CAPITULO IX : ESTRELLA NO FUGAZ

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Las cosas se habían complicado en cuanto perdí mi brazalete con esa bruja maldita, tuve mucha suerte al principio y al final terminó teniendo la razón Jason sobre lo que había dicho de usarlo. Y ahora no tengo idea de cómo escapar para regresar por el; sin embargo, Amanda  y Jason me miraron y acercaron para decirme que no me preocupará, el brazalete que me arrebató la bruja no era el original.
- Desde el inicio consideré lo que había Jason – Amanda tomo mi mano y dijo – pero no quería que la situación se hiciera larga.
- Este es tu brazalete – Jason lo sacó tras mi oído como show – lo bueno de ser mago es que alcancé a intercambiar el real con una copia falsa. De nada.
No sabía si sonreír o enfadarme por haber fallado pero, gracias al cielo podemos irnos de aquí hacia nuestro siguiente camino.
El túnel fue cambiando de color y de inmediato nos teletransportamos en otro sitio escalofriante, no había gente, ni animales, no había nada más que una ciudad en mal estado.
- Debemos avanzar para encontrar la siguiente pista – mencionó Amanda.
- Una de estas casas es la clave o bien un mapa – añadió Jason.
- Pues yo pienso que primero hay que averiguar a qué nos vamos enfrentar, aún si no hay habitantes me imagino que algo ha de suceder en cuanto descubramos lo que hay que hallar.
- Entre estas chozas hay algo parecido miren – señaló Amanda.
- Cada una tiene colgada una piedra en la puerta – observó Jason – pero hay una en la orilla que no distingo la tenga puesta.
Caminamos hasta esa morada sintiendo una eternidad la llegada, no entendíamos el suceso en el momento hasta que Jason pensó en voz alta “es una ilusión”. Si eso era cierto nuestro objetivo se volvería inalcanzable por más veces que intentemos alcanzar, solo había una pequeña opción para poder entrar a esa casa pero dudé al volver a pensar en las palabras de Jason.
- Jason, ¿Qué sabes de mi brazalete?
- No mucho, solo lo que ya experimentaste – cruzó los brazos y miro a Amanda - ¿Conoces algo más de lo que vimos?
- Siendo sincera, al querer usarlo me rechazó – desvío la mirada hacia a mí – es la primera vez que veo su poder.
¡Fantástico! Me tocará averiguarlo desconociendo las consecuencias de realizar el intento, quizás si pruebo acercarme a una casa que si tenga la piedra podría obtener alguna pista… o quizás no.
- ¿Qué planeas hacer Eileen? – preguntó Jason incómodo.
- Trato de analizar la situación en cuanto a las piedras – señalé una casa al azar – tal vez acercándome a una choza que si tenga la piedra hallemos una pista del por qué la otra no nos permite llegar.
- Entonces hagámoslo – asintió con la cabeza Jason como aprobación de mi plan.
- Vamos – se acercó Amanda.
Armados de valor nos dirigimos a la misma morada que teníamos a unos pasos, al momento de tocar la orilla la piedra brilló tanto que nos cegó hasta que logramos acercarnos a ella.
En pocos segundos se apagó y notamos unos signos grabados en la piedra, cedí el paso a Jason para saber si él podría decifrarlos con su magia mientras Amanda sacó de su bolsillo un pequeño libro color vino.
De acuerdo al color de la piedra y los signos escritos en ella al mencionarlos en voz alta está nos llevará hacia un viaje ardiente; sin embargo, al fusionarla con la piedra azul está nos revelará un hechizo que nos será de ayuda en el último nivel de esta aventura.
- ¿Qué hacemos con las piedras entonces? – Jason se desesperó.
- Miren, ahorita la piedra azul es nuestra prioridad – Amanda respiro profundamente y continúo – este lugar posee una trampa aparte de la ilusión.
- ¿Moriremos? – entré en pánico.
Fue en ese instante que me arrepentí de haber echo esa pregunta, un meteorito se acercaba hacia nosotros rápidamente.
- Eileen usa el brazalete para llevarnos a la piedra azul – ordenó Amanda.
Los sujeté y cerré los ojos, tan pronto como pedí llegar a la piedra Amanda la jaló de oa puerta.
- Jason, ¿Podrás desaparecer el meteorito con tu magia? – el tono de Amanda se agravó un poco al ordenarle.
- Intentaré – Jason sacó su varita y la agitó a la altura de dónde se avecinaba el meteorito alzando su voz con las siguientes palabras: “tóra eísai kai tóra den eísai” (griego, “ahora estás ahora no estás”).
Afortunadamente funcionó pero aún debíamos solucionar lo de la última casa, Amanda no ha realizado ningún hechizo o magia más que Jason y yo en el recorrido avanzado.
- Es tu turno Amanda – le mire a los ojos y extendí la mano – yo guardaré la piedra si no te importa.
- Para nada, pero antes – hizo una pausa para abrazar a Jason – lamento no haberte escuchado antes.
Tanto Jason como yo quedamos confundidos e ignoramos por el momento hacer preguntas cruzadas. Recolectamos las piedras principales y sin hacer nada más ya estábamos dentro de la casa inalcanzable, en medio había una mesa con una esfera con un tono azulado.
- Toquen la bola, nos llevará al siguiente nivel – explicó Amanda – el viaje será un poco doloroso pero habrá que ignorarlo.
- Entendido, todos juntos – tocó la bola mientras nos veía a ambas.
Faltando yo de tocar la bola, acerque mi mano y al tocar está sentimos unos pellizcos en todo el cuerpo atravesando por un tipo de portal.

Amanda Collins y la Luna de cristal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora