Las piezas han sido situadas en el tablero universal, dando paso a giros dolorosos y perspectivas, otrora impensables. El legendario dragón galés y la última de los antiguos, acerados por el infortunio recordarían siempre el día que definió sus dest...
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Calles principales, 12:00 PM
Cómo se siente la tempestad para una persona es en gran medida subjetivo, generalmente basado en la época del año o el estado de resolución, muchas veces brinda un bienvenido alivio en un tórrido día de verano, al albor de la primavera podría sentirse como agua transida.
Issei Hyoudou, el joven que pretendía iniciar un nuevo comienzo no se sentía demasiado filosófico sobre el clima mientras transitaba por la fría noche. Estaba más abstraído por mantenerse caliente. El paraguas que había aferrado antes de salir de su departamento no estaba a la altura de la tarea de repeler la precipitación que lo azotaba.
Resignándose, había continuado con sus vagabundeos, incluso después de que sucesivas capas de su ropa se estropeasen, comenzando con su chaqueta y siguiendo con su playera como pantalones, sus zapatos y calcetines estaban calados cuando había trotado a través de algunos charcos engañosamente profundos en lugar de desviarse de ellos. La ropa era pesada y le quitaba todo el calor a cada paso, lo que exacerbaba el efecto, solo trajinar le impedía temblar. Había abundantes lugares donde podría haberse protegido de la lluvia. Sin embargo, siguió deambulando, perdido en sus pensamientos, evitando cualquier refugio y sin prestar atención dónde estaba. Su mente repetía sin cesar las circunstancias que lo habían empujado a emprender este largo paseo; el insomnio, los cambios en su vida, las responsabilidades, sus pesadillas y la angelical joven que cantaba bajo la lluvia y desapareció.
Se detuvo inopinadamente en un cruce solitario y esperó a que cambiara el semáforo. Suspirando, prosiguió cuando la luz cambió, y sus pensamientos regresaron a su tangente anterior de atribuirlo a una alucinación. Estaba tan absorto que no notó a la persona con la cual chocó.
—Oh, lo siento —se disculpó.
Su oyente era una voluptuosa joven de casi su misma edad con un largo cabello negro y ojos amatistas. Su cabello estaba atado en una cola de caballo que le llegaba hasta las piernas con dos antenas que sobresalían de la parte superior y se inclinaban hacia atrás, con un listón naranja que mantenía todo en su lugar, llevaba el uniforme escolar femenino de la Academia Kuoh, junto con calcetines negros hasta la rodilla.
«" Ese uniforme, es el mismo que usa Kaori-san"»
Esta negó con la cabeza—: No es necesario, solo fue un accidente —observó a Issei de cerca—, estás empapado, ¿por qué estás con un paraguas malogrado en medio de este aguacero?
Este frunció los labios tratando de pensar en la mejor manera de expresarse.
—El estrés de comenzar de nuevo y tener tu propio negocio hace que uno haga cosas raras —respondió diplomáticamente—, a veces, las cosas llegan a ser demasiado aterradoras por lo aceleradas, ¿no?
Estaba un poco sorprendido de ver a esa adolescente asentir levemente.
—Tenemos que salir de esta lluvia. Hay una cafetería que conozco, soy una clienta frecuente —señaló por encima del hombro— ¿Por qué no vamos? Podrás secarte y calentarte.
