Wonki || Cuando Jungwon vió el rostro de su alma gemela, se le fue todo el entusiasmo que tenía por conocerla.
ᯓ Drama\romance\ficción
ᯓ Pareja principal: Wonki (Jungwon + Ni-ki)
ᯓ Pareja secundaria: Sunsun (Sunghoon + Sunoo)
#56 en wonki - 13/01
#2...
Jungwon estaba enamorado. Pero seguía pensando ¿Qué hubiese pasado si no le decía nada ni le pedía perdón? Tal vez se hubiese sentido muy idiota y miserable. Y todo por solo una idealización, porque creía que la persona de sus sueños (literalmente) sería alguien perfecto.
Pero eso ya no importaba.
Ahora Jungwon estaba de camino a ver a su... Ni-ki, sí, porque novios no eran y casi algo... Bueno, dejemos el tema para luego.
Ya casi había llegado al lugar de encuentro, era el mismo lugar donde ambos se habían conocido. Cuando llegó se sentó en unas de las bancas a esperar.
Luego de unos minutos divisó a Ni-ki, quién traía una mochila junto a un ramo de jazmines y tulipanes. Oh, también traía un gato.
Jungwon iba a llorar.
Te quiere de verdad, y tú qué pensabas en dejarlo ir.
Y bueno, que les puedo decir, era cierto.
Jungwon se levantó con una gran sonrisa recibiendo a Ni-ki con un abrazo y un beso fugaz en los labios.
— Hola, bonito. ¿Cómo estás? —preguntó el menor sentándose en la banca donde Jungwon estaba anteriormente, éste imitando la acción.
— Bien ahora que llegaste.
Ni-ki río un poco. Cómo le gustaba ese lindo chico de ojos gatunos...
Entonces procedió a entregarle el gran ramo de tulipanes y jazmines que traía y al pequeño gato. Jungwon solo murmuró "gracias" aún con una sonrisa. Tal vez necesitaba aprender a expresarse un poco mejor, así podría agradecer de la manera adecuada a su menor.
— Y si crees que eso es todo déjame decirte que no. —dijo para luego abrir el bolso que había traído.
De ahí sacó la dichosa carta que se demoró horas en escribirla. Tenía un diseño simple, pero bonito: el sobre era de un color rojo cerezo y al borde había un pequeño dibujo de un gato.
Jungwon iba a abrir el sobre pero Ni-ki detuvo su movimiento con sus manos y habló:
— Ábrelo en casa, Wonnie.
El mayor solo de dedicó a asentir con una sonrisa.
De repente Ni-ki sacó una pequeña casita y la abrió, dejando ver dos anillos, ambos de color plateado. Uno tenía un sol y otro tenía una luna.
— Esto, mi amor, es mi promesa. — tomó delicadamente la mano de su mayor colocando el anillo de luna en su dedo anular. — Mi promesa de estar a tu lado aunque eso ya lo haya decidido el destino. Hemos pasado de estar interactuando por sueños a hacerlo en persona y estoy tan feliz de eso. Siento que este es el momento y creo que tú también lo sientes. Yang Jungwon ¿Quieres ser mi novio?
Jungwon sintió una mezcla de emociones inundándolo mientras trataba de tomar conciencia de su alrededor. La calidez de la mano de su menor, la promesa susurrada con tanto amor, el anillo frío y brillante en su dedo... todo se combinaba en un torbellino.
Una sonrisa se extendió por su rostro, una sonrisa que no podía contener y que reflejaba la felicidad que lo invadía. Su mirada se encontró con la de Ni-ki, brillando con una intensidad indescriptible.
— Sí. —respondió finalmente, su voz apenas un susurro, pero lleno de emoción y mostrando sus hoyuelos— Sí, quiero ser tu novio.
Y con una rapidez que sorprendió al menor, Jungwon se inclinó hacia él, envolviéndolo en un abrazo tan fuerte que parecía querer fundirse con él. Era un abrazo que transmitía tanto alivio como felicidad. Ni-ki respondió al abrazo casi de inmediato, aferrándose a Jungwon con la misma intensidad.
— ¿Pero sí me compras mi helado? — preguntó Jungwon una vez que se separaron aún con una gran sonrisa que tal vez le duraría para toda la vida.
Ni-ki daría todo para seguir viendo esa linda sonrisa.
— Lo prometido es deuda, vamos. —respondió también con una sonrisa.— Pero antes... —tomó el otro anillo que estaba en la cajita y se lo entregó al menor estirando su mano, símbolo de que le pusiera aquel accesorio.
Jungwon entendió inmediatamente y le colocó el anillo al menor.
— Promesa sellada. Ahora sí, vamos. — afirmó Ni-ki para luego entrelazar sus manos.
Con la mano libre Jungwon tomó al pequeño gatito y su carta para ambos levantarse de la banca e ir a una heladería cerca. Ni-ki lo ayudó cargando el ramo.
— Por cierto, ¿Qué nombre le pondrás al gatito?
— Mm... Creo que le pondré Wonki. Será como nuestro hijo.
Ni-ki rió ante la ocurrencia del azabache. Jamás se cansaría de él.
El destino había hecho su magia y dos almas gemelas habían sido juntadas nuevamente con éxito.
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