Sanji contempla su naturaleza como el alfa de Zoro
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𝗦𝗮𝗻𝗷𝗶 𝗽𝗮𝘀ó 𝗹𝗮 𝗽𝘂𝗻𝘁𝗮 𝗱𝗲 𝘀𝘂 𝗱𝗲𝗱𝗼 𝗽𝗼𝗿 𝗲𝗹 𝘁𝗮𝗽ó𝗻 𝗲𝗻 𝗲𝗹 𝗰𝘂𝗹𝗼 𝗱𝗲 𝗭𝗼r𝗼.La verdad es que sabían sobre el calor de Zoro desde hace semanas. Comenzó con la salida de la luna nueva. Cuando el cielo estaba oscuro y el Grand Line silencioso. Sanji se había enfrentado a Luffy, lo había acorralado más o menos, y le había preguntado al respecto.
-¿Qué debemos hacer?- gruñó, odiando la forma en que la palabra "𝘯𝘰𝘴𝘰𝘵𝘳𝘰𝘴"quedó atrapada en su garganta. -Cualquier día de estos y será todo en lo que pueda pensar-
-¿Quién sabe?- Luffy le sonrió, con esa ridícula sonrisa descarada, y aplaudió.-¿Eso significa que también obtenemos más comida?-
Sanji lo golpeó.
-¡¿𝘘𝘶𝘪𝘦𝘯 𝘴𝘢𝘣𝘦?!- Te diré quién sabe: ¡yo! ¿Qué demonios se supone que debemos hacer? sus manos volaron a su cabello.-¡No puedo soportarlo! Solo el pensamiento es...-
-Sanji-Luffy dijo -Por ahora nos ocuparemos de él y dejaremos que tome su propia decisión-
Sanji quería gritar. Quería saltar del bote y meterse en el agua helada de abajo. Quería nadar hasta que el océano se volviera negro y él fuera aplastado bajo su peso. Cada nervio de su cuerpo quería luchar contra Luffy. Las yemas de sus dedos picaban por la necesidad de morder y arañar hasta que Luffy retrocedió y se mantuvo alejado de su omega. Sanji se puso en cuclillas, balbuceando para sí mismo, no podía hacer eso. Sabía que no podía hacer eso. Uno: porque Luffy podría matarlo fácilmente. Dos: porque no era lo que quería Zoro.
Atreviéndose a mirar a Luffy, Sanji pudo ver la misma batalla librada detrás de los ojos de su Capitán. Luffy apretó el puño y le dio la espalda a Sanji.
-Solo... cuídalo bien-
-Sí- se puso de pie Sanji -sí, está bien-
El conocimiento de que su omega estaba entrando en celo pronto despertó algo en él. Un deseo de nutrir y proteger, apenas podía evitar arremeter contra cualquiera que se acercara demasiado. Sanji se aseguró de que Zoro comiera todo lo que quisiera y le dio bebidas sin alcohol como bonificación. Le preguntó a Luffy si deberían mencionarle a Zoro sobre el uso de condones, pero el omega no parecía darse cuenta de que su celo se acercaba. Luffy dijo que había una medicina que podía interrumpir un embarazo si el espadachín decidía que no quería al niño. Roronoa nunca le pareció del tipo que quisiera tener hijos, pero siempre existía la posibilidad de que lo hiciera, así que Sanji dejó el tema. Sabía que él mismo no llevaba nada, pero no podía responder por los demás. Sanji pensó que tendría que aceptar que Luffy nunca pondría a Zoro en peligro, pero fue difícil.
En su tiempo libre, Sanji se acurrucaba en el nido de Zoro y sus sábanas. A menudo se desnudaba de modo que solo usaba sus pantalones y nada más. Acostarse en el nido era más efectivo cuando acababa de salir del baño. De esa manera su olor sería más permanente. Si Luffy estuviera allí antes que él, Sanji iría a buscar a Roronoa y le ofrecería un bocadillo azucarado.
