La Última

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Los días fueron pasando, pero yo no conseguía encontrar trabajo. Había tenido que dormir en la calle. Nadie quería contratar a una niña de 17 años sin ningún tipo de experiencia laboral, y menos estando embarazada. Pero ese día mi vida empezó a cambiar. Estaba paseando por un parque sin saber muy bien a donde ir, cuando vi a un chico que debía de tener un par de años más que yo jugando en el columpio con un niño pequeño, y pensé en Vicente, y en que ojalá él quisiera a nuestro bebé igual que ese chico. Me senté en un banco para seguir observándoles y no pude evitar emocionarme. Unos minutos después, el chico se alejó un poco para hablar por teléfono y el niño se acercó a mí
Niño: que te pasa? Estás triste?
Aitana: no, no es eso... Es que me ha emocionado verte jugar con tu papá
Niño: es que mi papá es muy bueno. Como te llamas?
Aitana: yo me llamo Aitana, y tú?
Niño: Diego, me llamo Diego
Aitana: y cuántos añitos tienes?
Diego: dos... el año que viene cuando tenga tres iré al cole de mayores
Aitana: y tienes ganas de ir?
X: Diego, no molestes a esa chica!
Diego: no la estoy molestando, solo estoy hablando con ella
X: lo siento mucho, de verdad
Aitana: no te preocupes, no me molesta, de hecho me está alegrando un poco el día. Tú eres su padre?
Miguel: sí, me llamo Miguel... ya sé lo que me vas a decir, que soy muy joven, pero...
Aitana: ah, no, para nada. Tengo 17 años y estoy embarazada...
Miguel: con 17 años también me convertí en padre de Diego... Mi novia nunca lo quiso, así que yo siempre me he hecho cargo de él. Mis padres tampoco me apoyaron, pero mi padre falleció unos meses después de que Diego naciera, y mi madre tiene cáncer desde hace casi un año, así que ahora yo me estoy ocupando de ella
Aitana: algo parecido me pasó a mí, pero hace unos días. Mis padres me echaron de casa, y mi novio también me dejó sola. Y no tengo casa, no tengo trabajo, no tengo nada