Luffy lidia con pensamientos intrusivos sobre la naturaleza de su papel como Alfa
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𝙇𝙪𝙛𝙛𝙮 𝙨𝙚 𝙘𝙤𝙣𝙨𝙞𝙙𝙚𝙧𝙖𝙗𝙖 𝙪𝙣 𝙝𝙤𝙢𝙗𝙧𝙚 𝙖𝙢𝙖𝙗𝙡𝙚. Se esforzó por ser el alfa al que los omegas pudieran recurrir cuando se sintieran incómodos. Accesible, simpático e increíblemente protector, Luffy no era como otros alfas. Priorizando el bienestar de sus tripulaciones sobre el suyo propio, haría cualquier cosa para mantenerlos a salvo. Incluso si eso significaba negar su propia naturaleza, razón por la cual actualmente estaba encerrado en el baño.
Luffy sabía que Sanji odiaba compartir, era dolorosamente obvio, por la forma en que rondaba y abarrotaba a Zoro. Así que se distanció tanto como pudo. Aunque vino con consecuencias obvias. Tenía todas las uñas rotas y las puntas de los dedos en carne viva. La delicada piel de sus muñecas estaba desgarrada y cubierta de sangre seca. A Luffy no le importaba, no podía importarle, el olor de Zoro estaba en todas partes. Se adhería a su ropa, a su piel, era como si el aroma embriagador del omega se quemara en su nariz.
Había irrumpido en el baño tan pronto como Zoro y Sanji se durmieron. Cada terminación nerviosa de su cuerpo había exigido que arrastrara a Zoro con él. Oh, cómo anhelaba la sensación de piel cálida en sus palmas. Temblando cerró la puerta, de poco serviría si sucumbía a los deseos, y se volvió hacia el fregadero. La porcelana estaba fría en sus manos.
De alguna manera había encontrado el sentido de ponerse una túnica roja del nido de Zoro. Ahora que lo pensaba, tal vez no era tan buena idea. Luffy metió la tela en su boca. Metiendo una pastilla de maldito jabón con él. La saliva empapó rápidamente la bata y el jabón. Un sabor horrible cubrió su lengua, la mordió con más fuerza. Clavando sus colmillos en el jabón, haría cualquier cosa para mantener a Zoro a salvo.
Incluso si eso significaba mantenerlo lo más lejos posible.¡No podía soportarlo más! Luffy agarró su polla y se masturbó frenéticamente. Gruñir y resoplar hasta que le salieron burbujas de entre los dientes, no fue suficiente.
-Zoro-dijo con voz áspera. Luffy no podía volver allí, joder si veía a Zolo en este momento. Esos hermosos labios y su cabello suave como la seda. Gruñendo, captó su mirada en el espejo. Su labio estaba curvado hacia atrás tanto que podías ver sus encías, era horrible.
Luffy mordió la barra de jabón por la mitad, tosiendo y con arcadas, la escupió en el fregadero. No, no no no, estaba,temblando. ¡Nunca¡ ¡Nunca! sometería a Zoro a este, este lado animal de él! Un sinfín de gotas de saliva y jabón cayeron en la palangana de porcelana; Luffy no podía dejar de tocarse a sí mismo.
El impulso de morder la cálida nuca de Roronoa era abrumador. Joder , quería sujetar a Zoro y follarlo hasta que sus gritos se convirtieran en gemidos entrecortados. Solo ve y ve aunque solo sea para escuchar su maravillosa voz. Luffy quería atar al omega para que no pudiera correr y salirse con la suya. Quería estrangularlo, morderlo y lamer las heridas sangrantes. Daría cualquier cosa por robar a Roronoa y mantenerlo cautivo en algún lugar lejos de Sanji.¡Ese maldito cocinero se interponía en el camino!
