❝ One-shots Nijiro Murakami ❞ [𝐈]

✴「053」✴

Título: 【Beso】
Pedido de: i1248i

Nijiro sabia desde el momento uno que había una escena en la que tenía que besar a la actriz que se volvió su crush desde la infancia hasta ahora a su edad.

Y, desde que leyó el guión, no dejó de imaginarse aquella escena en la que se besaban, dónde sus labios encajaban a la perfección y parecían dos piezas de un mismo rompecabezas. El paraíso para él.

Sin embargo, en esos momentos estaba temblando como chihuahua bajo la lluvia.

―¿Le sucede algo?― Escuchó la voz de la chica.

―Ah, no, tranquila, no le sucede nada.― Le respondió el chico.

―¿Estás seguro?― Devolvió la pregunta para voltearlo a ver. ―Parece... Muy nervioso.― La chica soltó una risa cuando terminó su frase.

Nijiro sintió como sus mejillas comenzaron a sonrojarse, desde los inicios de las grabaciones había escuchado su risa y no podía evitar pensar que era un sonido angelical. Era como si escuchará la voz del mismísimo Dios susurrarle al oído, se sentía en el cielo cuando aquella chica reía, ya sea por algún mal chiste que él dijo o por alguna otra cosa, pero era muy afortunado de escuchar aquella risa en vivo y en directo.

―Disculpa.― Se sobresaltó ante el llamado. ―¿Estás bien?― Se dió la vuelta para quedar frente a la chica y asintió.

―Sí, solo un poco nervioso.― Respondió, tratando de no soltar algún tartamudeo.

―Oh, te entiendo.― La chica rió. Por el amor de dios; amaba esa risa con toda su alma. ―Pero no te sientas nervioso...― Susurró, haciendo que el chico que estaba a un lado de los dos, la mirara incrédulo.

―Dios mío, más tonta no puede ser...― Pensó Kento.

―¡Quiero decir!― Volvió a reír. ―Lo siento, también estoy nerviosa.― Miró a Nijiro con una sonrisa. Una risa salió de la boca del contrario; después de unos segundos, habló.

―No te preocupes. Muchas gracias.― La sonrisa de la oji(c/o) se extendió.

―Comenzaremos con las siguientes escenas.― Se escuchó la voz del director, haciendo que la chica dejara el vaso de agua en la mesa.

Kento se acercó a su amigo el cuál no dejaba de mirar a la chica; en serio, no podía despegar su vista de ella; parecía tan inalcanzable y eso solo le atraía más. Una sonrisa se mostró en el rostro de Yamazaki; levantó su hombro y apoyó su codo en el hombro de su compañero.

―Unas escenas más, y la vas a besar.― Soltó, con la intención de burlarse. Sabía de aquel crush que el chico mantenía con la muchacha, así que aprovechaba cada brecha para burlarse de él.

El rostro del chico de ojos cafés comenzó a calentarse y sus mejillas tomaron un color rojizo suave; Kento había logrado su objetivo de hacerlo avergonzarse, le parecía tan tierno cuando se avergonzaba.

―Dios, por favor mantén esos comentarios fuera de mis oídos.― Habló el chico, tapando torpemente su rostro con una de sus manos.

Una risa salió de la boca de Kento; molestar a ese chico era su pasión y nunca se cansaría de hacerlo.

―Lo siento, es gracioso.

―Yo no lo veo gracioso...― Susurró el chico, aún con la mano tapando su rostro.

―Murakami, ven.― Voltearon a ver al director, quién estaba llamando al más bajo.

―Suerte, cupido.

―¡Cállate!

Haciendo caso a las palabras del mayor, Nijiro se acercó al escenario en el que grabarían. Los nervios comenzaron a aparecer en su cuerpo. Sabía que escena seguía.

―Bien, ya saben que hacer.― El director salió del set, posicionándose detrás de las cámaras.

La chica dirigió su vista a su acompañante; una sonrisa se mostró en su rostro al verlo.

―Estas muy tenso.

―Lo siento.

―¡Acción!― Aquellas palabras asustaron a los dos chicos.

La escena era fácil, no tenían que decir nada, simplemente tenía que besarse. Aún así, ¿por qué no podía? Su cuerpo no respondía a ninguna orden que su cerebro le diera; no tenía control en sí mismo.

Una sonrisa salió de la boca de la contraria al observar aquello; ahora venía la parte en la que tenía que besarlo si no quería que su director se enojara con ellos por no poder hacer una escena muy simple.

Tomó aire para que los nervios se disiparan. Sin esperar más, tomó al chico por el cuello de su camisa, teniendo cuidado de no ahorcarlo. Paró aquella acción una vez que sus rostros estuvieron lo suficientemente cerca; solo era un empujón.

El chico observó a la chica. De cerca se veía aún más linda. Sus ojos (c/o) no sé apartaban, veían atentamente los suyos, queriendo guardar cualquier detalle que notaría en ellos. Una sonrisa se mostraba en sus labios y el brillo de sus ojos le decían una sola cosa que le hizo sonreír.

“Bésame”

Sus ojos poco a poco se fueron cerrando, disfrutando de aquel tacto cercano que tenían sus labios.

El paraíso mismo. Justo como se lo había imaginado e incluso mejor.

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