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❝PROBLEMAS❞
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Habían pasado tres meses desde que Lyanna había llegado a la Montaña Corvo para quedar al cuidado de los bandidos. Las cosas iban bien, sacando de lado las veces que tuvo que curar las heridas de Luffy.
Tres meses en los que estuvo sin Roan a su lado, se sentía algo raro no tenerlo cerca. Aún no se acostumbraba, extrañaba mucho sus comentarios graciosos y sarcásticos a la hora del desayuno, extrañaba mucho ir al la taberna de Makino y estar con él y el Alcalde. Extrañaba mucho cuando entrenaban, cuando cenaban y almorzaban juntos.
Aveces no podía evitar sentir una preocupación en su pecho, preguntándose a si misma ¿Qué es lo que estaría haciendo él? ¿Estara bien? ¿Comerá bien? ¿Dormirá bien? ¿Se estará portando bien?
Sabía que Roan era un adulto y podía cuidarse por su cuenta. ¡Pero no podía evitarlo!
Roan era sumamente especial para ella, él fue la primera persona que vio al despertar. Como cuando un Cachorro nace y lo primero que hace es moverse hacia su madre en busca de calor y cuidado. Algo similar había ocurrido entre ellos.
Lyanna había visto a Roan y no dudo ni un segundo en aferrarse a él como si fuera el único ser en el planeta. No había nadie más, solo era él. Solo era Roan.
—Buen día, Lyanna—saludo Magra cuando la vio salir de la habitación.
—Buen día, Magra—le sonrió—¿Has visto a Luffy?
—Se acaba de ir tras Ace—respondió soltando un suspiro.
—Oh, ya veo..—murmuró—Bueno, supongo que debere preparar las cosas para curarlo luego.
Magra vio como la ojiazul comenzaba hacer sus tareas, aunque no eran muchas, después de todo ella hacía que lugar fuera mucho menos mugroso que antes.
—Oe Lyanna.
—¿Si?—miró al hombre el cual comenzó a caminar hacia ella—¿Pasa algo?
