Capítulo 8: Todo lo que Pido de Ti

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Jimin se encontraba totalmente desconcertado y perdido, ahora que el fantasma lo había dejado en la superficie, abandonado a su suerte. Mientras vagaba por los pasillos del teatro, Yoongi lo encontró.

De inmediato lo sujetó entre sus brazos, pero Jimin se resistía. Su mirada estaba perdida, casi vacía. Su cuerpo parecía haber sido tratado de alguna manera, pero Jimin no notaba la presencia de Yoongi. 

—Jimin, por favor, debes detenerte—la angustia que dominaba a Yoongi logró traer de vuelta un poco de la atención de Jimin—. ¿Qué te sucede? ¿Qué te mantiene en este tormento?

Jimin ya no le importaba ocultar la verdad. Sólo necesitaba verlo una vez más. No permitir que se alejara de él de nuevo. Su fantasma, su ángel de la música. No podría continuar sin él. Lo necesitaba, lo quería. Jimin pertenecía a Jungkook, no a nadie más. 

—Debo volver con el fantasma. Él está aquí, dentro de mí, de mi mente. No puedo perderlo, pertenezco a su lado— vociferó Jimin, luchando por soltarse del agarre de Yoongi. 

Yoongi sintió una punzada de desespero dolorosa. Su amado, el ingenuo niño que compartió esas tardes de lectura en la casa del padre de Jimin, ahora se veía como un alma torturada por alguna condena. Intentó atraerlo a él, pero Jimin forcejeó. 

—No entiendo de qué hablas, ¿Un fantasma? Tal cosa no existe, Jimin— Yoongi quiso acercarse, pero Jimin lo apartó de nuevo. 

Yoongi sabía que ese tétrico lugar lleno de artes de engaño y encantos era el culpable del estado de Jimin, debía sacarlo de ese teatro. Liberarlo a su lado. Decidido a alejarlo de aquel teatro maldito, que parecía ser la causa de toda esa locura, tomó la determinación de llevárselo lejos, a un lugar donde el supuesto Fantasma no pudiera alcanzarlo.

—Déjame sacarte de aquí, Jimin— rogó Yoongi—. Ven conmigo. A la antigua casa en la costa, como la de tu padre, el sol, la brisa, la calidez siempre estarán en tu vida ahí. Ven.

Jimin, con voz temblorosa, apenas logró susurrar una respuesta: 

—No puedo abandonar el teatro, Yoongi. Mi ángel de la música debe ser capaz de siempre encontrarme.

Antes de que Yoongi pudiera reaccionar, Jimin escapó de sus brazos, adentrándose en la oscuridad del teatro en busca de su amado fantasma. Aunque intentaba recordar el camino hacia la cripta, el laberinto subterráneo del teatro le resultaba imposible de descifrar. Jimin estaba exhausto y sus heridas aún no había sanado por completo, pero la urgencia de encontrar a Jungkook lo empujaba a seguir adelante.

Yoongi no podía dejar que Jimin se perdiera de nuevo en ese oscuro laberinto, así que lo siguió. El aire era más fresco y crujiente que el que había respirado en las profundidades de aquella cripta en el que había estado. La nieve caía suavemente a su alrededor, cada copo que se posaba en su piel desnuda le causaba una sensación casi dolorosa pero a la vez placentera. Era el primer toque de realidad.

Ascendió por la escalera con una mezcla de miedo y curiosidad, consciente de que se adentraba en un mundo que había dejado atrás hace mucho tiempo. Cuando llegó a la cima, se encontró en la azotea del edificio, rodeado por la fría blancura de la nieve y el cielo grisáceo.

Durante un momento, se sintió a salvo y libre, hasta que vio a Yoongi de pie frente a él, tan atormentado y desesperado como el propio Jimin.

—Jimin, por favor, no sigas torturándote de esta manera. Si ese fantasma es real, sólo te dañará y destruirá tu alma— le rogó Yoongi, mirándolo con una profunda tristeza en sus ojos.

Mientras tanto, Yoongi lo seguía de cerca, temiendo por la vida de su amado. Finalmente, alcanzó a Jimin en la azotea del teatro, donde la nieve caía delicadamente sobre ellos. La luz de la luna bañaba el rostro atormentado de Jimin, quien parecía estar luchando contra sí mismo.

Angel of Music; [JiKook AU] [Adaptación del Fantasma de la Ópera] CULMINADA ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora