la ilusión infantil del pequeño por al menos un par de años más.

-Hablaré más bajo entonces - la mirada del piloto cambió por completo, rodeó a su pareja por detrás y acercó la nariz a su nuca - veo que preparas todo un festín de navidad -.

-Me vendría excelente una mano - dijo en queja, sin caer en sus juegos de seducción - a este ritmo cenaremos muy tarde, falta mucho -.

-Al menos puedes olvidarte del postre, sabes que de eso se encarga Iris -.

-¿Y de qué te encargas tú? -.

-De vigilar a nuestros hermosos retoños, por supuesto - dio un pequeño beso en el cuello blanco - y de mimarte -.

-Puedes guardar los mimos para más tarde, toma otro mandil y ayúdame -.

-¿Qué le pasó al Barry que sucumbía a mis encantos en cuanto me acercaba? -.

Two Dads - HalBarry - DCDonde viven las historias. Descúbrelo ahora