soulmates ✧ wonki

O9

Jungwon estaba desesperado. No sabía que decir ni que hacer. Ni-ki estaba apunto de irse y posiblemente solo lo vería en sus sueños o en la universidad, pero nunca hablarían.

"Es ahora o nunca."

Ni-ki ya había caminado algunos pasos, era una distancia media entre ambos.

Jungwon corrió hacia él y lo abrazó por la espalda. No tenia la mínima idea de lo que diría o estaba haciendo en ese mismo instante, pero aún así habló:

— Lo siento tanto, Ni-ki. Perdón por ser tan ciego y no darme cuenta que eres el mismo que en mis sueños, que siempre has estado para mi, y que no hay problema el hecho de que seas tú; Ni-ki. Agradezco todo lo que haz hecho por mí durante este tiempo, cuando tenía un mal día o problemas en casa. Yo...te quiero. — dijo en un susurro lo último. ¿De verdad lo había hecho?

"Solo tenías que disculparte, genio."

El menor estaba en shock. ¿Dijo "te quiero"?. Estaba mal, debía limpiarse mejor los oidos para la próxima.

— ¿Dijiste "te quiero"? — dijo el pelinegro con una pizca de emoción en su voz.

— S-si, así como quiero a mi familia, el helado, el invierno, a Sunoo y muchas cosas más. — habló rápidamente con nerviosismo. Ni-ki soltó una pequeña risa nasal. Jungwon era tan lindo cuando estaba nervioso.

"¿Ves lo que haces? Tonto."

"Cállate."

De repente Jungwon se percató de que aún lo seguía abrazando, así que lo soltó de inmediato. Ni-ki volteó, mirándolo fijamente a sus bonitos ojos gatunos.

"Solo lo haces más incómodo. ¿Porque simplemente no lo besas?"

Al fin a esa voz insoportable de su cabeza tuvo una buena idea.

Pero, ¿debería?

Si, no, tal vez.

A la mierda todo. Lo iba hacer.

Entonces Jungwon tomó del borde de la chaqueta de Ni-ki y lo atrajo hacia él.

Lo besó. Jungwon lo besó. Por primera vez tomó la iniciativa.

El mayor movía sus labios suavemente sobre los del menor. Este último correspondió y posó su mano sobre la mejilla de Jungwon, acariciándola, mientras la otra sostenía la cintura del contrario.

"Esto no estaba en mis planes." Pensaron ambos. Pero ninguno se arrepentía.

Solo eran ellos dos.

Hasta que llegaron Sunoo y Sunghoon y les tomaron fotos.

— Esto será inolvidable. — dijo Sunghoon mirando con orgullo las recientes fotos que había tomado.

Jungwon y Ni-ki se separaron, viendo a ambos con extrañeza.

— Concuerdo, mí Hoon. — habló esta vez Sunoo, asintiendo con la cabeza.

— ¿¡Mí!? — exclamó Jungwon incrédulo ante lo que estaba presenciando.

— Ups. Se me escapó. — dijo el pelirosa con sarcasmo mientras se tapaba la boca con falso asombro.

— Mal Sunshine, ahora te va interrogar. Te dije que no debías venir.

El menor de todos seguía con asombro y sin entender nada. Tenía el entrecejo fruncido, necesitaba una explicación.

— ¿Sunshine? Creo que nos deben explicaciones.

— Pensábamos que iban hacer una estupidez y no decirse nada. Típico de ustedes.

— Eso, pero al parecer nos equivocamos. Al fin recapacitaste, Won, felicidades. — sonrió Sunoo. Jungwon lo miró mal.

— ¿Pero me van a contar o no? Sobre lo que pasó entre ustedes.

— No se, pregúntale a Sun.

— Gobernado. — Jungwon se rió "disimuladamente".

— Callese wey, tu vas a estar peor. Ya te veo.

Ni-ki rodó los ojos. Había olvidado lo molesto que era Sunghoon.

— Les diremos, si. Pero no ahora. — contestó Sunoo. — Hoonie y yo tenemos una cita pendiente. Los dejamos, no hagan cochinadas.

Riki y Jungwon lo miraron de mala manera.

— Yah, no se enojen, era broma. Seguro y apenas se pueden decir "te amo" — rió Sunoo.

"Desde cuándo es tan molesto?", se preguntó a si mismo Jungwon.

Los mayores se fueron tomados de la mano. ¿Qué habrá pasado entre esos dos en tan poco tiempo?

— Aún no lo aceptaba/asimilaba completamente, ya sabes, de que eras mi alma gemela y todo eso. Pero aún sigo pensando que estoy siendo estafado.

Jungwon y Ni-ki estaban en dirección a la casa del mayor tomados de la mano, lo más normal entre ellos dos ya que en sus sueños -cuando no sabían la identidad del otro- siempre lo hacían.

— ¿Y estafado porque? — lo miró con cierta curiosidad.

— Porque no te pareces en nada al Ni-ki de mis sueños. Quiero mi reembolso. — dijo de manera divertida.

— ¿Cuánto quiere mi bello príncipe?

Algún día Jungwon se iba a desmayar con tales apodos.

— Quiero un helado. Por ahora.

— Tendrás tu helado, pero mañana, ya es muy tarde.

Jungwon hizo un pequeño puchero, pero accedió.

Ambos llegaron a casa del mayor, por lo que Riki dejó un pequeño beso en la mejilla de este como despedida.

— Adiós, lindo.

— Adiós Nini, y no me digas así que me paniqueo.

Ni-ki solo rió con ternura.

— Bien, espero verte mañana, o si no yo me comeré tu helado.

— Si si si, ya entendí.

Y sin más, Jungwon entró a su casa. No se arrepentiría de haber dicho sus sentimientos a último momento.