Capítulo I

19 3 0
                                    

Capítulo 1 Veranos pasados.

Para todos aquellos inicios que dejaron recuerdos vagos en nuestras memorias y avivaron con furor las llamas de algo que apenas comenzaba a arder.

El campamento Snowden era celebrado todos los años en Berkeley, California. Miles de niños e incluso adolescentes reunidos en un solo lugar con la intención de pasar sus vacaciones de la mejor forma. Ofrecían todo tipos de juegos al aire libre y dentro de los locales, era la mejor opción para todos los padres que durante el verano de sus hijos debían continuar sus jornadas de trabajo.

Como los de Royer y Riley Dickson.

Quienes, a partir de hoy tres de junio, comenzaban la experiencia de reunirse con niños en un campamento de verano por primera vez. La emoción era más que notable en ambos niños, quienes con doce y diez años conscientes del tiempo que pasarían sin ver a sus padres, eran de los pocos niños de sus edades que no estaban llorando al momento de la despedida.

—¿Traes todo, todo? —preguntó la señora Dickson por segunda vez.

—Sí mamá, traigo todo, todo aquí en mi bolso —contesto una sonriente Riley negando al ver las lágrimas en los ojos de su madre —. Te voy a extrañar mucho, mamá —acercándose dejo un beso en su mejilla causando una sonrisa genuina en los labios de la joven mujer que limpio rápidamente sus lágrimas para proseguir a abrazar a sus hijos.

Royer espero unos minutos que su hermana menor se alejara de ellos para poder mencionar su preocupación a su madre —. ¿Estás segura de que será lo mejor el ocultarle esto mamá?

—Esta aún pequeña para que sepa sobre estos temas, será mejor dejarla disfrutar del campamento estos meses, más adelante se lo diré, cuando tenga el tiempo suficiente —buscaba calmar la preocupación en la mirada de su hijo mayor, pero había hecho todo lo contrario al decir aquellas palabras —. Dame tiempo por favor, para mí también es difícil lo que está sucediendo cariño —dejando un beso sobre el castaño cabello de su hijo dio por cerrado el tema. El menor no continuo la conversación y en cambio se giró buscando entre los demás con la mirada a su hermana, sonrió un poco al notarla hablar con otros niños y pensó que tal vez si era mejor dejarla disfrutar el campamento antes de que supiera todo, no quería que su sonrisa se apagara en medio de este lugar lleno de alegría.

Y quería tener una razón por la cual seguir sonriendo aun con la noticia de la separación de sus padres.

Minutos después de asegurar la seguridad de sus hijos, la señora Dickson partió de Berkeley hacia los Ángeles, su hogar, donde continuaría el proceso de separación de su esposo sin informar a su hija menor aquella noticia que sabría en su momento partiría el corazón de su rayo de sol.

Mientras tanto la pequeña Riley se encargaba de hacer amigos por montones en el campamento, su hermano mayor debía ir tras ella por la emoción que tenía, estaba en un lugar y si la descuidaba estaba lejos de su presencia, lo menos que quería era que algo le sucediera; por lo cual no dudaba en seguirla por todo el lugar sin importarle los choques con las personas o los gritos de los demás por su tan apresurado paso.

—¡Royer, Royer, mira eso! —chillaba alegre la pequeña chica sonriendo enormemente al ver los juegos llenos de niños de todos los tamaños —. Tendremos muchos amigos para el final del día —contaba emocionada mientras se dirigía a la gran masa de niños con su hermano a su lado. Saludos por aquí y por allá, sonrisas y alegría por doquier repartidos a todos por la cálida personalidad de la pequeña Riley que hacía reír incluso a los padres de los pequeños, sin duda alguna conseguiría hacer todos los amigos que quisiera y al parecer de todas las edades.

Detrás de su sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora