Capitulo 1

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Capítulo 1

En una gloriosa mañana de junio, Chae Dodo estaba asomada a la ventana de su dormitorio en la residencia de estudiantes, con los codos apoyados en el alféizar y una mirada soñadora en los ojos.
Los edificios del campus universitario eran de estilo gótico, y parecían sacados de otro siglo, pero eran las bastas extensiones verdes lo que más le gustaba. ¡Era un cambio tan grande comparado con el sofisticado apartamento de Nueva York donde tendria que pasar sus vacaciones...!

Temía el momento en que tendría que subirse al avión y dejar de ver por un mes su querida universidad de Connecticut, a su amiga y compañera de cuarto, Lee Dior. El aire de la mañana era algo fresco, a pesar de ser verano, y la bata de franela qué tenia puesta sobre el pijama apenas le abrigaba. Era una suerte que Dior ya hubiera bajado, pensó, porque si estuviera en ese momento, la había reprendido por su impulsividad al abrir la ventana.

Dior no era nada impulsiva. En ese aspecto era igual a su hermano mayor. Dodo se estremeció ligeramente. Tal era la reacción que le provocaba el sólo pensar en Lee Hoseok.
Habían chocado desde el primer momento en que se conocieron. Y es que, por mucho que las demás chicas de la residencia suspiraran por él, Dodo únicamente sentía deseos de salir huyendo cuando lo veía aparecer.

A lo largo de los cinco años que Dior y ella llevaban siendo amigas, Hoseok le había dejado muy claro que no le tenia simpatía precisamente. Y todo, ¿Por qué? Por culpa de la impresión errónea qué tenia de ella, y contra la cual Dodo no podía luchar.
Nada de lo que pudiera decirle cambiaría las cosas. Su opinión de ella era tan injusta como el modo en que la trataba, y aquello había hecho qué hubiera acabado temiendo las visitas al rancho Lee en Canadá.

El día anterior habían terminado las clases, y Dodo tenia el presentimiento de que una vez más su amiga iba invitarla a pasar las vacaciones de verano con ella y su familia. Lee Hoseok volaría en su avioneta desde Calgary hasta Connecticut para recoger a su hermana... y, como las últimas veces, ella buscaría una excusa para no ir.

Dejo escapar un pesado suspiro. Por lo menos Dior tenia una madre, un hermano, y un hogar esperándola. Ella no tenia a nadie, excepto a su tía Dillie, hermana de su difunto padre, que en aquellos momentos estaba en la Riviera con su último amante, así que su apartamento de Nueva York, donde iba Dodo durante las vacaciones, estaría más vacío que nunca.
Al menos tenia el consuelo de que la llegada del verano, la agencia de modelos para la qué trabajaba desde los quince años tendria algunas ofertas para ella.
Siempre había considerado una inmensa suerte el tener una buena figura y unas facciones armoniosas, ya que así al menos tenia un modo de pagarse los estudios y gastos personales.

En la agencia estaban encantados con ella. De hecho, si tenían alguna queja, era que opinaban qué estaban desperdiciando grandes oportunidades al no dedicarse a ello por entero.

Dodo se aparto de la ventana y la cerró. Su pertenencia al mundo de la moda era lo que hacía qué Hoseok la despreciase como la despreciaba. Tenia la opinión de que todas las modelos eran unas descarriadas, y el hecho de que su tía Dillie fuera conocida por sus sonados idilios no ayudaban demasiado.
Era un hombre anticuado y estrecho de mente en lo respectivo a la permisividad  de la sociedad moderna. Él podía permitirse tener un romance, pero le parecia que una mujer soltera que hiciera lo mismo no podía considerarse decente.

Dodo nunca olvidaría el día que Dior se lo había presentado. Ellas se habían conocido a los quince años en un internado al que sus padres las habían mandado, y desde entonces se habían hecho amigas íntimas, Dodo había esperado que la familia de Dior fuese tan abierta y cariñosa como ella, y precisamente por eso se había llevado una impresión aun mayor el día que Hoseok se había presentado en el internado para recoger a su hermana y llevarla al rancho de la familia en las afueras de Calgary para pasar allí las navidades.
Él la había mirado de arriba abajo, de un modo que la había violentado, y había recibido con expresión torva el alegre anuncio de su hermana de que la había invitado a ir con ellos.

Mi Adorable EnemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora