Las piezas han sido situadas en el tablero universal, dando paso a giros dolorosos y perspectivas, otrora impensables. El legendario dragón galés y la última de los antiguos, acerados por el infortunio recordarían siempre el día que definió sus dest...
Los Alpes, inmediaciones del lago Leman, ciudad de Ginebra, Suiza, viernes 19 de mayo del 2022 d.C
Bosques gélidos septentrionales, 10:00 PM
La quietud del bosque negro fue rota por el parsimonioso ruido de suaves pisadas las cuales se dirigían hacia una locación específica. Por entre la tétrica penumbra de los árboles caminaba un joven moreno de estatura promedio, con camisa color negra, pantalones jean blancos ajustados y botas de viaje, tenía profundos ojos violetas cargados de seriedad, muchas sombras raudas lo seguían de cerca por entre las ramas superiores, suscitando quiméricas resonancias rechinantes.
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El ruido de un aleteo atrajo su atención.
—¡¡Capitán, todo despejado, dentro de cinco minutos llegaremos al punto clave!! —indicó en tono estridente como animado una pequeña ángel caído tras descender de las alturas y replegar sus alas oscuras, tenía cabello rubio atado en dos coletas y brillantes ojos azules, usaba un atuendo estilo gótico que consistía en un vestido negro con detalles blancos, con un moño en la parte de adelante de la cintura, un moño en el cuello que tenía incrustada una joya verde, calcetines blancos hasta los muslos y zapatos negros.
Recibió un suspiro pesado por parte de su superior.
—Baja tu tono de aquí en adelante, Milelt, es un terreno donde pocos se aventuran, ¿Kalawarner? —respondió el capitán.
Un carraspeo hizo que girarse la cabeza hacia su izquierda.
—Aziel, los informes señalan que el yacimiento se encuentra cerca del lugar del incidente 53-4 —mencionó una mujer de largo cabello azulado y figura curvilínea, con piel pálida y afilados ojos marrones, vestida con un traje negro en su totalidad y encima de este una especie de túnica de viaje marrón.
—Oye capitán, ¿es sobre el incidente de los símbolos raros? —musitó la de ojos azules recibiendo una mirada severa de nueva cuenta por parte del aludido.
—Harías bien en no mencionarlo a posteriori —mencionó Aziel escuetamente mientras masajeó su barbilla en una actitud pensativa ganándose la atención de una curvilínea mujer de piel pálida, largo cabello negro con pupilas oscuras la cual iba muy atrás del grupo.
—Es clasificado, Milelt —mencionó Kalawarner con tono seco.
La mencionada frunció el ceño.
—¡¿Pero tanta cosa por un rumor?! —increpó sorprendida.
Un bufido irrumpió la conversación.
—Deberías de ser más cautelosa con tus comentarios, jovencita —murmuró el ángel caído femenino de ojos obsidianas con tono de regaño.
La más pequeña del grupo resopló.
—Arael tiene razón, hay momento para todo —comentó un hombre de cabello entre castaño y negro y ojos azules, con traje negro excepto por una polera blanca con dos botones abiertos y una casaca hecha con piel de oso, llevaba una especie de lanza replegable en un cinturón acomodado a su cadera.
