Capítulo 3 : la noche del gran solo

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Estimados señores Seokjin y Hoseok:

Les escribo para hacerles una demanda que no pueden ignorar. He observado con detenimiento el talento de un joven cantante llamado Jimin, y he decidido que debe ser él quien interprete el papel protagónico y debutante en la siguiente gran obra de su teatro.

Deben saber que mis palabras no son meras sugerencias, sino órdenes que deben acatar si no desean sufrir las consecuencias de desafiar a una entidad tan poderosa como yo. No osen cuestionar mis decisiones, pues mis acciones pueden ser tan terribles como mi furia.

Además, como un espectador invisible pero siempre presente, requiero un palco especial para poder presenciar la actuación de Jimin. Asegúrense de que esté debidamente preparado y reservado exclusivamente para mí, pues no toleraré intromisiones. Si cumplen con mis exigencias, podrán continuar con sus vidas y su teatro prosperará.

No tomen a la ligera mis palabras ni menosprecien mi poder. Si no hacen lo que les pido, puedo asegurarles que no conocerán la paz ni el éxito en su teatro. No se atrevan a desafiarme, pues mi ira no conoce límites.

Atentamente,

El fantasma de la ópera.

Al terminar de leer la carta, Seokjin y Hoseok se miraron consternados y con miedo. Sabían que no podían ignorar las demandas del fantasma, pues su reputación y la prosperidad de su teatro estaban en juego. Con un suspiro resignado, se dieron cuenta de que debían acatar las órdenes de Jungkook y prepararse para el debut de Jimin como protagonista.

Aquella fue una noche fría y oscura en París, y el Gran Teatro de la Ópera se encontraba repleto de espectadores ansiosos por presenciar el debut de Jimin como solista principal. Las luces del auditorio estaban atenuadas, y la atmósfera era eléctrica con la anticipación del público. Todos esperaban con impaciencia el momento en que Jimin aparecería en escena y deslumbraría a todos con su voz angelical y su presencia magnética.

Mientras tanto, en las sombras, el Fantasma de la Ópera observaba desde su palco designado, su corazón lleno de una mezcla extraña de ansiedad y emoción. Había visto en Jimin un talento innato. Finalmente, esta noche podría ver los frutos de todas sus lecciones. 

Era un compromiso hecho público. Jimin, floreciendo ante todos gracias a la obra del fantasma.

Su ángel de la música.

En su obsesión por Jimin, Jungkook había dejado a un lado cualquier rastro de humanidad que le quedara. Había renunciado a la decencia, se había convertido en una sombra, un ser que solo vivía para la música y su protegido. Con su máscara ocultando la mitad de su rostro desfigurado, era su única ancla de realidad. 

Jimin era suyo, pero jamás podría ser totalmente suyo. No con su aspecto.

Mientras la orquesta comenzó a tocar la obertura, Jungkook sintió cómo su corazón latía más rápido. Sabía que esta noche sería la prueba definitiva de su obra maestra, de sus enseñanzas. Y aunque temía que algo pudiera salir mal, no podía negar la emoción que sentía al pensar que Jimin, su Jimin, estaría allí, frente a la audiencia, deslumbrando a todos con su voz.

Cuando Jimin finalmente apareció en el escenario, vestido con un elegante traje blanco y con su cabello rubio equilibrado con su pálida piel, Jungkook sintió como si su corazón fuera a estallar. Jimin era la encarnación de la perfección, el resultado de años de duro trabajo y dedicación, y Jungkook no pudo evitar sentirse orgulloso de su creación.

La voz de Jimin resonó en el auditorio, llena de emoción y fuerza, y Jungkook se quedó sin aliento ante la belleza de las notas que fluían de los labios de su protegido. Era como si la música fuera un bálsamo para su alma herida, y Jungkook se permitió ser arrastrado por la melodía, olvidando por un momento su existencia solitaria y atormentada.

Era suyo, esto lo demostraba. 

Min Yoongi también se encontraba en el teatro. Había leído en los carteles de la ciudad que una nueva promesa de la ópera se presentaría aquella noche. Pero nunca se imaginó que fuera él, Jimin. No podía creer lo que veían sus ojos al presenciar la actuación de Jimin. Sus movimientos, su voz, su interpretación, todo era simplemente magnífico. Era como si un ángel hubiera tomado el control de su cuerpo y lo guiara a través de la música. Yoongi no pudo evitar sentir una ola de orgullo al ver a Jimin, su antiguo amigo, alcanzar tales alturas en el escenario.

—¡Bravo! ¡Excelente!— Exclamó Yoongi mientras aplaudía emocionado, sintiendo que su corazón palpitaba con fuerza. Era evidente que Jimin había sido bendecido con el toque de un ser divino, y Yoongi estaba encantado de celebrar su logro.

El fantasma aún no había captado a ese hombre en el público, aún embelesado por la angelical presentación de Jimin.

A medida que la actuación de Jimin avanzaba, la audiencia quedó cautivada por su voz y su presencia en el escenario. Los aplausos y vítores llenaron el teatro al final de cada aria, y Jungkook se sintió abrumado por la adoración que sentía por su protegido. En ese instante, supo que había tomado la decisión correcta al permitir que Jimin se convirtiera en la estrella del teatro, aunque eso significara despedirse de cualquier posibilidad de compartir su vida con él.

Cuando el telón cayó al final de la actuación, y el auditorio estalló en aplausos y ovaciones, Jungkook no pudo evitar sentir lágrimas ardientes en sus ojos. Aunque su corazón anhelaba unirse a Jimin en el escenario, sabía que su lugar estaba en las sombras, como el guardián y protector de su prodigio.

Y mientras la noche se desvanecía y la multitud se dispersaba, el Fantasma de la Ópera volvió a su escondite secreto, satisfecho con su obra maestra y resignado a su destino solitario. Pero en lo más profundo de su ser, Jungkook sabía que siempre estaría unido a Jimin a través de la música, y eso era lo único que necesitaba para seguir adelante en su vida de penumbras y secretos.

Pero, no podía simplemente alejarse. Necesitaba verlo, tocarlo. Sentir su voz de nuevo, sólo para él. Así, usando los antiguos pasadizos de aquel teatro de la ópera, llegó al enorme pasillo que se desplegaba detrás del espejo del camerino del artista principal. 

El olor a flores frescas y silvestres lo golpeó. Todos esos ramos y regalos, para su ángel. Jimin era una obra perfecta. Su creación. Suyo. 

Pero aún no era del todo suyo. Jimin aún vacilaba entre un mundo lejos de él, y consagrar por completo su devoción a su música de la noche. Todo podría acabarse en un abrir y cerrar de ojos. 

Yoongi no podía creer lo que acababa de presenciar, la transformación de Jimin desde el muchacho inseguro que conocía hasta esta estrella brillante que se encontraba ahora frente a él era sorprendente. Inspirado por el deseo de felicitarle y de acercarse a él, Yoongi decidió ir al camerino de Jimin al mismo tiempo.

Pero el fantasma estaba observando. Acechando a su ángel. 

***

Uno de mis conceptos favoritos del musical y el libro es el que el fantasma siempre está ahí, observando, controlando.

También que desea que Christine (Jimin) logre el éxito. 

Ustedes creen que mis necesidades y gustos por hombres tóxicos comenzaron con twilight, nope, comenzaron con este caballero jajajajjaja.

Angel of Music; [JiKook AU] [Adaptación del Fantasma de la Ópera] CULMINADA ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora