CAPITULO FINAL

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Horas más tarde, mucho tiempo después de AJ se despertara y fuera llevado a casa por su madre, Gulf se encontró a solas con Mew Suppasit. El sol subía, y el mundo se sentía extraño y nuevo. Mew gateó encima de la cama y se tumbó al lado de él, desnudo.

Trabajas toda esa cosa de hombre lobo como un profesional, — dijo Gulf hacia el cielo raso. — Es criminal qué tan atraído estoy por ti. ¿Es el lobo en mí?

Tal vez. ¿Está preocupado por eso?

No realmente. Sabes, tuve a algunos colegas en Bangkok que solían odiar ir el gimnasio conmigo. Siempre he tenido un montón de energía para quemar.

Es común para nosotros, — Mew murmuró.

Estoy furioso, — Gulf susurró. — Estoy tan enojado, Mew, que él me dejara caminar con esto en mi interior. Él dejó que ese bastardo destruyera y esencialmente asesinara a mi madre biológica. Y he tenido a un animal acechando bajo mi piel desde el nacimiento. Tenía derecho a saber lo que soy.

Mew se puso de costado. — Por supuesto, que lo tenías. — Él recogió una de las manos de su doctor ardiente y entrelazó sus dedos juntos. —¿Estás preocupado por el despertar de tu lobo?

Confío en que tú vas... — Gulf se sonrojó. — Te encargarás de mí y me enseñarás lo que necesito saber, para hacer esto trabajar.

Lo haré, — Mew le prometió. Tiró un poco de la mano de Gulf— Ven acá.

Gulf sonrió e inclinó su barbilla arriba cuando Mew presionó sus cuerpos juntos. — ¿Tienes planes?

No, solo quiero estar cerca, — Mew murmuró y presionado un beso en la mandíbula de Gulf. — Y quiero saborearle. — Él chupó sobre el punto de pulso del doctor. — Quiero entrar en ti.

Eso es esencialmente un plan, — Gulf señaló y rió cuando Mew gruñó contra su garganta. — Y estoy a bordo con todo eso.

Bueno, — dijo Mew y los volteó así él podría estar encima de Gulf. Frotó la longitud de su polla contra el pliegue del muslo de Gulf cuando él apoyó sus manos a ambos lados de la cabeza del hombre más pequeño.

Apenas puedo esperar para ver a tu lobo.

Gulf separó más sus piernas y curvó sus manos sobre los hombros de Mew. — ¿Pero esperarás? ¿Verdad? Digo, — él hizo una pausa. — No estoy exactamente listo para eso.

Todo el tiempo que quieras, — Mew le aseguró. — Todo a tu paso, ¿está bien?

Está bien. — Gulf enganchó una pierna alrededor del muslo del sheriff y pasó sus manos por el pecho del hombre. Sus dedos se demoraron en los músculos apretados, del estómago del hombre lobo, antes de que él curvase una mano alrededor del pene de Mew. — Dijiste que huelo como tú. ¿Hueles como yo?

Sí. — Mew meció sus caderas, metiendo su polla en la mano de Gulf con un gemido indefenso. — Nuestros aromas se mezclan, y es asombroso. Olemos tan bien, como que pertenecemos juntos.

Se siente de ese modo, también. — ahuecó la parte de atrás de la cabeza de Mew con su mano libre y lo jaló hacia abajo lentamente. Sus bocas se reunieron en un suave roce de labios, y Gulf tembló. Mew se levantó y se puso de rodillas, jalando su polla para sacarla de la mano de Gulf con un poco de pena. — ¿Lubricante?

LA LEY DE LA MANADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora