Ruggero P.
Las cosas andan muy tensas por aquí...
Y tranquilas, no podemos negar que están muy tranquilas. Pero, tensas al final.
Este es el quinto día consecutivo en el que Karol no se ríe ni una sola vez. No importa lo que Nadia haga, parece que la castaña ha olvidado como sonreír.
Nadie sabe qué le pasa. Y tampoco es como si tuviéramos mucho interés en verdad.
Ah, y lo mejor de todo es que Agustín Bernasconi se ha largado. Nadie sabe a dónde pero no está aquí y eso es genial.
Por mi que en serio no vuelva jamás.
—Karol, llévame un café a mi oficina.
Levanto la mirada de los papeles que estoy leyendo para ver a Valentina caminar hacia su oficina. Arqueo las cejas mientras la castaña asiente llevándose el cabello detrás de las orejas.
¿Desde cuándo Valentina le da órdenes?
Tiene a Nadia, que no moleste a Karol.
—Karol, ven. —la llamo evitando que vaya a preparar ese café.
Ella me mira y después mira hacia la oficina de Valentina, seguramente está teniendo un debate interno. Pero cuando decide qué hacer, solo suspira y camina hacia mí.
—¿Qué pasó?
—No prepares ningún café y no sigas una orden que no venga de mi. —sugiero.— Nunca.
—Pero Valentina...
—Valentina tiene a Nadia que se hará cargo de ella mientras Agustín no esté.
Asiente, suspiro profundo tomando los sobres de manila con los documentos dentro.
—Necesito que lleves esto a la notaría y hagas este depósito en el banco.
Asiente tomando los sobres.
Y mientras espero a que llene el formulario que le pedí hace diez minutos pero que aún no termina, me permito mirarle.
Se ve potencialmente linda hoy.
Su cabello está recogido con una colorida pinza, su rostro está libre de maquillaje a excepción de sus pestañas rizadas y sus labios teñidos de ese color rojo tan bonito que usualmente usa.
Hoy lleva puesto un vestido celeste ceñido al cuerpo y se le ve en serio precioso. Además de que sus botines de tacón le hacen ver más alta.
Sigo pensando que de ser más alta, Karol sería una excelente modelo.
—Ya. —se incorpora mirándome.— ¿Ya me puedo ir?
—¿Puedo saber qué te pasa? Últimamente estás muy... Callada.
—Estoy cansada. —resume tomando los sobres.— Voy primero a la notaría y después al banco, no esperes que me desocupe rápido porque ambos lugares están siempre repletos de gente.
—Descuida.
—¿Algo más que tenga que hacer en el camino?
Niego y ella asiente avisando que vuelve enseguida.
Y antes de que pueda cruzar por la puerta, le digo;
—Hoy iremos a la propiedad que tanto te gusta por si quieres venir.
—No, no tengo ganas. Y me gustaría no ir si no te molesta.
Si...
Algo le pasa. Ella nunca diría que no.
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Juntos o No.
FanfictionJuntos o no, deseo con todas mis fuerzas que cada vez que tú corazón se quiera rendir, recuerde la razón por la que volvió a latir.