Por Primera Vez

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Capitulo 7

Soy consiente de el tiempo pasa, como este interviene en cada una de las cosas que hay en el mundo, como este hace crecer hasta marchitarse a las flores del jardín como este pudre lentamente la madera de esta vieja casa, como el tiempo hace que los animales que veo desde el interior dé una ventana rota poco a poco se acercan a su muerte.

Soy consiente de como el tiempo avanza arrastrando a todo consigo, pero a pesar de eso de alguna forma siento como ese tiempo se a parado para mi,   las cosas no han cambiado, lo mismo de siempre, la misma rutina que de alguna forma ya me e acostumbrado, mi cuerpo se a recuperado la mayor parte de lo ocurrido hace dos semanas con el disparo en mi torso, gracias a el buen trabajo de Franz, me pregunto como habría sido mi destino sin que el no hubiera  intervenido, probablemente ya estaría muerto de cualquier forma, no puedo evitar sentirme frustrado, de tan solo pensar en que sin importar que decisión hubiera tomado nada bueno hubiera resultado para mi,  o quizá solo quizá en algún universo yo tuviera ese futuro que tanto deseo, un futuro que se que no tendré.

Y de nuevo me creo filosofo mirando al techo a las tres de la mañana o la hora que sea no tengo reloj, solo se que no hay sol, suelto una ligera risa al darme cuenta de mi falta de cordura, este lugar va a volverme loco, e pensado en irme simplemente, en tomar provisiones y largarme de aqui, abandonar todo y a Franz, pero esa idea se derrumba al imaginar lo que sea que me espera en el bosque, desde animales hasta personas,  ya pasaron dos semanas si es que mis cuentas no me fallan que llevamos en este lugar, los bombardeos son menos frecuentes pero casi me matan de un infarto cuando pasan en la madrugada, de echo esa es la razón por la que estoy despierto.

y es que es imposible ignorar como el suelo se sacude haciendo todo retumbar, el horrible zumbido de los aviones pasando a metros sobre ti y sobre todo el imaginar la destrucción que dejan a su paso llamaradas de fuego que son como bolas brillantes entre la oscuridad notables a kilómetros de aqui, pero lo peor llega después cuando la lluvia calma las llamas dejando todo en completa oscuridad, mis ataques de pánico son cada vez peor ya ni siquiera distingo si es la oscuridad de la noche o mis ojos rogando por paz, los mas cortos duran cuarenta minutos hasta que logro calmarme, como ahora.

Necesito un respiro de todo el caos que hay en mi cabeza, ahora lamento no haber traído una de las botellas de agua, me levanto del desastre de sabanas y almohadas de la cama y camino con pesadez hacia el pasillo, ruego por que la puerta no haga ruido y me lamento por el rechinido infernal que hace la puerta al moverse, no veo nada solo camino con cuidado hacia delante guiándome por la pared.

- ¡Puta madre! - doy un grito ahogado cuando mi dedo meñique del pie golpea la pata de uno de los muebles del pasillo, el golpe hace que una de las decoraciones caiga del mueble y rebote contra el piso haciendo ese maldito ruido infernal que parece nunca acabar, genial ¿por que cuando uno no quiere hacer ruido alguno parece como si se le cayera la casa encima?, ignoro mi dolor cuando veo una de las puertas comienza a abrirse, es la puerta de Franz, el pánico se ahueca en mi estomago, mi escandalo seguro lo despertó, el instinto de correr de regreso a mi habitación crece cada vez que veo la puerta abrirse frente a mi, de donde unos ojos curiosos se asoman con cautela, es Franz quien al verme sale por completo de su habitación.

- Geht es dir gut? - Su voz suave sobresalta en el silencio, escaneando de pies a cabeza con sus ojos bicolor, yo no e entendido ni una palabra de lo que a dicho y me cohíbo al sentir su mirada escanearme, el mira el jarrón roto en el suelo de madera y suelta lo que entiendo como un "oh"  con sorpresa, el jarrón se a roto esparciendo por el suelo afiladas cuchillas de cerámica y una de ellas a brincado a mis pies desnudos que por la sorpresa me e encajado en la planta del pie, lo que me faltaba un hilo de sangre que sale a gotas  decorando mi ya mallugado pie.

Ni aunque grites te entendereDonde viven las historias. Descúbrelo ahora