⤸˚ ༘ ⵌ ━𝐓𝐚𝐫𝐝𝐞 𝐃𝐞𝐥 𝐃𝐢́𝐚 𝑪𝒖𝒂𝒕𝒓𝒐

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Zoro le pide a Sanji que haga lo imposible.

Sanji estaba allí, estaba allí cuando Zoro despertó

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Sanji estaba allí, estaba allí cuando Zoro despertó. La mordedura se había desvanecido a una pequeña cicatriz blanca. Chopper había dicho que fue el cuerpo de Zoro rechazan la afirmación lo que casi lo mata. Si estaba despierto, eso significaba...

-¿Escogiste?
Susurró, apartando el cabello de Zoro hacia atrás. El espadachín lo miró y sonrió perezosamente.

-Elegí.

-¿Me vas a decir algo más?.

-No.
Dijo, Zoro se sentó, Sanji apoyó su peso y apiló almohadas detrás de él. Sanji rondaba a su alrededor, vestía una camisa suelta y pantalones. Una corbata colgaba de su cuello, aunque en realidad no se había molestado en atársela. Zoro bostezó, tomó un vaso de agua a su lado. Sanji lo ayudó a beber y lo miró con preocupación cuando no ofreció ninguna información.

-¿En realidad?,¿Nada?.
Susurró y Zoro negó con la cabeza. Cualquier felicidad que había sentido cuando se despertó por primera vez se había ido. Sanji, preocupado como estaba, no quería dejarlo. Así que volvió a estirar la mano y se apartó el pelo de la cicatriz de la nuca.
-Puedes decirme si lo elegiste, lo entenderé.

Zoro frunció el ceño y se apartó, tocándose el cuello, su ceño se convirtió en una mueca.

-Elegí vivir como un idiota.
espetó.
-Déjame en paz...

Sanji olió, se levantó y se fue. Zoro estaba solo en la habitación fría y de repente se arrepintió de haber despedido a su amante.¿Sanji todavía lo querría si supiera lo que había pasado?.

¿Alguien lo querría si lo supiera? Zoro se dejó caer sobre las almohadas, respirando el leve olor a cigarrillos y especias. Lloró, se dio la vuelta y hundió la cara en el olor. Luto por lo que una vez fue, y lo que nunca podría ser.

Chopper llegó más tarde para ver cómo estaba y Zoro le confió al médico sus pensamientos deprimentes.

-No le debes una disculpa a nadie, Zoro. Ni siquiera conozco los límites de la naturaleza.
Había dicho antes de cambiar la bolsa de goteo que colgaba al lado de Zoro y marcharse.

Sanji volvió horas después con comida. Una cena de los favoritos de Zoro, pero lamentablemente sin cerveza. Zoro no ofreció conversación y picoteó su comida.

-¿Podrías al menos decirme algo?

-¿Cómo qué?
dijo.
-¿Qué podrías necesitar saber?.

Sanji se enfureció y lo agarró, apartando el plato de un golpe, sin importarle que se hubiera hecho añicos en el suelo.

-¡Algo! ¡Cualquier cosa! ¡Ni siquiera me has dicho cómo te sientes, por el amor de Dios!.
Estaba en la cara de Zoro, a un pelo de distancia, había alcohol en su aliento. Zoro se encogió.

-¿Has estado bebiendo?.
Se burló.

-¡¿Y qué si lo tengo?!
Sanji resopló y se inclinó más cerca.
-No es como si te importara.

Zoro agarró su rostro y lo besó. Sanji respiró hondo y lo acercó más. Enredando sus dedos en el cabello despeinado y despeinado de Zoro. Cayeron de espaldas sobre la cama en un lío de manos ansiosas y sábanas revueltas.

Sanji nunca quitó las manos de Zoro, como si el hombre fuera a desaparecer si lo soltaba. Su boca estaba caliente y su lengua ansiosa. Besándolo y besándolo y besándolo. Sanji lo mordió, mordiscos débiles y suaves que lo dejaron suspirando por más. Zoro sabía lo que había elegido, sabía lo que quería, pero no sabía si podía pedirlo.

Sanji puso a Zoro encima de él, de modo que quedó acostado en la cama y siguió besándolo. Chupando moretones en la piel ya magullada, provocando maravillosos gemidos y gemidos del espadachín. Pero estaba enojado y no estaba interesado en ser gentil y amoroso.

Sanji apartó las sábanas, se inclinó sobre sus piernas temblorosas y lamió una larga raya a lo largo de la cálida carne. Zoro gimió, su ira derritiéndose. Sanji era diferente, era un animal.

Sin perder tiempo, subió las piernas de Zoro alrededor de su cintura.

-Dime lo que pasó.
Gruñó.

-N-no...
Jadeó Zolo, por lo que Sanji lo jodió. Mezclilla dura raspada sobre la piel tierna. Húmedos y desagradables resoplidos y gruñidos llenaron sus oídos.

-Roronoa
Advirtió Sanji, él nunca desaceleró su paso, y Zoro observó, paralizado por la forma en que su estómago revolvía tan deliciosamente. Sin embargo, mantuvo la boca exasperantemente apretada. Manos luchando por sostener el colchón debajo de él. Gruñendo y gimiendo con cada empujón en su cuerpo dolorido
-Dime.

Negó con la cabeza, Sanji enterró sus manos en los muslos de Zoro. Sabía a vino y olía a cigarrillos, un olor rancio que Zoro había llegado a amar. Sanji agarró su polla y la sostuvo con fuerza en la base, atrapando su orgasmo justo cuando comenzaba a desarrollarse.

-L-Luffy
Jadeó Zoro y Sanji frunció el ceño, ¿cómo se atreve a decir el nombre de otro hombre? Apoyando su peso sobre las rodillas y la mano izquierda, el cocinero lo inmovilizó. Doblándolo casi por la mitad mientras él follaba implacablemente sus entrañas.

-No digas su nombre
Sanji se burló.
-Él no está aquí.

Zoro asintió, ¿por qué estaba pensando en eso en un momento como este? La cicatriz descolorida de su nuca palpitaba y maullaba.

Sabía lo que quería, pero ¿podría tenerlo?

Elegir. Zoro agarró a Sanji por las mejillas, su amante dudó.

-¿Qué es?
Esa ira inquieta se apagó y desapareció. Reemplazado todo a la vez con amor suave y tierno.
-¿Qué ocurre?.

-Muérdeme
Dijo Zoro
-Quiero que me muerdas también.

-MuérdemeDijo Zoro-Quiero que me muerdas también

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🎎 ᥆ᥴ𝗁᥆ 𝖽ꪱᥲ᥉ 𝖽ᥱ ᥴ𝗋ꪱᥲ  ☆  ᒪᥙᘔ᥆ ; Տᥲᥒᘔ᥆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora