25.

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Ruggero P.

Desde mi lugar puedo ver a Karol cantar frente al espejo y montar todo un show mientras se peina. Y si, juro que seguramente se escapó de algún hospital porque está loca.

Solo ella puede hablar con su reflejo y decirse hermosa, reina, mamacita y muchas otras palabras más que quizá ni significado tienen...

Me río negando por lo bajo antes de ponerme de pie anunciando que ya nos vamos. Ella recoge sus cosas con apuro y sale del baño antes de sonreír y decir;

—Ahora si, ¿Listo para ver a tu padre?

Creo que evidentemente nota cómo contengo el aire pues se ríe y camina hacia mí asegurando que estaré bien.

Y realmente es lo que espero.

Realmente quiero que todo termine bien.

Salimos del hotel rumbo a la estación de taxis.

Karol se encargó de localizar a mi padre y mi hermano. Y por supuesto, iremos primero por mi padre porque mi hermano está en Chicago.

Lejos, lo sé.

Y no quiso decirle a nadie. Desastroso.

—Okey, este es el plan. —carraspea tan pronto nos alejamos del hotel.— Toco la puerta, le digo que quieres hablar con él, me voy y te quedas hablando con él.

—¿Qué harás mientras?

Hace un ademán como si lo estuviera pensando y yo sonrío esperando que diga que se va a quedar conmigo. Pero no.

En realidad dice que va a conocer un poco Chieti y que comprará algunas cosas. Pero puedo llamar en cuanto mi conversación con papá acabe.

Tan linda ella.

No sé por qué estoy haciendo lo que ella me pide.

Realmente no lo sé...

~~~~

Nunca he estado tan nervioso en mi vida.

Nunca había tenido que enfrentar a papá en una situación así. Y es que, siempre habíamos sido ese tipo de familia que se apoya y está el uno para el otro.

Y el tener que enfrentarme a esta nueva versión de mi familia que de algún modo yo formé, no me hace bien.

—Vas a estar bien. —me asegura Karol tomando mi mano.— Solo confía en mí, y por favor, mantén la mente abierta.

—Yo solo...

—Lo sé. —me corta.— Sé que te duele que haya dejado a tu madre sola, que tus problemas se hayan mezclado con su matrimonio y que la peor parte se la haya llevado ella. Pero, todos tenemos nuestra propia versión, por favor escucha la suya.

—Nada justifica que se haya ido de casa.

—Nada justifica que te hayas alejado de toda tu familia cuando la culpable fue Narcissa y supuestamente, Agustín. —se encoje de hombros.— Por favor, Ruggero. Enfrenta esto como el hombre maduro que se supone que ahora eres.

—Creo que ahora mismo estás pidiendo mucho.

—Creo que vas a poder. —me sonríe.— ¿Entras solo?

—No, dijiste que primero hablarías tú.

Mi queja la hace reír mientras asiente llevando su cabello detrás de su oreja.

Juntos o No.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora