Capitulo 3

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Capitulo 2

Increíblemente, el desayuno fue muy agradable. Era una de las pocas veces que Dodo recordaba haber pasado más de diez minutos en compañía de Wonho sin que esté la pinchara constantemente. Le daba la impresión de que, de algún modo, la conversación que acababan de tener había obrado un camino en la tempetuosa relación qué tenían.

–Bueno, entonces ¿cuánto tradaran en hacer las maletas? –les pregunto él, mientras apuraba su segunda taza de café.

En la mesa contigua, un grupito de chicas le lanzaban miradas, cuchicheaban entre sí y prorrumpían en risistas.

–En cuanto pueda, para poder tomar el primer vuelo que salga para Nueva York  –se apresuro decir Dodo.

Wonho la observó, y pudo leer una expresión inequívoca de pánico en su rostro.

–Tú y yo resolveremos nuestras diferencias este verano –le dijo en un tono que hizo que sintiera un cosquilleo en el estómago– Dior quiere que vengas, y no hay razón para que le niegues tu compañía

A Dodo le preocupaba adónde pudiera conducirlos el resolver sus diferencias. Los hombres le intimidaban bastante, y más aún Wonho. Además había ciertas heridas que no quería que se reabrieran.

–Es imposible... –farfullo– la agencia tendrá varios trabajos para mi este verano y...

–Seguro que podrás tomarte unas vacaciones –apunto él– además, Dior me ha dicho que durante estos últimos meses también has tenido un trabajo nocturnos. No te vendrían mal unos días de descanso... siempre y cuando no te pases el día haciéndome ojitos.

Dodo advirtió el tono bromista en su voz, y cuando alzo la vista lo encontró sonriendo. Ella misma no pudo evitar esbozar también una sonrisa, y aquello acentuó de tal modo la belleza de su rostro, que Wonho se quedo mirándola hasta que ella bajo los ojos, azorada.

–Además, ¿a donde vas a ir si no? –añadió él retomando su tono cínico, como si se hubiera arrepentido de su amabilidad –¿con esa tía tuya ninfómana, o a pasar el verano tú sola a ese enorme y solitario apartamento?

–Hace media hora no te habría importado si te hubiera dicho que iba a pasarlo en la jaula de los osos en el zoo –le recordó Dodo irritada por el hecho que arremetiera otra vez con sus tía. No es que ella le tuviera mucho cariño, pero Wonho no tenia derecho a juzgar las vidas de los demás como le gustaba hacer.

–Por favor, Dodo, ven al rancho, no le hagas caso a mi hermano –le rogo Dior interviniendo– Sí te tengo a tí de carabina, Wonho me dejaría perseguir a JooHeon por el rancho todo lo que quiera –apuntó riéndose.

–¿JooHeon? –repitió su hermano, frunciendo el ceño– ¿no te referirás por casualidad a mi capataz,  verdad?

Dior pestañeo y le lanzó una mirada coqueta.

–Es que me interesa la ganadería –murmuro con fingida inocencia.

–Pues no te intereses demasiado por JooHeon –le advirtió Wonho– Tengo mejores planes para ti

–¿Siempre tienes que andar dirigiendo la vida de los demás? –le espetó Dodo, desafiante.

Wonho la miro fijamente.

Mi Adorable EnemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora