introducción.

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Katsuki no tenía ni una idea de qué regalarle a su novia. Todo era tan cursi que le daban ganas de vomitar. Su mesaniversario se acercaba, apenas iban a cumplir un inútil mes pero su novia se lo recordaba cada día de esa última semana, así que era obvio que quería celebrarlo.

Mientras caminaba por la pantomima de tiendas meditaba en porqué diablos eran novios. En primer lugar, no sabía si quiera en qué momento él le pidió salir o, en todo caso, ella. Sólo sabe que después de un faje buenísimo le salió con que: “Katsuki-kun, la semana que viene cumplimos un mes, ¡No lo olvides!”

Probablemente debió de abrir el hocico y decirle un espérate, pero no lo hizo. Ahora debía andar con las consecuencias, no era un cobarde, pero en realidad no le molestaba salir con ella. Era hasta linda, más allá de todo. Sólo desearía poder saber en qué momento empezaron a salir. Mina Ashido era una niña increíble, amiga de sus amigos y que aparte besaba increíble.

Le gustaba, no hablaba ridiculeces, podían jugar y hablar de cualquier cosa, antes de ser novios eran amigos. Y él la apreciaba mucho por eso.

Ya entre las tiendas, pensó en comprarle un peluche y que sea lo que Dios quiera, pero le daban miedo. Jamás lo diría en voz alta, antes se corta un huevo. Aparte sabía que la rosada se merecía un buen regalo.

Le había pedido dinero a su apá —por que la vieja nunca le daría dinero para que se lo gaste en morras— y ahora no sabía qué darle.

Pasó por algunas tiendas de ropa o zapatos, pero en realidad no conocía los gustos de su novia, que siempre andaba en shorts y camisetas enormes, ni su talla. Calzones no quería comprarle, en ése caso se regresaba con el peluche. Pensó en comprarle cosas de utilidad, como audífonos o algo así.

Diablos, necesitaba al pelos de mierda. Lo llamaría, él era bueno en esas mierdas.

“¡Eh, Katsubro!” Sonaba un griterío de fondo que a Katsuki  le pareció antojable.

“¿Dónde mierda estás, baboso?”

“¡En el arcade nuevo!, ¡¿Por qué no vienes?! ¡HANTA HIJO DE PUTA TE VOY A METER EL CONTROL EN EL PUTO ORTOO! ” Katsuki hizo un puchero discreto, sí, le gustaría ir, pero antes el regalo.

“Voy, pero antes necesito comprarle alguna mierda a Ashido. Mañana cumplimos un mes... No sé qué carajos darle. ¿Alguna idea? ”  Escuchaba las estruendosas carcajadas de sus amigos al otro lado, pidiéndole que se apurara, que ellos le pagaban todo. Hubo silencio, después Kirishima pareció poner el altavoz pues estaba explicando la situación a los tarados del fondo.

Denki habrá dicho alguna babosada, pues se escuchó un“Ayyy, ¡Me dolió!” del vato.

“A Mina le gustan los detalles... Creo que con que le des algo que signifique algo lindo, le gustará. ¿Por qué no le compras un ramo de flores?”  Bingo.

“Ya sé. Más les vale no irse, mierdas. Ahora llego. Y no llevo dinero así que prepárense.” Y colgó.

Fue caminando hasta que encontró una florería, tuvo que salir del centro comercial, entre las calles por aquí y por allá. «Midori-Wer» Le tomó un poco de tiempo captar el juego de palabras. *

Al entrar sonó una campanilla. El lugar era amplio, muchas plantas y un olor agradable, hasta su cara de amargado se relajó.

De entre los arbustos salió un arbusto con patas, lleno de tierra y con las mejillas pecosas bien rojas. Tenía el cabello rizado lleno de girasoles y trenzas, y a Katsuki  le pareció precioso.

Mierda.













Hola. Éste fic se lo dedico a mis lectores que se leyeron humano... perdón 🥺. Espero que éste ff lleno de fluff les guste. <3  la portada la hice  yo, ¿A que quedó bonita, verdad? XD

florista || katsudeku Donde viven las historias. Descúbrelo ahora