Seattle—Washington
En el centro de la ciudad, concretamente en un lujoso Penthouse, se podía ver a una hermosa pelinegra de larga cabellera, buena figura y piel bronceada, prepararse para un nuevo día, esta tenía todo en perfecto orden, pero se tomaba su tiempo porque debía verse impecable; ajustó su falda tuvo, al igual que su chaqueta, la cual combinaba con su camisa, sin contar los costosos tacones que combinaban con su bolso, todo última colección. Cuando estuvo lista salió del Penthouse rumbo al estacionamiento, donde se acercó a su auto BMW serie 3 sedán blanco, entonces, fue rumbo a su trabajo.
—Larry llamó, está preocupado—dijo una morena en cuanto la vio llegar al bufete, pero la pelinegra siguió caminando como si nada.
—Le dije que la reunión sería a las 10 am, no pensaba levantarme más temprano—respondió la pelinegra como si nada mientras revisaba su teléfono, tenía varios mensajes de su mamá, pero justo ahora no tenía tiempo.
—El juicio es mañana, y...—empezó la morena, pero se detuvo cuando la pelinegra se giró.
—No necesito que me recuerdes eso, Alisha, solo dile al bueno para nada de Larry que lo estoy esperando—dijo esta con molestia.
—Sí, señorita Campbell—dijo Alisha rápidamente antes de salir casi corriendo, todos conocían el carácter de la pelinegra.
Mackenzie Campbell era una de las socias del bufete más importante del estado, pero lo que resaltaba en ella era su fama como abogada, no solía tener casos fáciles, pero era astuta, cruel, y siempre iba dos pasos adelante de sus oponentes, así que todo empresario que tenía sus problemas legales, la buscaba a ella, por algo muchos la apodaron la víbora, o la viuda negra, porque ella sabía acechar a su presa antes de acabar con ella.
—Larry, qué alegría verte—dijo Mackenzie con ironía cuando vio al hombre entrar en su oficina, pero este se veía ansioso y a la vez molesto.
—No es gracioso, la contraté para no tener que llegar a un juicio—dijo el hombre molesto, pero Mackenzie sonrió.
—Corrección, me contrató porque ambos sabemos que no duraría un día en una prisión, a pesar de que si robó dinero que era para el amparo de niños, no se equivoque, aquí soy yo quien le está haciendo un favor—dijo Mackenzie con burla, pero el hombre se veía incómodo.
—¿Cómo va la defensa?—
—Bien, ya sé cómo hacer que no se pudra en una prisión, pero necesitaré el resto del dinero—dijo Mackenzie mirando sus uñas. Actuaba como si esa conversación fuera aburrida.
—Quedamos en que sería después del juicio...—
—No, usted creyó eso, es diferente, entonces ¿Quiere seguir hablando?, perfecto, pero quiero mi dinero—dijo Mackenzie tranquilamente, y Larry suspiró antes de sacar su chequera.
Mackenzie le explicó brevemente cómo sería su defensa y, cuando Larry se fue más tranquilo, ella continuó trabajando. Sin embargo, su teléfono empezó a sonar. La primera vez lo ignoró, pero cuando volvió a sonar, decidió responder, aunque lo hizo con molestia.
—Mamá, ya lo hemos hablado, estoy trabajando—dijo Mackenzie en cuanto respondió la llamada, pero continuó leyendo la declaración que tenía de su testigo.
—Lo lamento mi amor, pero...tenemos un problema—la pelinegra se concentró en la llamada al escuchar eso.
—¿Qué hizo ahora?—dijo Mackenzie con molestia.
—No es referente a tu hermana, aunque ni siquiera ha llegado, dijo que estaba con sus amigas—
—¿Y entonces?, dudo que Noah esté en problemas—
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NEW LIFE: The Best Version 👢🐴🌻
RomanceMackenzie Campbell parecía tenerlo todo, una carrera de ensueño como abogada en uno de los bufetes más prestigiosos de Seattle, un lujoso apartamento con vista al puerto, y un novio que muchos consideraban perfecto. Viviendo una vida que parecía sac...