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Luffy no se atrevía a visitarlo. Sabía lo que hacía, sabía lo que significaba y solo podía esperar que Zoro estuviera bien.
Joder, le dolía la boca, se quedó mirando los dientes en su regazo. La sangre, seca hace mucho tiempo, cubría su camisa y pantalones, no había nada que pudiera hacer ahora. Luffy pensó por un momento antes de arrojar los dientes al mar.
Al menos ahora no podía reclamar a nadie más, no podía lastimar a nadie más.
Un escalofrío le recorrió la columna. Se dio la vuelta, no había nadie allí, no debe haber sido nada.
Otro escalofrío y jadeó, Luffy se puso de pie de un salto, su reclamo... estaba siendo desafiado. Gruñó, la lengua cayó en los agujeros donde habían estado sus colmillos y se bajó de la figura. Era bestial, cubierto de sangre coagulada, ojos salvajes de lujuria y rabia, no había nada más aterrador que un alfa enojado.
Chopper trató de detenerlo, empujándolo contra el pecho y gritándole. Luffy no lo escuchó por el rojo. La puerta se estrelló contra la pared, luego todo quedó en silencio. Enfermizamente dulce, casi podía saborear a Roronoa en su garganta.
Sanji estaba inclinado sobre él, con los dientes enterrados profundamente en la nuca de Zoro. Zoro estaba jadeando, incluso sonriendo, y cuando vio a Luffy, esa mirada de felicidad solo se amplió. Como si dijera "mira lo que hice".
Luffy miró de un lado a otro entre ellos.
-¿Qué? Su voz sonaba extraña, su respiración silbando a través de los espacios entre sus dientes.
Zoro había tomado dos reclamaciones... ¿y sobrevivió?
"¿Cómo hizo? ¿Por qué hizo... qué? Se resistió y entró. Chopper parecía horrorizado, dos alfas posesivos y enfurecidos se cernían sobre un omega inerte, era una receta para el desastre.
Con mucha tensión, Sanji mantuvo sus ojos fijos en Luffy todo el tiempo. El Capitán avanzó, con pasos cuidadosos y calculados, y se arrodilló al lado de la cama de Zoro.
-Luffy Sonrió, perezoso y lento y se inclinó hacia adelante. Sanji gruñó, Luffy le ofreció una sonrisa suave, antes de estirar la mano y peinar el cabello despeinado de Zoro.
Chopper suspiró, gracias a Dios, e inventó una excusa para dejarlos solos.
-¿Estás enojado conmigo? Le preguntó a Zoro y el espadachín felizmente negó con la cabeza.
-No estoy enojado Prometió, Sanji lo soltó y Roronoa maulló. Rodó la mandíbula y se sentó.
-Cuidado, Luffy, él pidió esto Era cierto, la satisfacción en el rostro de Zoro era evidencia suficiente. Luffy asintió y continuó acariciando su frente. Su olor había cambiado, seguía siendo exclusivo de Zoro, pero también eran ellos. Era Luffy, era Sanji, pero también era Zoro.
-Huele bien Murmuró Luffy yendo tan lejos como para acariciar el cuello de Zoro. Zoro lo alcanzó y le hizo señas para que se acercara. Luffy quería dejarlo embarazado, quería dejarlo bien embarazado. Pero, vio a Sanji con el rabillo del ojo, y se detuvo. Zoro estaba mareado, se movía como si estuviera a punto de quedarse dormido. -¿Chopper le dio algo?.
Sanji asintió y pasó su mano por la espalda de Roronoa. El omega suspiró y se relajó, su rostro estaba rojo y sudoroso. Zoro, con los ojos cerrados, tiró de la camisa de Luffy. Luffy sonrió y comenzó a desnudarse, su camisa estaba tiesa por la sangre, pero si su omega la quería, entonces podría tenerla.
Supresores y algunos somníferos. Sanji masajeó a Zoro y el espadachín se pavoneó. -Pero su calor todavía lo está afectando.
-Entonces... Luffy se inclinó y apretó el muslo de Zoro. -Tendremos que hacerle compañía.
Sanji lo miró desconcertado, pero cuando Luffy le pidió que se retirara para poder voltear a Zoro, asintió como si entendiera. Zoro se movió sobre su espalda como un borracho, lento y pesado. Mantuvo los ojos cerrados y los labios entreabiertos, jadeos superficiales silbaron entre ellos. Su rostro deletreaba felicidad, pero su cuerpo gritaba placer. Estaba duro, su pene de un rojo furioso que goteaba líquido preseminal. Luffy no estaba interesado en esto, sus manos vagaron más abajo.
-Mira Dijo, presionando dos dedos dentro con facilidad. Todavía está suelto.
Zoro gimió y se lamió los labios. Sacudió la cabeza contra la sensación. Sanji agarró su polla y se inclinó para susurrarle al oído. Se puso rígido y Luffy sonrió.
-Eso es bueno Murmuró, empujando y tirando de sus dedos dentro del trasero de Zoro. Los sonidos lascivos y sofocantes y el dulce y puro aroma de Roronoa dominaba la habitación. Sanji succionó del pecho del omega. Acariciando y toqueteando sus pezones, Zoro gimió, tenía una mirada confusa en su rostro.
-No puedo, no puedo... susurró. -¡No puedo!.
-Sí, sí, cariño Sanji respiró, las entrañas calientes de Zoro se apretaron alrededor de los dedos de Luffy. Estaba inquieto, presionando y arrastrando las yemas de los dedos a lo largo de las paredes interiores. Ordeñando ruidos deliciosos e indefensos del hombre.
Era diferente, la forma en que se deshizo. Por lo general, era extravagante, como un nudo que se suelta y un resorte se aprieta al mismo tiempo. Zoro era hermoso, los músculos tensos como un bailarín y un grito siempre en la punta de la lengua.
Excepto que esta vez, fue flexible, hundiéndose en el colchón sin apenas gemir. Su estómago se enseño y un jadeo atrapó su pecho. Se corrió en intervalos largos y pegajosos, y Luffy, sin una gota de vergüenza, lamió hasta la última parte. Zoro murmuró algo una vez, y Sanji le susurró algo antes de caer en un sueño profundo. Mirando tan en paz, y tan relajado.
Era extraño, pero era un buen tipo de extraño.
Fin...
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