{[𝕋𝕖 𝔼𝕟𝕔𝕠𝕟𝕥𝕣𝕖́ 𝕖𝕟 𝔼𝕤𝕥𝕒 𝕍𝕚𝕕𝕒]} 𝔾𝕚𝕪𝕦𝕦𝕋𝕒𝕟 :3

|ℂ𝕒𝕡𝕚𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟝|

- ¿¡Porque desapareciste así no más!? ¡Sabes el desgaste que tuve que sufrir por tu culpa! ¡Ya ni vida tengo!- todos estaba en un silencio incómodo, ya que sabían que cuando el rubio se ponía dramático, era muy insoportable. Mientras Akaza sólo quería terminar con el trabajo y largarse de ahí.

- Hay sí, como si a ti te salieran bien la donas teñida, siempre las fríes de más y salen todas hechas chicharrón.

- ¡No me interrumpas cerdo mamón! ¡Y no es verdad!... ya no las quemo... tanto...- Genya y Tanjiro ya estaban familiarizados con estas peleas constantes entre sus dos amigos "especiales".  Akaza estaba harto de vivir y Rengoku tenía una expresión de confusión desde que llegó Akaza.

- Lo siento por interrumpir su platica violenta, pero no estoy entendiendo la razón por la cual pelean-  comentó el rubio de puntas rojas, Tanjiro se dirigió a Rengoku con una ligera sonrisa y poca paciencia gracias a sus colegas desmadrosos.

- Siento mucho que tenga que presenciar esto Rengoku-san... solo que uno de mis compañeros de trabajo es algo... "incumplido" con su contrato de trabajo- Akaza supo que se refería a el así que volteo con rapidez y fulmino a Tanjiro con la mirada, mientras que Rengoku solo analizaba a su nuevo compañero.

- Disculpa la intromisión, pero puedo preguntar tu nombre, ¿joven?- El pelirosa se sentía algo confundido, normalmente nunca esperaba a que alguien le preguntara por su nombre, él solo se presentaba cuando se le daba la gana, y otras veces solo le daba la misma, dejando a la gente con la duda, o con las palabras en la boca.

- Akaza... es lo único que necesitas saber- solo dijo eso para dirigirse al perchero donde colgó su saco y se colocó su mandil, para solo salir de ahí e irse a la cocina.

- Orta vez se fue sin dar explicaciones, como que ya se le está haciendo costumbre a la pelota de básquet ¿no?- comentó el azabache de puntas azules, sacándole una pequeña risita al de cicatriz y ganándose un suspiro cansado por parte de su amigo rubio.

Rengoku se vio un poco fastidiado por la actitud del tatuado, y justo cuando iba a replicar Tanjiro lo interrumpió.

- Rengoku-san, me vuelvo a disculpar por el comportamiento de Akaza, sé que es un poco "temperamental" y tiende a tener poca paciencia, pero se entiende, paso por situaciones... no muy agradables que digamos. Solo le pido que sea comprensivo con él.- dijo eso para irse a la cocina, haciendo que todos retomaran sus labores, pero el rubio se quedo pensando acerca de los que le dijo el pelirrojo, de cierta forma despertó una curiosidad por saber más sobre ese chico.

La tarde transcurrió de manera más acelerada de lo normal, la gente entraba y salía de la panadería, aveces era tanta que el local quedaba infestado. Como el lugar no era tan grande era de esperarse que el amontonamiento de gente llegara a darse.

Las bandejas de pan tenían que ser cambiadas cada hora, ya que las docenas que sacaban no les duraban ni media hora, se acaban en un abrir y cerrar de ojos.