¿Dónde estabas?

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Habían pasado 6 meses desde que Steve estaba viviendo en casa de Tony y durante ese tiempo, se estaba acoplando a una vida pacífica.

Ese día, Tony se encontraba entrando en su edificio de apartamentos que era bastante elegante y con cansancio subía por el elevador hasta el tercer piso, donde se encontraba su casa.

El hombre estaba buscando las llaves de su puerta, cuando vio que la puerta del apartamento de junto se abrió, dejando ver a un pequeño hombre de contextura delgada y cabello negro hasta los hombros junto con un enorme rubio de cabello hasta los hombros también que dejaba ver unas perfectas orejas rubias y una larga y esponjosa cola mientras que el otro cerraba la puerta;

- ¡Loki! No pensé verte hoy- dijo Tony con una sonrisa viendo como el rubio se acercaba -Hola Thor- saludó tomando la mano del rubio

-Stark, no pensé que llegaras tan temprano. - comentó el pelinegro -Escuché que hoy tenías bastante trabajo

- algo así... ¿van a salir?

-tenemos una cena con Frigga, ya sabes cómo es

-les deseo suerte

- ¡nos vemos amigo Tony! - se despidió Thor con un movimiento de mano, siguiendo de cerca al pelinegro que se ponía unas gafas de sol y entraba al elevador.

El castaño suspiró y encontrando su llave, abrió la puerta del lugar, entrando en el proceso, dejando su pequeño maletín a un lado.

El hombre se disponía a quitarse sus zapatos cuando sintió como unos fuertes brazos lo empujaban y lo aprisionaban contra la puerta ya cerrada;

- ¿Dónde estabas? ¿Por qué me dejaste solo durante tanto tiempo? - escuchó que decía el enorme rubio de ojos azules que tenía frente a él - ¿Respóndeme Anthony? - preguntó molesto, moviendo su esponjosa colita de un lado a otro. Tony suspiró

-Steve, primero... te he dicho que no me aprisiones de esa forma- comenzó diciendo intentando alejarse un poco del otro, pero sin lograrlo -y segundo, te dije que debía ir a la oficina desde temprano. Sé que llegué más tarde de lo que mencioné, pero el trabajo fue algo pesado

-no vuelvas a hacer eso... - susurró el otro restregando su cabeza en la mejilla del castaño -Sentí que fue una eternidad

-fueron solo 10 horas, Steve. Sé que es difícil que nos separemos durante tanto tiempo, pero debes entender que debo trabajar... - Tony estaba a punto de regañarlo ante ese comportamiento, pero al ver aquellos enormes ojos azules mirándolo, se retractó con un suspiro -Esta bien, está bien... no volveré a quedarme tan tarde ¿ok? Ahora suéltame, que tengo mucha hambre y necesito café

- ¡hice macarrones con queso! - soltó emocionado el hibrido tomando el saco del ingeniero en sus manos y colocándolo en el perchero mientras que este caminaba hacia el comedor.

Estaba bastante contento de ver los avances que Steve había tenido en esos meses. Había aprendido a cocinar algunas cosas junto con Clint, quien le había enseñado a cocinar. También había aprendido a salir de casa sin asustarse o llorar y principalmente, sin Tony quien tuvo que aprender a dejarle ser un poco más independiente a pesar de que el rubio se negaba a hacerlo cuando estaba cerca de él.

Al llegar a la cocina, tomó asiento, viendo como el rubio servía dos platos y los ponía sobre la mesa con una enorme sonrisa;

-ten cuidado porque está caliente- dijo sentándose junto al otro en la pequeña mesa.

El silencio se extendió por un momento, hasta que Tony comenzó a hablar con el rubio que comía tranquilamente mirándolo de vez en cuando con un leve sonrojo;

Mi bello hibridoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora