Jaune Arc estaba, en estos momentos, viviendo una de las mejores cosas de su vida.
Compararlo con la emoción que sentiría un niño al descubrir algo nuevo no sería una subestimación en lo absoluto. Tan contento estaba que no podia evitar reírse de lo acaba de hacer.
De no ser por lo que había hecho en cuestión, Tsuyu encontraría hilarante y graciosa la escena.
La chica no encontraba en ella misma el más mínimo atisbo de una sonrisa.
Fue marchando de a poco hacia el chico transformado. A un lado, la mujer junto a su hija decidieron que sería un buen momento para correr por sus vidas, incluso si la hija se mostraba reacia a abandonar al que era su aparente Salvador; pero mamá sabía mas, así que simplemente se dejó ser. No sé olvidó de agradecer al Joven saludandolo con la mano, gesto que Jaune devolvió con un pulgar arriba y una sonrisa, aunque esta última no se veía por esa extraña mascarilla de hueso que traía puesta.
Tsuyu solo podía ver como la madre se llevaba a su hija despavorida. No podía culparla ni recriminarle nada, ya que seguramente la mujer estaba asustada en una medida imposible de medir. El miedo seguramente le estaba haciendo actuar más allá de lo razonable, y eso incluía ir caminando en una ciudad ahora infestada por Grimm.
Antes de que se decidiera a hacer slgo la mujer ya se había ido. Tsuyu solo suspiro e hizo un rezo rápido para que la mujer llegase segura con su hija a algún refugio.
Sin nada más que hacer, se acercó a su amigo, que veía su obra con una curiosidad casi mórbida. Inspeccionaba el golpe que le había hecho al Grimm, sin creerse ni darse crédito por lo que acababa de ver. Se miraba el puño y luego al monstruo, en rápida sucesión, para al final reírse como un niño y llevarse la mano al cabello.
Cuando Tsuyu finalmente estuvo al lado de su amigo, fue que este se dio cuenta de que esta todavía existia.
-¡Ah! Tsuyu, estas aquí. - Jaune dijo apenado, llevándose su mano a la cabeza de manera nerviosa. Era bueno ver que por mucho que haya cambiado, siga siendo el mismo. Y esa era una frase interesante de decir cuando en realidad no había pasado ni media hora tras lo sucedido.
-Si, no tenía mucho más que hacer, Kero. También estoy bien por cierto. - Esa frase hizo que Jaune se sintiera más avergonzado, y casi hacía que no pudiera mirarla. Tsuyu no le dio importancia a eso. - ¿Que hay de ti? ¿Estas bien? - Pregunto la chica rana con toda la emoción que pudo reunir.
-¿Yo? Claro, estoy bien. - Jaune se extraño por la pregunta. Al mirarse las manos otra vez, esa sonrisa que de escondía detrás de su máscara se hizo aún más grande. - De hecho, creo que estoy mejor que nunca.
Tsuyu solo se limito a hacer un sonido de contemplación.
-Arc-chan, no me digas que esto ya se te subió a la cabeza. - El tono de Tsuyu era increíblemente plano. Jaune solo parpadeo sorprendido por esto.
-¿A que te refieres? - La duda estaba escrita en todo su rostro.
-Esto. - Tsuyu señaló el cuerpo de Jaune, refiriéndose a su transformación. - Toda esta cosa del poder y demás, kero. No llevas ni una hora así y ya estas lanzandote al peligro sin pensarlo dos veces, Kero.
-Tsuyu, no podía dejar morir a esas dos. - El tono del Arc se elevo un poco al decir eso, ya que por alguna razón se estaba molestando.
-Eso lo sé, pero hay mejores maneras que enfrentarte a un mano a mano con un monstruo, kero. - La cara de Tsuyu demostró un atisbo de preocupación, denotando que de hecho estaba bastante preocupada, por raro que pueda sonar eso. - Podrías haberte herido bastante, sino hubieras hecho... - La mirada de Tsuyu se quedó viendo el cuerpo del Grimm desintegrando.- Lo que sea que hiciste con esa cosa. Lo mejor que podemos hacer es ser cautelosos, y no meternos de lleno al peligro, kero. Y si, se lo que vas a decir... - Antes de que Jaune pudiera replicar, Tsuyu le detuvo. - Se que vas a decir que con esos poderes puedes convertirte en un héroe o algo de ese estilo, kero, pero recuerda Jaune que esto no es un cómic, es la vida real. Con esa fuerza podrías matar a alguien si no tienes cuidado, kero.
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RWBY: The Grimm Knight
FanfictionHace mucho tiempo, cuando el hombre aún no dominaba los elementos, cuando los monstruos acechaban en la oscuridad, cuando la esperanza parecía perdida... ÉL, apareció. Para muchos, era un monstruo, para otros, un enigma, para unos cuantos, un salvad...