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Esa noche, después de cenar, llevé Diego a dormir. Como todos los días, le leí un cuento y me quedé a su lado hasta que se durmió
Diego: Aitana... te puedo preguntar algo?
Aitana: lo que quieras mi vida
Diego: te puedo llamar mamá?
Aitana: mi amor... claro que puedes... te quiero mucho
Diego: yo también mami... -me abraza
Cuando Diego se durmió, empecé a sentirme muy mareada y me fui al baño a vomitar. De repente, sentí que alguien me agarraba del pelo
Miguel: estás bien?
Aitana: s-sí... ya estoy mejor... no te preocupes...
Miguel: como no me voy a preocupar? -en ese momento volví a vomitar otra vez- seguro que estás bien?
Aitana: sí... esto es por el embarazo... es lo normal
Miguel: lo sé, pero... no quiero que estés mal... -me abraza- quieres venir a dormir conmigo esta noche?
Aitana: ay, no me digas que estás celoso de tu propio hijo
Miguel: no, no, solo es que me preocupo por ti... pero si no quieres no eh
Aitana: bueno... está bien... pero sólo porque veo que te hace ilusión
Nos metimos juntos en la cama y Miguel me abrazó por detrás
Miguel: te quiero... -me da un beso en el hombro
Aitana: -me giro sonriendo y le miro- yo también...
Nos quedamos dormidos juntos hasta que después de unas horas escuchamos la voz de Diego llorando en el pasillo
Diego: mamá! mamá! Donde estás!?
Aitana: ay no, seguro que ha ido a mi habitación y como no me ha visto se ha asustado
Miguel: yo iré a por él, tú tranquila, quédate descansando
Desde la cama escuché su conversación en el pasillo
Diego: papi! No encuentro a Aitana!
Miguel: Aitana... está en mi habitación...
Diego: durmiendo contigo?
Miguel: ehh... sí...
Diego: y eso porque? Tuvo una pesadilla?
Miguel: sí, sí, estaba muy asustada, por eso vino a dormir conmigo... Ven con nosotros -entran en la habitación
Diego: mamá! No te encontraba!
Aitana: ven mi amor, aquí estoy -me abraza
Miguel: mamá!?
Aitana: verás... es que me preguntó si me podía llamar así... y yo no podía decirle que no... Espero que no te moleste
Miguel: no, no, todo lo contrario... me parece precioso que te quiera tanto, y sobre todo que tú le quieras tanto

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