Capitulo 2

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-Dior esta llorando a lagrima viva, y yo he hecho cientos de kilómetros pata disgustarla

-Disgustar a la gente es algo que se te ha dado bien -le respondio Dodo, apartando la vista- no has hecho otra cosa más que atacarme durante estos cinco años -le recordó- y para tu información -añadio acalorada- Sí te miraba cuando iba al rancho era por aprensión, porque estaba preguntandome cuándo saltarías, no porque tuviera intención de seducirte

-¿De verás? Pues la impresión que a mi me dio la última vez que estuviste allí, por semana santa, fue muy distinta -apunto él. Una sonrisa insolente se dibujo en sus labios al ver que enrojecía.

Dodo, que no quería recordar el modo en que había hecho el ridículo, lo miro airada y le dio la espalda, cruzandose de brazos.

-Dime, ¿cuánto tiempo te ha llevado perfeccionar esa pose de inocencia? -le pregunto Hoseok, poniéndose frente a ella.

-Oh años -le contesto Dodo sarcástica

Hoseok alzo la barbilla y la miro con arrogancia.

-Pues tal vez con otros te funcione, pero no conmigo. No me creo que hayas llegado hasta donde has llegado en el mundo de la moda sin haber hecho ciertas...《concesiones》jamás me convencerás de lo contrario

-¿Por qué iba a molestarme siquiera en intentarlo? -replicó ella- al fin y al cabo tú nunca te equivocas, ¿verdad?

-Raras veces -farfullo él sin niguna modestia- y hasta ahora todavía no me he equivocado con ninguna mujer

-Pues conmigo te equivocas, y no sabes nada de los trabajos que hago como modelo

-Sé más de lo que crees -la corrigio él- porque tenemos un conocido en común

Dodo dejo pasar esa enigmática respuesta, y volvió al camino, decidiendo qué ya le había concedido demasiado tiempo.

-Es de muy mala educación marcharse sin despedirse -la pincho Hoseok, yendo tras de ella.

-Oh, vaya, usted perdone, señora Lee -dijo Dodo, ruendose con ironía- pues adiós. Aun no he desayunado, y estoy segura de que en el comedor encontraré a alguien a quien mi presencia no le resulte tan indigna. Porque, aunque no lo creas, hay gente que no me ve sólo como una portada de revista que anda y habla

-Pobres inocentes...

Dodo lanzo una mirada airada.

-Piensa lo que quieras. No me importa

Pero no era cierto. Por supuesto que le importaba. De hecho, aunque nunca lo había conseguido, siempre había tratado de llevarse bien con él, siempre le había dado otra oportunidad. Sólo después del vergonzoso incidente de semana santa había decidido que aquello no tenia remedio.

-Al menos podríamos desayunar los tres juntos -le dijo Hoseok inesperadamente, como intentando aplacarla- Dior, tú y yo

-Gracias pero no -respondió ella- No creo que pudiera comer preguntandome si espolvorearás arsénico sobre mis huevos revueltos cuando me despiste

Hoseok no pudo evitar echarse a reír.

-Dios... eres incapaz de enterrar el hacha de guerra ¿verdad? ¿te defiendes siempre con esa ferocidad?

Dodo se encogió de hombros sin mirarlo.

-He tenido que luchar la mayor parte de mi vida para salir adelante

--Oh, claro, lo olvidaba... la pobre huerfanita... -farrfullo él sin poder reprimirse.

Dodo le lanzó una mirada de desprecio.

Mi Adorable EnemigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora