Lauren
Tan extraña esa sensación de nervios antes de una cita.
No siempre fui una persona tan segura a la hora de invitar a alguien a salir, aunque no era tanto como una cita, mi corazón se había disparado cuando tuve que preguntar a Camila si íbamos juntas a la reunión.
De alguna manera me convencí de hacerlo, ella me lo había pedido y quería verla otra vez.
La semana pasó rápido, solo tuve oportunidad de saludarla antes de entrar en la casa, como en tres ocasiones, un saludo rápido y para el resto de los días quise buscar alguna excusa para ir a su casa pero no la tuve. Tampoco me pareció correcto espiarla, ya tenía la oportunidad sólo debía esperar para que se llegara el día.
Borre ese sentimiento de culpa de inmediato, no era nada malo, solo dos vecinas asistiendo a una cena completamente familiar. En este caso con el resto del vecindario.
Sería en casa de Zac y Anna, era otro de los matrimonios que vivían por la calle y eran demasiado agradables.
Espere lo suficiente para que fuera la hora de tocar su puerta y caminar a solo tres casas más.
Antes de salir me observé en el espejo. Mi mirada se centraba siempre en mi rostro, parecía cansada y no lo justificaba, pero mis horas de sueño y actividades diarias habían cambiado desde que había sufrido sus pérdida. Esta vez un leve dolor se instaló en mi pecho. Lucy amaba hablar con los vecinos y nunca nos perdíamos la reunión, cocinaba galletas o pastelillos y a todos les encantaban. Caminaba con ella de la mano y la observa sonreír todo el camino.
No había cocinado nada esta vez, no quería sentir esas miradas de compasión de nadie durante la cena, como diciendo: mira Lauren trajo galletas como solía hacerlas Lucy. A fin de cuenta mis habilidades en la cocina eran por ella.
Era mejor así. Ya tocaría realizar una donación para el evento.
Suspiré pesadamente y salí de la casa. Aunque no acordamos la hora supuse que solo bastaba pasar por ella minutos antes de la hora que indicaron en el mensaje.
Limpie mi mano sudorosa en mi pantalón nuevamente y quise ensayar de nuevo lo que iba a decir.
Toque el timbre y escuche pasos. Se encendió la luz de la entrada y la miré saludar rápidamente antes de cerrar su puerta.
-Buenas noches Lauren.
Como siempre me pasó desde el día en que quise portarme amable y darle la bienvenida. Solo pude observarla de pies a cabeza.
Por dios, su olor. Su cabello suelto muy largo caía sobre su espalda y su pecho. Llevaba un vestido con tirantes en un tono rojo cereza que me hizo suspirar.
Llevaba maquillaje ligero y eso parecía nuevo para mi, siempre que interrumpía en su casa ella parecía estar descansando y no tan arreglada, aunque de cualquier forma se miraba increíble. Era muy guapa.
Llevaba unos zapatos altos, suficientemente cómodos para caminar segura hasta mi y cuando vió que yo no dije nada. Se inclinó para saludar. Sentí como el olor de su perfume inundaba mi nariz. Tan suave y fresco. Rozó su mejilla sobre la mía y casi quise sostenerla para que no se alejara.
Soltó una risita divertida.-Cam..Camila buenas noches.
Torpemente salude y quise recobrarme de ese impacto de verla de aquella forma.
-¿Estas lista?
Rió de nuevo.-¿Me veo lista?
La mire nuevamente y asentí.-Lo estás, es una suerte también que la reunión sea tan cerca. Limpie mi garganta de nuevo.
-Estas muy guapa también.
Nos miramos a los ojos por un breve tiempo. Y no pude decir nada más, pudo leer mis pensamientos.
Nuestros pasos eran cortos en la acera y de vez en cuando nos miramos durante el camino. Era muy raro acompañarla, en realidad todo era raro. Yo juraba no querer volver a las reuniones y aquí estaba. Camila me había convencido. Más bien las ganas de verla. Todos los días desde que la conocí, tuve esa sensación instalada en el pecho, como de ansiedad de poder saber quien era y por que llamaba tanto mi atención. Era nueva con eso.
Esperaba que durante la noche pudiera conocerla un poco más.
No tardamos nada en llegar a la puerta de los vecinos y tocar para ser atendidas.
Muchos de ellos me miraban sorprendidos por mi aparición y parecía que la otra parte de la reunión se dedicaron a conocer a Camila.
En realidad no pudimos charlar mucho durante la cena, o después de ella, todos querían acaparar su atención.-¿Lauren?
Desvíe mi mirada de Camila hablando entretenida con los anfitriones. Había notado que tenía una necesidad constante de morder su labio cuando escuchaba atenta algo. Por dios, llevaba tanto tiempo observándola a la distancia que no notaba la gente alrededor.
-¿Lauren?Cloe sonreía hacía mi desde afuera del jardín.
-Hola Cloe. Contesté distraída. No pude notarla bien hasta que puso su mano en mi hombro y me atrajo a un abrazo. Bastante cálido. Siempre fue tan amable conmigo y Lucy y ella la amaba.-Me da gusto verte de nuevo aquí.
Sonreí.-Me ha gustado verlos a todos de nuevo. Suspiro un poco pesado y apretó de nuevo mi hombro.
Si me sentía feliz y nostálgica, había charlado muy poco con todos pero funcionaba el sentirme rodeada por otras personas.-Se que es complicado cariño, pero a veces se debe enfrentar y simplemente hacer cosas por ti y por ella, no dudes en que podemos apoyarte de cualquier forma.
La miré siendo tan amable y sensible conmigo que pronto me refugié en sus brazos. Estuve ahí por un rato y me dejé de sentir tan mal por estar aquí sin ella. Los pasos que iba en camino a mi recuperación eran mucho más firmes.
Al separarnos noté que Camila caminaba hacía a mi con una copa de vino y aperitivos. Cloe la notó enseguida y sonrió a ambas antes de dejarnos solas.-Que curioso, hemos venido juntas a la cena y en realidad no hemos pasado nada de tiempo hablando.
Me entregó la copa y un pastelillo que parecía ser de frutas.-Lo se ¿Te la estas pasando bien?
Asintió con una sonrisa corta y bebió vino de su propia copa.-He conocido a muchas personas, todos son tan amables que me siento en uno de esos cuentos de princesas donde el reino es feliz y próspero.
Soltamos una risa ambas.-Fácilmente podría ser un musical.
Esta vez no resistió una carcajada.-Estoy de acuerdo. Camila me miraba demasiado y parecía conectar alguno de sus pensamientos conmigo.
-Busquemos donde sentarnos.-Iba a decir lo mismo.
Todos estaban inmersos en sus propias conversaciones que nuestros pasos hacía el jardín nadie los notó. Encontramos una banca corta colgada del techo que parecía resistente para ambas y nos quedamos ahí.-¿Crees que sea como la princesa del cuento o una villana? Por que puede que todo salga mal una vez que tome lo que queda en mi copa.
-Princesa. Respondí sin dudar nada. Sentí mis mejillas calentarse y Camila sonrió ampliamente.
-Digo... no creo que te pongas tan mal. Trate de componerlo pero fue tarde.-Y cuéntame de ti Lauren.
Aclare mi garganta y esta vez fui yo la que terminó con el vino.-Seguramente ya te contaron mucho de mi ¿notaste que les sorprendió mi presencia?
Asintió pero se negaba a interrumpir.
-Antes venía con Lucy, desde que nos casamos y llegamos a este increíble vecindario.-No debes mencionarlo si te parece muy personal.
-No te preocupes, creo que entre más lo cuento más acepto la realidad.
Sus ojos me miraron con compasión. Una parte de mi detestaba que lo hicieran pero debía dejarlo pasar, si era terrible perder a tu esposa. Y difícil recuperarse.
-Murió hace casi un año, le diagnosticaron cancer y fue tarde.-Lauren...
Puso su mano sobre la mía, reposaba en mi muslo.
Su mirada parecía triste y lo siguiente que iba a decir no me gustaba escucharlo.
-Admiro tu fortaleza, cuando te conocí sabia que eras una mujer excepcional.-¿Como? Soné sorprendida.
-Ohh yo no esperaba que dijeras esto.-Puedo verlo... quiero decir, hablar de algo tan difícil debe ser admirado, pero... si te parece bien, podemos dejar la conversación para otro momento, creo que acabo de conocerte y aunque quiero saber mucho soy una persona paciente.
-Te lo agradezco. Mi pecho se sacudió. Me aliviaba saber que no quería solo conocer lo de Lucy o despejar dudas por lo que pudieran comentar los invitados.
Soltó mi mano.
No me había incomodado su contacto.-Me siento aliviada de estar en este lugar, mi historia es corta, salí de la casa de mis padres, decidí ser independiente y buscar un lugar nuevo para vivir, soy afortunada al poder conseguir la casa de a lado.
-Si que lo eres.
Parecía que toda la conversación se iba a resumir en sonrisas.-Esto ya te lo había dicho, también tengo un nuevo trabajo y hasta el momento todo va bien.
La mire mucho más de lo que debería y esperaba a que ella no notara mi inspección.
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Al lado mío
FanfictionLa casa de al lado estará ocupada, Lauren intenta manejarlo de la mejor manera posible, ser amable, intentar una buena relación. No imaginaba que al llevar comida a esa puerta se encontraría un par de ojos cafés que pondrían en caos a su vida.