Capítulo 22: viaje

645 55 15
                                    


Habían pasado dos meses desde que Hailee y yo nos habíamos besado y desde entonces, las cosas no habían hecho más que aumentar. Por primera vez sentía que las cosas comenzaban a ponerse en su lugar. Tenía un trabajo que en serio me gustaba, al punto de que estaba comenzando a considerar trabajar de lleno en el mundo del cine, había hecho amigos increíbles a los cuales amaba con todo mi corazón, mis primas estaban felices, Hannah y Florence al fin formalizaron su relación y hace unos días Hannah se había mudado con Florence, yo Hace unas dos semanas había regresado a mi departamento, ya era momento de tener mi privacidad de vuelta y Hailee... Dios, ella era la cereza del pastel, las cosas iban de maravilla. Era como si me leyera la mente. 

Fluíamos de una manera tan natural que no cabía espacio para malentendidos e inseguridades. Ninguna de las dos le había pedido a la otra que fuera su novia, simplemente lo dimos por hecho y las dos estábamos bien con eso. Porque si somos honestas, hace mucho que nos comportábamos como pareja y era momento de que lo aceptáramos.  Nos pasábamos varias noches por semana entre su casa o la mía, pero siempre dejando espacio para estar solas, porque por más que nos quisiéramos, ambas entendemos que a veces cada quien necesita su privacidad y eso está bien. 

Esta mañana me levanté con un humor increíble, ayer había sido un día pesado en el set así que cuando llegué a casa dormí como un tronco. Las horas de sueño me habían caído de maravilla, sobretodo porque hacía mucho no dormía una noche completa, ya fuera porque tenía trabajo pendiente o porque Hailee y yo nos dormíamos súper tarde hablando o viendo películas. Me sentía increíble y estaba decidida a que este buen humor nadie me lo quitara. Cuando salí de casa decidí comprar café y donas para todos, sería un buen detalle.

Una hora más tarde, me encuentro entrando al set cargando la caja de donas y todos los cafés. Me voy directo al set que usaremos hoy y cuando diviso la mesa del catering, me apresuro a dejar todo sobre ella antes de que se me caiga algo.

-Buenos días mocosa -dice Mark apareciendo detrás de mi con una sonrisa- 

-Buenos días anciano -respondo sonriente- he traído café y donas

-Eso veo -murmura mientras toma el café que dice su nombre- que mosquito te ha picado? te veo... muy animada -Mark me analiza con la mirada, como si quisiera encontrar algo en mi rostro que le dijera la razón de mi actitud-

-Nada, solo dormí muy bien anoche -me encojo de hombros- hace mucho no dormía tanto.

-Pues deberías hacerlo más, te sienta muy bien -contesta mientras comenzaba a caminar a su silla- empezamos en 15 minutos, mocosa

-Como digas, vejestorio -le digo entre risas- 

Una de las cosas que más amaba de mi trabajo era la relación que tenía con Mark, ese hombre era un genio y se había encargado de enseñarme tantas cosas estos meses, siempre sabía como aprovechar mis ideas y al mismo tiempo me daba sugerencias y consejos de dirección para que tomara en cuenta en oportunidades futuras. Porque si, el estaba convencido que este era el inicio de mi carrera, sin importar cuantas veces le diga que no soy directora, solo soy una escritora frustrada.  Sin embargo, para este punto incluso yo comienzo a pensar que podría tener un lugar aquí. 

Unos minutos después, los chicos llegaron y aunque sorprendidos, me agradecieron por el desayuno y no dudaron en tomarlo.

-Definitivamente deberías amanecer de buenas al menos tres veces por semana -murmura Florence mientras le da una mordida a su dona-

-Yo estoy de acuerdo, estas donas están deliciosas -contesta Tom señalando su dona-

-Si bueno, tampoco se emocionen -dije rodando los ojos- 

Entre LíneasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora