HOLMES [Steve Rogers] 2º TEMPORADA

Yo digo que las podemos matar y culpar a la neumonía

04 DE JULIO DE 2014. 07:33 A.M. BROOKLYN. TORRE DE DEPARTAMENTOS. 2º PISO. DEPARTAMENTO DE STEVE Y SOPHIA. HABITACIÓN DE STEVE.

La habitación está llena de gemidos producidos por una pequeña figura extendida en la cama, la mente de la castaña está completamente perdida en un plano donde todo es placer y es incapaz de controlar lo que sale de su boca, o que tan ruidosa es. Una figura con el cabello rubio sostiene firmemente sus piernas mientras su boca se divierte entre ellas.

En momentos como este es donde más agradecen que todo su piso y los 4 pisos circundantes, están completamente vacíos.

La mano de la castaña alcanza la barbilla del rubio, ahora mojada con la evidencia de la hora de entretenimiento que han tenido. Él dedica dos segundos para besar la muñeca de la chica antes de regresar a su lugar entre sus piernas causando un escalofrió en la chica.

Su mano agarra instintivamente el cabello rubio, aunque no está segura si es para alejarlo o mantenerlo en el lugar. Con cada segundo una nueva tensión comienza a crecer en su estómago bajo, en el momento que el pulgar el soldado se mueve junto a su lengua un flash blanco atraviesa a la chica liberándola de todo pensamiento y dejando su cuerpo como gelatina.

Steve se aleja recargando su cabeza en la pierna de la chica, dejando reposar su centro sobreestimulado. Se quedan quietos, solo respirando por varios segundos, una pequeña niebla cubre los sentidos de ambos, aunque por primera vez a Sophia no le parece que sea algo que la ponga en riesgo. Sabe que está en un lugar seguro cuando está con él.

– Cuando dije que quería hacer algo especial en tu cumpleaños me refería a yo hacerlo a ti – suspira lentamente Sophia intentando recuperar su aliento.

– Lo estás haciendo, yo adoro estar aquí. Sabes bien y haces ruidos muy lindos – dice Steve, para acentuarlo da una pequeña lamida a su centro, causando un gemido involuntario.

– Te desprecio – gruñe ella cuando por fin recupera su aliento.

– Aja, lo noté por como querías arrancar mi cabello – se burla alejándose de sus piernas para acostarse a su lado.

– Feliz cumpleaños – responde sarcásticamente.

Steve se ha acostumbrado a este lado de ella, al humor sarcástico aún en momentos cuando no deberían, al constante reto en su mirada y palabras, la necesidad de tomar control de la situación. Pero también se ha acostumbrado a ser la única persona a la que Holmes le entrega control voluntario. Así que cuando la ve a los ojos, ve ese deje de travesura, y también ve el completo amor que le dedican sus ojos verdes.

– Gracias – dice en un susurro.

Pasan varios minutos abrazados en su pequeña burbuja, intercalando caricias con pequeños besos, disfrutando los únicos momentos tranquilos que tendrán en el día. A pesar de que la noche anterior entregaron los sobrinos de Holmes a sus padres, ya que tenían que estar listos hoy en la mañana para la celebración de 4 de julio de la familia Hodge. Hoy también es la celebración de cumpleaños de Rogers, un evento mucho más público del año pasado, una decisión hecha para mejorar la imagen pública de los Vengadores luego del desastre de SHIELD.

Así que guardan silencio disfrutando la presencia del otro en el rollo de extremidades que han formado y disfrutan su paz. Tanto que el soldado comienza a dormirse cuando la voz de la chica rompe el silencio.

– ¿Cómo te hiciste esta cicatriz? – pregunta señalando una pequeña cicatriz en forma de c en el brazo del soldado.

– Cayéndome en una misión en Croacia – responde en voz baja mirando el punto señalado – Caí directo a mi escudo – ríe para sí mismo recordando la anécdota.