¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
❝EL LLANTO DE UNA NIÑA Y EL CONSUELO DE UNA BESTIA❞
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Abrió sus ojos lentamente, tratando de enfocar a la persona frente a ella. ¿Qué había pasado? Lo último que recuerda es estar siendo amarrada por...
Así que ya has despertado.
Entrecerro sus ojos al ver a Ace frente a ella. La ojiazul intento moverse pero sus pies y manos estaban atadas. ¿Y estaba sobre un árbol?
—¡Oye, ¿Que te pasa?!—grito con el ceño fruncido.
—Sabes, eres más fastidiosa de lo que pensaba, tuve que golpearte la cabeza para que dejaras de moverte—comentó como si fuera lo más normal del mundo.
—¡Debo irme, necesito salvar a..
—Él ya debe estar muerto.
—¡No digas eso, Ace!
El pecoso la observó unos segundos antes de seguír guardando el tesoro. Solo le faltaba una bolsa, y ya estaba oscureciendo así que debía terminar antes de que Sabo volviera.
—¿Por qué eres así? ¡Luffy no te ha hecho nada malo!
—Es molesto.
—¡Solo quiere ser tu amigo!
—¡Pero yo no! ¿Acaso no lo entiendes?
Lyanna apreto sus dientes, ella era una persona que tenía mucha, pero mucha paciencia con los demás. No suele enojarse con facilidad, de hecho hay muy pocas cosas que la hacen enojar en verdad. Pero Ace, él la esta haciendo llegar a su limite.
¿Por que es tan grosero? ¿Por qué es tan malo? Ahora sabía que lo que le decían los bandidos sobre él, no era ninguna exageración.
Ace es muy...
—¡Ace!
El grito de aquel rubio hizo que Lyanna diera un brinco y mirará hacia abajo.
—Sabo, ¿Qué pasa? ¿Ya fueron a buscar el dinero?—pregunto el pecoso mirándolo.