2

602 58 8
                                    

Camila

-¿Quién fue?
Casi pegué un brinco al escuchar la voz de Dinah a mi espalda. Caminé a la cocina.

-La vecina. Levanté el pay en mis manos y enseguida vino detrás de mi para ver que era. Lo dejé en la encimera y no pude dejar de sonreír.
-Es muy guapa.
Mi amiga rodó los ojos.

-Llevas días diciendo que vas a tirarte a la primera persona que te parezca sexy pero...

-Y no estoy jugando, necesito hacerlo y creo que ya encontré a la persona.
No pude esperar a probar el pay, luego de servir una porción para cada una. Dios. Cerré los ojos y disfrute de su delicioso sabor. A parte de ser tan guapa también sabía cocinar y no había peor hechizo para mi. Entre risas comentamos sobre mis planes de tratar de conocer más a la vecina. No quería desviarme a temas para nada divertidos.

-Debo conocerla.

-Luego. Dije segura y por sorpresa me daba un poco de celos saber que Dinah estaba interesada. Me llevo pocos segundos dejarme impresionar por esa mujer.
El resto de la tarde pasó entre bebidas y comida.
Finalmente Dinah fue la última en salir de mi casa y pude dejarme caer sobre un sofá a media sala de estar. No se habían quedado para ayudarme a ordenar pero creí necesaria esa terapia para distraerme. Me hacía demasiada ilusión saber que era por fin un lugar que yo me encargaría de tener.
A las 23 horas salí al patio para echar un vistazo al jardín.
Había puesto en orden al menos la cocina y sabía que necesitaba hacer compras todavía pero tendría algunos días libres para eso.
Bajé dos de los escalones que llevaban al pasto y me recargué.
Me sentí tan tonta intentando encender un cigarrillo, tenía mucho tiempo sin probar uno. Pero precisamente en ese momento decidí hacerlo. Nadie podría vigilarme o prohibírmelo.
Aunque a la primera de aspirar el humo me dió un poco de tos. Intenté hacerlo de nuevo.

Me di por vencida. No estaba bien. Sonreí de lado y apagué el cigarrillo. Quería reír de mi misma.

En medio de la oscuridad del jardín, frente a mi miré la luz encendida de la casa de al lado. No podía ver nada a través de las cortinas pero quería encontrarme a una Lauren haciendo algo interesante.
En silencio me acerqué a la cerca que dividía nuestras casas y por una pequeña rendija de madera busqué algo más.
Ahí estaba. Ella llevaba la misma ropa de antes y caminaba por la cocina. Sosteniendo un teléfono en su mejilla. Casi con pasos controlados. Un calorcito subió hasta mis mejillas.
Era linda. Era sexy y además con esos ojos color verde me parecía hermosa.
No entendía mucho, pero eso no le quitaba lo interesante. Parecía que vivía sola también y representaba una buena oportunidad. Por unos cortos segundos se detuvo frente a su ventana y observó a fuera casi como si percibiera que yo la espiaba. Me alejé a pasos apresurados del lugar y entre a la casa con el corazón agitado.
Tendría que esforzarme un poco para conocer al resto de los vecinos y tal vez así conocería de Lauren.
La primera noche en un lugar nuevo no era mi favorita.
Me había pasado cuando recién me mude con mi ex...
Negué molesta. No quería pensar en ello.
A la mañana siguiente. Desayune tranquila. Leyendo un poco de noticias y bebiendo café. Recorrí cada rincón de la casa y me decidí a continuar con el orden en mi baño.
Una larga ducha en tina me funcionó luego. Con velas aromáticas, musica baja y una copa de vino. Era terapéutico y todo aquello solo lo había visto en televisión. Ahora me daba el tiempo de disfrutarlo.

Cerré mis ojos y casi a punto de quedarme dormida. Mi móvil sonó. Era mi amiga.

-¿Que necesitas? Contesté de mal humor por la interrupción.

-Solo quería saber que tal la pasas amiga.

-Intentó solo estar relajada pero...

-Bien, bien, lo entiendo ¿Ya viste a tu vecina de nuevo?
Rodé los ojos. En todo mi proceso en lo que más se interesaba mi amiga cotilla, era en mi vida sexual.

-No, no pienso salir de la casa en estos días, solo debo hacer compras, te has tomado muy literal lo de conocerla.

-No seas aburrida.

-No lo soy. Reclamé.
Ahora la imaginé a ella rodando los ojos. Se escuchaba en el fondo que trataba de lidiar con el tráfico y esperaba a que no estuviera conduciendo hasta acá.

-Bien, entonces no tiene que pasar de hoy que intentes hablar con alguien, ella tu vecina o vecino, alguien en las compras ¿Esta bien?

-Si, si.
Al final fue ella quien colgó e intenté concentrarme de nuevo en mi relajación pero no funcionó. De la nada los ojos verdes de mi vecina aparecieron en mi mente.
40 minutos después caminaba por la tienda por comestibles.
Era la primera por la zona y supuse que era el más visitado por los vecinos. En su mayoría los clientes se saludaban y me sonreían animados.

-Lo siento. Dijo una señora que se distrajo un poco y estuvo a punto de golpearme con su carrito de compras. Tal vez tendría unos 60 años. Negué amable y casi daba vuelta al siguiente pasillo cuando me alcanzó caminando a lado.

-Eres la nueva vecina.
Sonreí y asentí.
-Soy Cloe, vivimos mi esposo y yo apenas a dos casas de la tuya. Extendió su mano.
Yo saludé.

-Camila.

-¿Quieres un poco de charla mientras terminó mis compras?
No podría negarme. Cloe como me dijo que se llamaba tenía una sonrisa tierna y mirada amable.
Llevaba más de 30 años viviendo sobre la calle. Me contó un poco de su esposo, de sus hijos y sobre sus perritos.

-Hay un jardinero, le daré tu número apenas lo vea y así no tendrás que buscar a un desconocido, lleva trabajando para los vecinos por casi un año.

-Muchas gracias Cloe, me agrado pasar estos minutos con tu compañía. Sonreí sincera. -Espero poder encontrarme contigo más a menudo, hasta ahora he recibido buenas bienvenidas.

-¿Quién habló contigo?

-Bueno no todos claro, el vecino de enfrente me saludó esta mañana desde su acera y ayer Lauren me ha llevado un pay.

-Claro Lauren siempre tan amable con todos, es una mujer tan linda.
Asentí por que lo era.
De pronto se me encendió el foco.

-La conoces de hace tiempo ¿No?

-Desde que se mudaron ella y Lucy.
Detuve el carrito justo cuando menciono el otro nombre.

-Hable con ella solamente pero fue muy atenta.
Cloe puso una cara triste.

-Por supuesto que si, lo que...
Se pensó dos veces lo que iba a decir a continuación.
-Si conocí a ambas, fueron luz por mucho tiempo con los vecinos, llenaban todas las reuniones de charlas entretenidas y parecían ser un matrimonio muy sólido.
¿Que? Quise gritar pero solo puse más atención a lo que decía.
-Lucy falleció hace un año.

-¿Casada? Quiero decir ¿Lauren es...

-Si, es viuda, tan joven y tan linda, pero lamentablemente su esposa Lucy dejó este mundo hace poco tiempo, supongo que algo de amor a quedado de ella, en Lauren, intentamos todos reponernos de esa pérdida, sobre todo ella, me da gusto saber que te tendrá a ti al lado, compartir algo de tiempo agradable...siempre que tu quieras ser su amiga, todos terminamos siéndolo.
Asentí algo impresionada por la cantidad de información que recibí. Cloe de verdad parecía triste por eso.

-Esperemos que si.
Cuando llegamos a la caja tuvimos que separarnos. Cargue mi carrito después de pagar y decidí esperar por ella para despedirme.

Llevaba pocas compras y caminamos juntas a nuestros autos.

-Muchas gracias por el paseo.

-Espero que puedas alguna noche acompañarnos a mi esposo y a mi en la cena, eres bienvenida.

-Pienso lo mismo Cloe, nos estaremos viendo. Apretó mi brazo de forma amable y después de ayudarla a subir en su auto. Yo subí al mío.
Tan solo pensar en perder a tu compañero de vida siendo tan joven, me dió un dolorcito en el pecho.
Pero debía admitir que Lauren parecía ser una mujer fuerte, demasiado amable para como la había pasado en el último año.

ESTOY DE VUELTA 😎ACTUALIZARÉ PRONTO LAS DOS HISTORIAS.

Al lado mío Donde viven las historias. Descúbrelo ahora