005 |Royal celebration

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Para Roxanna Agriche, la tercera hija de la casa negra, el día sin duda no estaba yendo a su favor. Más aún sabiendo que en dos semanas exactas era el día del festejo de la danza dorada.

– ¿ Qué planeas Bedellia Agriche..? - Susurró mientras observaba el pañuelo con las iniciales de su hermana, la cual muy amablemente se lo había regalado como un recuerdo de ella.

No pudo evitar acercar el pañuelo a su cara y inhalar su olor... cítricos, cuero,
grosella negra.. el aroma era igual a la presencia de su hermana mayor, impotente y falsamente cálida.

– Ahora.. ¿ Qué debo hacer ? - susurró a la nada, no tenía a nadie dentro de ese maldito ducado en quien confiar, quizás estaba Jeremy, pero era alguien demasiado impulsivo y joven para servirle. Necesitaba urgentemente a alguien con poder ahí dentro.. Y si ella no se acercaría a Dion, Mucho menos a Lant Agriche. Griselda casi nunca estaba en el ducado, María estaba realmente loca y estaba obsesionada con su madre y Bedellia. Mientras tanto.. Esta última era la única persona que podía darle estatus y voz ahí dentro.. después de todo, Lant Agriche jamás querría a Roxanna Agriche porque ella no era Bedellia..

Además, el tema con que ahora la primera hija era tan querida y tenía un poder en el ducado que jamás había tenido en la novela era extraño...
¿ Qué estaba pasando ?

— Eres mi única opción, Bedellia Agriche, quiéreme como alguna vez yo lo hice.. – Volvió a susurrar para alejarse de donde estaba y llamar a una sirvienta para solicitar una reunión con su hermana mayor.

- Dile que es urgente, necesito verla, ahora, vete. – Hablo en tono alto hacia la sirvienta, que con terror en sus ojos solo pudo asentir y salir corriendo de ahí.

— ¿ Para que quiere verme ? - Preguntó la bella mujer mientras su sastre de confianza se mantenía haciendo oídos sordos a su conversación, tomando medidas para el tipo de vestido que la dama solicitó para el baile

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— ¿ Para que quiere verme ? - Preguntó la bella mujer mientras su sastre de confianza se mantenía haciendo oídos sordos a su conversación, tomando medidas para el tipo de vestido que la dama solicitó para el baile.

— La Sirvienta mencionó que era urgente, pero no dijo la razón. ¿ Desea que investigue sobre ello, mi señora ? - Preguntó su dama de compañía, Clorinde.

– Déjalo así, Clorinde, por favor, infórmale a la sirvienta que me reuniré con Roxy cuando Madame Feline termine de confeccionar mi vestido. - pidió amablemente la pelinegra. Llamando a su hermana menor por el dulce apodo que le había dado.

– Como usted me diga, mi señora - Mencionó la de ojos amarillos mientras hacía una reverencia y buscaba a la sirvienta.

— ¿ Qué color cree que debería usar, Madame Feline ? - preguntó observando en el espejo el delgado vestido de seda que estaba usando.

— Bueno, El azul es el color de la familia real, y usted irá con el príncipe heredero, ¿ Le parece azul con leves tonos celestes, y un poco de blanco ? Permítame traerle un boceto en un par de días, mientras más rápido trabaje, tendré el vestido para usted un par de días antes del evento.

– Lamento haberle pedido esto tan atrasado Madame, por favor, confío en su criterio, no necesito un boceto para saber que quedará bien. Le agradezco mucho esto. – mencionó la joven mujer hacia la baronesa mientras con una mano en su pecho se inclinaba en una corta reverencia.

- ¡Por favor mi Lady! Soy solo una baronesa, no haga eso. ¡Estoy siempre honrada de trabajar para usted! - se exaltó la mayor mientras la vergüenza llegaba a su rostro, haciendo sonreír a la menor.

— Por nuestra diosa, Madame Feline es tan encantadora. ¿ Entonces nos veremos en unos días ? - preguntó cálidamente.

— Si mi lady, le haré llegar una carta cuando el vestido esté listo, y si me lo permite, me gustaría estar presente y dárselo personalmente.

— Oh, sería todo un honor Baronesa, si esto no arruina su horario, me encantaría tener su presencia acá.

— Bien, ¡Entonces nos vemos en unos días mi lady! Es siempre un honor trabajar con usted, con su permiso. - hablo mientras se reverenciaba ante la menor, que solo atinó a seguir sonriendo mientras le pedía a un guardia escoltar a la baronesa.

Al notar como la puerta se cerraba y solo quedaban ella y su dama de compañía en la habitación, la pelinegra ordenó hacia la de pelo cafe.

— Clorinde, quiero que me mantengas informada de todos los movimientos del príncipe heredero. También hazle saber directamente a Roxanna que no tenía ninguna intención de reunirme con ella, pero como soy una hermana ejemplar, accederé a su capricho. - comento la duquesa, mientras mantenía su mano envuelta en unos largos guantes de seda debajo de su mandíbula, simulando pensar meticulosamente mientras una sonrisa adornaba su rostro.

— Como ordené, ¿ hay algo más que pueda hacer ? - preguntó con la cabeza baja.

– Mmh, Envía una carta a la torre de magos, Lord Kaellus. Ya sabes que decirle. - cambio drásticamente de expresión, teniendo una mirada oscurecida ante sus propias palabras.

— ¿ Está bien que mande una carta como si nada hubiera pasado, teniendo en cuenta cómo fue la última vez ? -Cuestionó la castaña.

— Oh, dudo mucho que el gran Lord Kaellus se haya resentido por un pequeño rechazo, ¿ No crees Clorinde ?
- preguntó con falso sarcasmo la mayor.

–.... le enviaré la carta, con su permiso. - procedió a retirarse para hacer lo que su señora le pidió, dejando atrás a una malhumorada Bedellia gracias a él maldito príncipe heredero, y el codicioso Lord de la Torre de magos.

— Sin duda todos se pueden ir al carajo.. Ahns, príncipe heredero, ¿ Qué debería hacer contigo ? - Se cuestionó a sí misma, mientras observaba el lujoso collar Zafiro en su cuello, que sin duda le recordaba a los fríos-y a la vez cálidos- ojos del heredero y comandante del reino, y hombre que, aunque intentara negarlo, era obvio la estaba cortejando.

; Bedellia [ How to protect the male leads brother  ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora